Cultura
Ponen en alto la música gala
Anne Gastinel y Francois Frédéric Guy se presentan en el Teatro Degollado
Anne entró al escenario cargando su chelo con la ligereza de un trozo de madera, y al hacer música con él se convirtió en un objeto tan valioso como un regalo divino. Mientras, Frédéric se mostró más discreto, y sólo hizo una reverencia dirigida al público.
Las manos de los músicos estaban ávidas por tocar las teclas y las cuerdas de sus instrumentos. Y el concierto inició; desde Alemania procedían las notas de Beethoven y su ''Sonata No.3'' en La mayor op .69. Los dedos furiosos de los interpretes bailaban en el aire para terminar presionando el piano y el chelo.
La furia de los brazos de Anne alcanzó a cimbrar su cabeza, que se movía al ritmo de su violonchelo. Frédéric se dejaba llevar por la punta de sus dedos, aunque no podía evitar menear sus rizos canos de adelante hacia atrás.
Al acabar su primer melodía, la letra “i” se hizo presente personificada en palabras como “impresionante” e “increíble”, dichas por algunos de los espectadores.
Los franceses no dejaron pasar la oportunidad de recordar a los compositores de su país e interpretaron la sonata del músico francés Claude-Achille Debussy. En tres movimientos viajaron casi 100 años de historia de la pieza musical.
La violonchelista y el pianista dejaron las melodías de su país y llegaron a San Petersburgo, lugar de nacimiento de Dmitri Shostakovich, autor de la ''Sonata op .40'' en Re menor; que interpretaron con fervor.
El fin estrepitoso contagió al público y desató sus aplausos, mismos que hicieron regresar al dueto para tocar una melodía más. La boca de Frédéric habló por primera vez para decir: “Muchas gracias” y terminar con el concierto.
EL DATO
Encantan al público
El público quedó impresionado desde la primer melodía interpretada por Anne Gastinel y Francois Frédéric Guy, lo que se reflejó en las palabras “impresionante” e “increíble”.
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