Cultura

Ponderan El placer de la lectura

Fernando Savater, Mario Bellatin, Benito Taibo y Claudia Amengual departen sobre su ejercicio como lectores

GUADALAJARA, JALISCO (02/DIC/2012).- "Una conversación de café sin café", así definió el periodista Benito Taibo a la última sesión de El placer de la lectura en la que participaron los escritores Fernando Savater, Mario Bellatin y Claudia Amengual. El evento se llevó a cabo a las 17:00 horas en el Salón 4 de Expo Guadalajara.

Qué libros les despertaron el hambre lectora; cuáles no han leído; qué libros son un fetiche en su vida y en qué lugar leen fueron algunas de las preguntas lanzadas por Taibo, quien fungió como moderador de la charla.

Savater dijo que los libros que le despertaron el placer de la lectura no los leyó él, sino que se los leyó su madre. "Los niños que leen son los niños a los que les han leído antes". Resaltó que sus autores favoritos están Stevenson, Salgari y Julio Verne.

Entre los que no le gustan, mencionó que él prefiere decir que hay libros que no le convienen, pues no hay libros malos.  "Lo malo es decir que ese libro te tiene que gustar". Contó que cuando viaja, carga con  un libro que hable del lugar al que va, ya sea de un poeta que nació allí o un libro que recuerde el paisaje. Entre esos libros con los que carga mencionó que su preferido es la primera y la segunda antología personal de Borges, "breve y contundente", y que dejó de guardar en la maleta para no maltratarlo.

La escritora uruguaya Claudia Amengual, ganadora del Premio Sor Juana Inés de la Cruz, resaltó que para ella los libros pasan por lo afectivo. Recordó cuando, "en la tardes montevideanas" de su niñez, su padre le leía un libro de mitología sentados en una hamaca dispuesta en la terraza de su casa.

Su padre  le leía hasta el anochecer y cuando aparecían las estrellas, aprovechaba para asociar la historia con las constelaciones. Cuando ella tenía ocho años su padre murió. La escritora dijo que en ese momento experimentó un coctel de emociones que logró amansarse únicamente con la lectura.

Entre los libros que ha dejado pendientes, dijo que está La Iliada, de Homero, y el Ulises, de Joyce; pero su libro favorito es un ejemplar de Rayuela, de Julio Cortázar, que le regalaron cuando tenía 17 años y que a los 43 conserva y considera "una lección de escritura".

Por su parte, Mario Bellatin dijo que los libros que lo marcaron fueron uno escrito por Pasolini; La casa verde, de Mario Vargas Llosa, y los libros de Julio Ramón Ribeyro, pues le hicieron hundirse en un espacio que reconocía como propio: el zapatero, la señora gorda de la esquina, etcétera.

Discurrió sobre su interés latente de leer a los autores que anteriormente lo dejaron satisfecho, tales como Thomas Mann, Dostoievsky, Tolstoi, Flaubert, Balzac... sin embargo, manifestó su malestar porque las traducciones paulatinamente resultan descuidadas.

El escritor, ganador del Premio Xavier Villaurrutia, afirmó que no tiene libros fetiche, pues una vez que los lee los regala a bibliotecas o a amigos para que disfruten lo que tanto le gustó a él.

EL INFORMADOR / GONZALO JÁUREGUI
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