Cultura

Presentan cuatro décadas de evolución artística de Kandinsky

La exposición 'Kandinsky, una retrospectiva' presenta las primeras obras figurativas del pintor ruso

MADRID, ESPAÑA (19/OCT/2015).- Cuatro décadas de evolución artística de Wassily Kandinsky (1866-1944), uno de los pioneros del arte abstracto, se presentan en la muestra "Kandinsky, una retrospectiva", en CentroCentro, en el emblemático edificio del Ayuntamiento de Madrid, frente a la Cibeles.
 
La exposición, que presenta desde las primeras obras figurativas hasta las exuberantes experimentaciones de abstracción y color del pintor ruso, podrá verse hasta el 28 de febrero del próximo año.
 
Producida y organizada por CentroCentro, el Centro Pompidou de París y Arthemisia Group, la exposición, comisariada por la historiadora del arte Angela Lampe, curadora del Museo Nacional de Arte Moderno Centro Pompidou, se muestra a casi 150 años del nacimiento del pintor.
 
La exposición está concebida como una retrospectiva monográfica que presenta alrededor de 100 pinturas, dibujos y fotografías tomadas de los ricos fondos del Centro Pompidou.
 
Casi todas estas extraordinarias obras formaban parte de la colección personal del artista y fueron donadas por su viuda, Nina.
 
La muestra se pudo ver en 2014 en el Palazzo Reale de Milán, donde la disfrutaron más de e200 mil visitantes, antes de viajar a Milwaukee y Nashville, en Estados Unidos.
 
Profundamente impresionado por la series de pajares de Monet en la exposición impresionista de Moscú de 1896 y por la puesta en escena de "Lohengrin", la ópera de Wagner, Kandinsky abandonó una carrera universitaria en derecho y economía para convertirse en pintor en Alemania, a los 30 años.
 
Además de realizar el itinerario clásico de estudios bajo la dirección de maestros como Anton Azbé y Franz von Stuck en Múnich, viajó por Europa (incluso hasta Túnez en 1904-1905) y permaneció en Sèvres, cerca de París, desde 1906 hasta 1907 (Parque de Saint-Cloud, 1906).
 
Desarrolló una visión artística que abarcaba numerosos campos, como la pintura y la música, a través de las cuales buscó e impulsó de lo que él definió como "lo espiritual en el arte", en el ensayo del mismo nombre, escrito entre 1904 y 1911 para estructurar sus ideas.
 
La exposición se desarrolla en orden cronológico, en cuatro secciones a lo largo de ocho salas.
 
Estas secciones de la exposición siguen las huellas de los periodos clave en la vida de Kandinsky, desde los primeros años en Alemania a los de Rusia y el retorno a la Bauhaus de Weimar, hasta los últimos tiempos en Francia.
 
Esto, a través de una serie de obras fundamentales como "Ciudad Vieja" (1902), "Canción" (1906), "Improvisación III" (1909), "En gris" (1919), "Amarillo, Rojo y Azul" (1925) y "Cielo azul" (1940).
 
La comisaria de la exposición, Angela Lampe, apuntó que no existen muchos artistas y, en realidad, pocas personas que hayan vivido en tres países diferentes.
 
Entre las numerosas biografías de exiliados de la vanguardia, la de Kandinsky ocupa un lugar especial: ruso de nacimiento, admirado como alemán en la Bauhaus y fallecido como francés en 1944.
 
Aunque la expedición de un nuevo pasaporte se debía principalmente a cuestiones administrativas, estos datos muestran de dónde provenían las influencias artísticas de Kandinsky, y no solo durante el tiempo en el que vivió en estos países, sino ya desde sus inicios.
 
En su texto autobiográfico "Rückblicke" (Mirada retrospectiva), Kandinsky describe en 1913, tres experiencias artísticas reveladoras relacionadas con cada uno de estos países.
 
Ya durante su época de estudiante, un viaje de estudios de carácter etnográfico a la ciudad de Vologda causó una fuerte impresión en el joven ruso.
 
Kandinsky quedó fascinado por los salones rústicos decorados de forma tradicional. Al entrar en las habitaciones de colores brillantes, creyó encontrarse en un cuadro.
 
Unos años después, en una exposición sobre arte francés, Kandinsky quedó impactado por no haber sido capaz de reconocer de inmediato un "Pajar" de Claude Monet y por el hecho de que, aun así, esta "imagen" casi abstracta le hubiese conmovido tan profundamente.
 
Por aquella época, una representación de la ópera "Lohengrin" de Richard Wagner le reveló la fuerza pictórica de tonos y el poder del arte para crear imágenes internas.
 
Estas tres experiencias claves, el arte popular ruso, la moderna pintura francesa y la ópera alemana, se complementaban y beneficiaban mutuamente. Se podría decir que conforman el fundamento de la obra de Kandinsky.

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