Cultura

Próximamente saldrá el libro de Alfredo Zalce

Bocetos de su obra pictórica, plástica, diseños de diversos objetos, apuntes, formarán parte de la publicación del pintor, grabador y muralista

CIUDAD DE MÉXICO (03/OCT/2010).- Bocetos de su obra pictórica y plástica, diseños para creación de diversos objetos y sus apuntes, formarán parte de una publicación del pintor, grabador y muralista mexicano, Alfredo Zalce (1908-2003). 

Así lo dio a conocer Beatriz Zalce, hija de creador, quien aseguró que en colaboración con el gobierno del estado de Michoacán, preparan un nuevo texto a fin de rescatar del olvido a quien fuera considerado el último gran muralista posterior a la Revolución mexicana. 

Se trata de un proyecto con el gobierno de Michoacán, cuya idea es hacer una edición de las libretas de apuntes de su papá, dijo la hija del destacado artista, quien agregó que la próxima obra será una especie de guía para futuros artistas plásticos. 

'El (mi padre) tenía esa visión de la docencia; así que pienso que para los jóvenes que están comenzando a pintar y que desean crear su arte, no con la computadora sino con la mano, este libro será una lección'. 

En tanto para todos aquellos que no pintan, simple y sencillamente es ver la vida en todo su esplendor y naturalidad, señaló. 

Y es que para Beatriz, a siete años de la muerte de quien fue una de las figuras líderes del arte moderno mexicano, éste ha quedado en el olvido. 

Explicó que las razones son varias, entre ellas, el que haya sido un hombre muy tímido y discreto, ciento por ciento dedicado y comprometido con su obra artística; y que sus paisajes, mercados rurales, mujeres indígenas y animales de la región, contenidos en sus obras, sean hoy vistos como subversivos. 

'Se trata de un artista que siempre tuvo al pueblo en los ojos, en el corazón y ahora resulta subversivo', lamentó. 

Según la hija de creador, Zalce ha sido líder en varias de la disciplinas en las incursionó, tales como en el grabado, la escultura, ilustración, cerámica y orfebrería. 

'A Zalce se le reconoce además de muralista, como escultor, aunque siempre este último lado quedó escondido. Me llamó la atención cuando hice un libro de mi padre con su obra, pero su escultura la dejaron al final, como si fuese el relleno, cuando en realidad era un gran escultor', opinó. 

'La idea es, entonces, rescatar esta parte de su trabajo y ponerla en primer lugar; pues hay que mencionar que además fue un extraordinario paisajista y retratista, pero a veces eso le ha robado cámara para ese otro aspecto de su expresión', señaló. 

Beatriz recordó que en estos momentos el Museo José Luis Cuevas exhibe parte de la obra de su padre en una exposición al lado del también destacado pintor Raúl Anguiano (1915-2006). 

Bajo el título 'Raúl Anguiano y Alfredo Zalce. Los últimos maestros del muralismo', la muestra une a dos artistas que entrelazan en todo momento, desde las similitudes de sus vidas, el gusto y compromiso por el arte, hasta en su participación en la historia y en la formación de toda una escuela de la plástica mexicana. 

Por lo que hace Zalce, exhibe un total de 25 obras entre tapiz, relieves sobre lámina de cobre y escultura. 

Mientras que de Anguiano presenta 36 retratos, entre pintura, dibujo y grabado, de los protagonistas de los movimientos de 1810 y 1910. 

Según Beatriz, el propósito es mostrar un Zalce poco conocido. 'Todo mundo piensa en su pintura de caballete, sus paisajes, etcétera; lo que se buscó fue hacer algo diferente, mostrar el tapiz con las imágenes que realizó mi padre', dijo. 

La obras muestran además a un expresionista visionario, cuya poética resulta instintivamente opuesta a las posiciones del arte oficial. 

Nacido en Pátzcuaro, Michoacán, Alfredo Zalce Torres, su nombre completo, se ubica como uno de los más importantes muralistas y pintores de caballete michoacanos. 

Realizo murales en la escalera de los antiguos Talleres Gráficos de la Nación 1936, en colaboración de Leopoldo Méndez y la Escuela Normal de Puebla (1938), junto con Angel Bracho. 

En su intensa labor como profesor formó parte del cuerpo docente en la Academia de San Carlos, de la Universidad Autónoma de Nuevo León y de la Escuela Popular de Bellas Artes. 

A lo largo de su trayectoria realizó numerosas muestras colectivas y exposiciones individuales en diversos recintos de la República Mexicana y el extranjero. 

Su trayectoria le mereció importantes reconocimientos como la Presea Generalísimo Morelos (1969), el Ayuntamiento de Morelia; el premio Vasco de Quiroga, recibido en Pátzcuaro, Michoacán (1985); y la creación del Premio de Artes Plásticas Alfredo Zalce (1979). 

Sus restos fueron cremados en el Panteón Jardínes del Tiempo, en Morelia, Michoacán, junto con los de sus hijos Xavier y Andrés, fallecidos en 1995 y 1999. 

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