Cultura

Pacheco destaca la tristeza del ''Quijote'' en su discurso del Cervantes

El poeta mexicano recibe el máximo galardón de las letras hispanas por su ''compromiso ético ejemplar''

MADRID, ESPAÑA.- Entre “atribulado” y “entusiasta” llegaba ayer el escritor mexicano José Emilio Pacheco al paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares para recibir el Premio Cervantes 2009 de manos del rey de España, Juan Carlos de Borbón.

El autor nacido en la ciudad de México en 1939 dictó un emotivo discurso donde recordó su primer contacto con la obra de Cervantes una mañana de 1947, siendo aún un niño, y descubrió que “hay otra realidad llamada ficción. Me es revelado también que mi habla de todos los días, la lengua en que nací y constituye mi única riqueza, puede ser para quien sepa emplearla algo semejante a la música del espectáculo, los colores de la ropa y de las casas que iluminan el escenario”.

Con una gran sencillez y familiaridad, confesó que, para él, “el Quijote no es cosa de risa. Me parece muy triste cuanto le sucede. Nadie puede sacarme de esta visión doliente”.

En el transcurso del solemne acto, Pacheco fue recorriendo su biografía sentimental por la gran obra de Cervantes, para quien pidió el galardón que lleva su nombre. Ese mismo que él nunca contó con recibir. “Siempre lo vi muy lejano. Pensaba: ‘nunca lo voy a ganar’”.

Como el ganador del Premio Cervantes 2009 había prometido anteriormente, su discurso fue breve y aseguró en su intervención que la situación de los escritores no ha cambiado desde los tiempos en que el propio autor de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha y su rival Lope de Vega se humillaban “ante duques, condes y marqueses”.

“Casi todos los escritores somos, a querer o no, miembros de una orden mendicante. No es culpa de nuestra vileza esencial sino de un acontecimiento ya bimilenario que tiende a agudizarse en la era electrónica”, aseguró el escritor mexicano.

Voz comprometida

Por su parte, el rey Juan Carlos de Borbón destacó la importancia de la escritura de Pacheco en la segunda mitad del siglo XX. “Es la suya una poesía entendida como un producto social, de todos y para todos, que se eleva por encima de las voces individuales”.
El monarca español agregó que el autor es capaz de adoptar desde “el guiño irónico hasta la hondura de un compromiso ético ejemplar y necesario”.

Esa colectividad que alienta la obra de José Emilio Pacheco fue también subrayada por la ministra de Cultura de España, Ángeles González-Sinde: “Con su obra nos ha enseñado que sólo lo frágil perdura, que hay defensa contra el vacío, que se puede ser conciencia plural del tiempo”.

“La lengua en que nací es mi única riqueza”
José Emilio Pacheco, escritor.

La anécdota de perder los pantalones
“Aplastado” y “agradecido”


José Emilio Pacheco, más relajado y tranquilo durante el cóctel que siguió a la entrega del Premio Cervantes, señaló a la prensa que se sentía “aplastado y agradecido por tantos homenajes” que, según él, no merece, pero subrayó que todo había sido “excepcional y maravilloso” y que todos le habían tratado con una gran generosidad, “una cosa muy rara”. Alegó, al hilo de esta cuestión, que “cuando ganas un premio hay muchísima gente en contra y no todo el mundo se porta muy bien”.

Recordó también la anécdota “terrible” que le había ocurrido minutos antes de recibir el galardón, cuando se le cayeron los pantalones. “Yo nunca me había puesto traje de pingüino, que requiere tirantes, y no los llevaba”, explicó. “Pero no me gusta dar una imagen de despistado, que a mí me va mucho desgraciadamente. Pero, ¿qué será lo contrario de despistado, pistado?
“Yo soy brutísimo y torpísimo, ni siquiera podía subir al púlpito, y después leyendo, me sobrevino un ataque de timidez”, confesó Pacheco, quien insistió que escribir es “una tarea diferente a la de hablar, porque te estás tapando la cara”.

Figura literaria
La melancolía de lo cotidiano


El poeta, narrador y profesor universitario José Emilio Pacheco es una de las grandes figuras de la literatura de nuestro tiempo, además de un extraordinario animador cultural que, como es costumbre en México entre los escritores más relevantes (ahí están Octavio Paz, Carlos Fuentes o Carlos Monsiváis, por citar sólo unos pocos ejemplos), ha practicado el periodismo en diversas revistas y suplementos como Medio Siglo, Estaciones, Revista de la UNAM o México en la Cultura (diario Novedades).

A lo largo de su trayectoria, Pacheco sobre todo ha destacado como poeta. Comenzó a publicar siendo un adolescente, allá por el año 1958, y aparecía en diversas antologías de poesía mexicana como uno de los grandes valores emergentes ya a mediados de los sesenta. A pesar de que otros poetas de su generación recibieran por entonces la impronta de la “Generación Beat” y luego la del rock, Pacheco se ha distinguido por ser a la vez contemporáneo e intemporal. Escribe con una transparencia asombrosa. Sin embargo, la sencillez de sus poemas más bien resulta una apariencia, pues este hombre de prodigiosa erudición, desde sus inicios habla de un tema poético medular: el paso del tiempo que no sólo nos erosiona y nos llena de pesadumbre, sino que está siempre manifestándose en lo cotidiano y en el presente, así como en la naturaleza.

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