Cultura

Parra y Ramos conservaron la víspera de sus mayores pasiones literarias

Copartieron sus puntos de vista en el marco de 'Narrativa. Lectura en voz de sus autores'

CIUDAD DE MÉXICO (18/AGO/2011).- Reflejo de una realidad humana que parte de la exploración de temas como la violencia, la miseria y la muerte es la obra de los escritores Eduardo Antonio Parra y Antonio Ramos Revillas, quienes conversaron la víspera sobre una de sus mayores pasiones que es su quehacer narrativo. 

En el marco del ciclo 'Narrativa. Lectura en voz de sus autores', en el Centro de Creación Literaria 'Xavier Villaurrutia', ambos autores compartieron con versatilidad y agudeza sus puntos de vista sobre la adversa, fatídica y caótica existencia humana y el contexto nacional. 

Al inicio de la charla, cada uno compartió una serie de anécdotas sobre cómo se conocieron y cómo es que han coincidido en su máxima pasión: 'la literatura'. 

De acuerdo con Ramos Revillas, el primer contacto que tuvo con Eduardo Antonio Parra fue durante el taller 'El panteón', donde él era coordinador y del cual obtuvo los más grandes y significativos conocimientos. 

'El ambiente de este taller era cálido, pues cada uno de los miembros destruían los textos burlándose de ellos, entonces era común que uno terminara enojado y con el estómago destruido pero de la risa, entonces fue esa una de las tácticas que más nutrían los textos', recordó. 

Agregó que a lo largo de 16 años, 'carreteras, ferias y encuentros, pero sobre todo en las mesas donde nos juntábamos para platicar de textos y de chismes, son los lugares donde más he aprendido a escribir y sobre la concepción de un texto'. 

Luego, Ramos Revillas, autor de 'Dejaré esta calle' (2006) ofreció un fragmento de su más reciente publicación, 'El cantante de muertos', cuento que narra la historia de un niño, cuyo padre se dedica a cantar en los funerales; actividad que en un principio la causa curiosidad, pero posteriormente se convierte en verguenza. 

Posteriormente leyó un segmento de su libro de relatos 'Sola no puedo', galardonada con el Premio Nacional de Literatura Joven 'Salvador Gallardo Dávalos', del Instituto Cultural de Aguascalientes. 

Tras la lectura de este relato, el público ovacionó al versátil escritor, quien a lo largo de su trayectoria ha publicado 10 títulos, entre novelas para adultos, infantiles y de terror, juveniles de aventura, ensayo breve y cuentos. 

Mi trabajo literario se caracteriza, dijo, 'por un constante salto de género a género, en cada creación procuró huir de todo lo que escribe en el libro anterior. Por ejemplo, mi próximo título estará dirigido hacia la no ficción'. 

En su turno, Eduardo Antonio Parra compartió el relato 'En lo que dura una canción', de su publicación 'Parábolas del silencio', una obra integrada por nueve textos: 'Al acecho', 'El laberinto', 'Cuerpo presente', 'Bajo la mirada de la luna', 'Los santos inocentes', 'Que no sea un perfume', 'La habitación del fondo' y 'Plegarias silenciosas'. 

Además del cuento 'El pozo', el tercer manuscrito de su libro 'Los límites de la noche', una serie de relatos que exploran una violenta belleza, donde la brutalidad y la poesía respiran al unísono y donde Monterrey se convierte en la ciudad que es todas las ciudades. 

Con este texto con el cual demostró su sensibilidad y destreza sobre las vidas que el ser humano emprende cuando los demás apagan las luces. Aborda también las esperanzas y los terrores de la noche. 

'El objetivo de mi literatura es lograr reflejar la realidad, pero principalmente la más violenta, pues siempre me ha gustado escribir al respecto, y en el sentido etimológicamente siempre ha sido mi fascinación por este mal humano, el cual puede retener o causar problemas, pese a no poder quitar los ojos de encima', apuntó el autor. 

Así, entre aplausos y felicitaciones Parra y Revillas cumplieron el objetivo de este ciclo, que es acercar a los autores con su público, a través de lecturas que el escritor hace de su propia obra. 
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