Poniatowska habla de un 2 de Octubre interminable
Visitó el Paraninfo de la UdeG para dar la conferencia ‘La noche que perduró’, donde recordó la matanza de Tlatelolco a 47 años del hecho
La periodista y literata, quien próximamente será reconocida con el título de Honoris Causa de la UdeG según anunció la casa de estudios, platicó a los estudiantes sobre el movimiento que culminó en una de las mayores tragedias en la historia del país. "Para México, 1968 tiene un solo nombre: Tlatelolco, 2 de octubre. El movimiento fue sólo una punta de lanza para otros enloquecidos movimientos de pureza. Quedan muchas incógnitas", señaló.
Poniatowska recordó que en aquella época las perspectivas de la juventud a nivel mundial eran desoladoras, ya que no había trabajo para los que salían de las universidades y existía un rechazo al orden establecido.
¿En México que querían los estudiantes?, preguntó la autora, quién compartió que lo primero que pidieron era la liberación de Demetrio Vallejo y otros líderes del movimiento ferrocarrilero que llevaban muchos años en la cárcel. "Aunque muchos jóvenes desconocían el movimiento estaban allí para concientizar. Querían ligar su movimiento al de otros".
La periodista puntualizó que las manifestaciones de los universitarios conmovieron a México como nunca antes. "Descendían de Paseo de la Reforma al Zócalo, muchos se les unieron, muchos se emocionaron. Entre todos querían crear una sociedad en la que cupieran todos. Hasta ese día ninguna manifestación había dado esperanza".
También rememoró cuando a sólo unos días antes de las Olimpiadas, el 2 de octubre de 1968 casi diez mil personas se reunieron para una protesta en la plaza de las Tres Culturas de la Ciudad de México. " Cuando los líderes vieron el despliegue le pidieron a la multitud que regresará a su casa. Un helicóptero dejó caer tres luces de bengala en una plaza que no tiene salida. Muchos cayeron y no volvieron a levantarse".
"El ejército está matando a los muchachos", recordó Poniatowska que llegaron a decir los testigos ante una sociedad indiferente. Al otro día nada en las noticias, sólo hubo silencio. "El movimiento fue sólo una revuelta de jóvenes ilusos, que creían que la ciudad era suya".
Como periodista, Elena contó que trató de publicar pero no le aceptaban sus artículos. "Me rechazaron columnas. Quiénes me contaban quería que les cambiara el nombre. Todos tenían miedo de regresar a la cárcel".
Por ese suceso, y otros que han ocurrido posteriormente como la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, la autora calificó a México como un país despiadado que daña a sus habitantes. " En donde los mexicanos podrían preguntarse quién los protege".
Asimismo la homenajeada y fundadora de la cátedra Elena Poniatowska recibió por parte de la UdeG un reconocimiento por su labor en el periodismo
INFORMADOR / Ilse Martinez