Cultura
“¿Qué soy yo? Sólo una contadora de historias”
En su reconocimiento, la acompañaron José Emilio Pacheco, Juan Gelman y Antonio Colinas
GUADALAJARA, JALISCO (29/NOV/2011).- Nació en San Felipe Torresmocha. Es mujer de poeta. Precursora de un formato de narración entre la literatura y el periodismo. Periodista que entrevista con todo el cuerpo. Única. Escritura que todo lo pasa por un fino sedazo de la lengua. Cristina Pacheco es…
Es tantas cosas para los que la describen que, cuando escucha tantos elogios, cuestiona: “¿Qué soy yo? Solo una contadora de historias”, dijo la escritora y periodista esta noche en el homenaje que le realizó la Feria Internacional del Libro, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el Fondo de Cultura Económica.
El evento empezó algunos minutos tarde debido a que este año es preelectoral y Josefina Vázquez Mota aprovechó para dar una conferencia. Desalojaron la sala y rápidamente entró el público, entre los que estaban tres grandes poetas: José Emilio Pacheco, Juan Gelman y Antonio Colinas.
El periodista tapatío Diego Petersen Farah compartió el largo currículum de Cristina Pacheco, esposa del autor de Batallas en el desierto, quien solo ha participado en dos eventos de esta FIL 2011, pero que siempre se roba los reflectores.
La escritora española Almudena Grandes relató que a la homenajeada la conoció en Monterrey, donde Cristina presentó un libro suyo. “Lo primero que me dijo fue, somos mujeres de poetas, y sabía lo importante que era lo que me estaba diciendo y, por eso, desde ese momento estábamos hermanadas. Pasamos una noche estupenda hablando de poesía y de las enamoradas de los poetas que van a tu casa a preguntar por el marido y te ven como, ‘oh, tú no entiendes lo que quiero decirle yo a tu marido. Oh, quítate de ahí, prosaica miserable”, bromeó con su enfático acento español y todo el público río.
Pero lo más importante de la autora de El oro del desierto, dijo, es que es una precursora de los territorios de la crónica fronteriza entre la literatura y el periodismo, en una época en la que poco se hablaba de este género.
Y aunque no estuvo José Emilio Pacheco, porque dice que no es “correcto” hablar de su propia esposa, el poeta argentino Juan Gelman se encargó de elogiar a Cristina, una periodista que escucha a los entrevistados con todo su cuerpo y no solo con el corazón y la mente.
“Los oye con los ojos, los dedos, el tacto, el olfato (…) Cristina es única”.
En su escritura, puntualizó Gelman, “encuentro el oleaje nacido del asombro de un niño (…) Todo lo pasa por un fino sedazo de la lengua; es una narradora que con su trabajo literario y periodístico, al buscar el yo, encuentra el yo de la Ciudad de México”.
Cristina Pacheco agradeció el homenaje en el que “puedo reiterar a todos mis amigos” y describió las cualidades de los que la elogiaron, incluido su esposo José Emilio Pacheco, para decir que ella es simplemente una contadora de historias.
Finalmente, la periodista dijo que ojalá puedan acompañarla de nuevo en la FIL, cuando cumpla 70 años. “Las mujeres siempre nos preguntamos qué nos vamos a poner, ¿sabes qué me pondré, Almudena? Me vestiré de olvido y tiempo”.
EL INFORMADOR / ALEJANDRA GUILLÉN
Es tantas cosas para los que la describen que, cuando escucha tantos elogios, cuestiona: “¿Qué soy yo? Solo una contadora de historias”, dijo la escritora y periodista esta noche en el homenaje que le realizó la Feria Internacional del Libro, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el Fondo de Cultura Económica.
El evento empezó algunos minutos tarde debido a que este año es preelectoral y Josefina Vázquez Mota aprovechó para dar una conferencia. Desalojaron la sala y rápidamente entró el público, entre los que estaban tres grandes poetas: José Emilio Pacheco, Juan Gelman y Antonio Colinas.
El periodista tapatío Diego Petersen Farah compartió el largo currículum de Cristina Pacheco, esposa del autor de Batallas en el desierto, quien solo ha participado en dos eventos de esta FIL 2011, pero que siempre se roba los reflectores.
La escritora española Almudena Grandes relató que a la homenajeada la conoció en Monterrey, donde Cristina presentó un libro suyo. “Lo primero que me dijo fue, somos mujeres de poetas, y sabía lo importante que era lo que me estaba diciendo y, por eso, desde ese momento estábamos hermanadas. Pasamos una noche estupenda hablando de poesía y de las enamoradas de los poetas que van a tu casa a preguntar por el marido y te ven como, ‘oh, tú no entiendes lo que quiero decirle yo a tu marido. Oh, quítate de ahí, prosaica miserable”, bromeó con su enfático acento español y todo el público río.
Pero lo más importante de la autora de El oro del desierto, dijo, es que es una precursora de los territorios de la crónica fronteriza entre la literatura y el periodismo, en una época en la que poco se hablaba de este género.
Y aunque no estuvo José Emilio Pacheco, porque dice que no es “correcto” hablar de su propia esposa, el poeta argentino Juan Gelman se encargó de elogiar a Cristina, una periodista que escucha a los entrevistados con todo su cuerpo y no solo con el corazón y la mente.
“Los oye con los ojos, los dedos, el tacto, el olfato (…) Cristina es única”.
En su escritura, puntualizó Gelman, “encuentro el oleaje nacido del asombro de un niño (…) Todo lo pasa por un fino sedazo de la lengua; es una narradora que con su trabajo literario y periodístico, al buscar el yo, encuentra el yo de la Ciudad de México”.
Cristina Pacheco agradeció el homenaje en el que “puedo reiterar a todos mis amigos” y describió las cualidades de los que la elogiaron, incluido su esposo José Emilio Pacheco, para decir que ella es simplemente una contadora de historias.
Finalmente, la periodista dijo que ojalá puedan acompañarla de nuevo en la FIL, cuando cumpla 70 años. “Las mujeres siempre nos preguntamos qué nos vamos a poner, ¿sabes qué me pondré, Almudena? Me vestiré de olvido y tiempo”.
EL INFORMADOR / ALEJANDRA GUILLÉN
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