Cultura

Octavio Paz, una ventana para entender el mundo

Entre las conmemoraciones destaca la publicación del volumen Por las sendas de la memoria. Prólogos a una obra

GUADALAJARA, JALISCO (19/ABR/2011).- “Sólo si renace entre nosotros el sentimiento de hermandad con la Naturaleza podremos defender la vida”, expresó el poeta mexicano Octavio Paz (1914-1998) durante su discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura en 1990. A más de dos décadas de distancia, sus palabras aún se mantienen vigentes y actuales según los estudiosos de su obra y sus lectores.

Del autor de El laberinto de la soledad, uno de los libros más leídos en México, se ha dicho  casi todo. Su vida y obra  ha llamado la atención de cientos de investigadores que indagan en los diferentes  perfiles de Paz, quien destacó como poeta, ensayista, editor, crítico, conductor de  televisión, académico y funcionario.  

La directora de la revista Luvina, Silvia Eugenia Castillero, comenta que el lector puede descubrir a través de la obra de Octavio Paz “nuevas ventanas y herramientas, un mundo diferente”. Agrega que se trata de “un poeta que supo irse modernizando libro con libro. La enseñanza para los jóvenes y los poetas actuales es que cada uno de sus libros  era una aventura y una búsqueda  formal nueva”.

Como recomendación para los nuevos lectores del autor de Piedra de Sol, Castillero pide “calma y tiempo”, porque Paz no es escritor para leerse en la cola del banco. 

Por su parte, el director de Literatura de la Secretaría de Cultura (SC) de Jalisco, Jorge Souza, explica que “todos los géneros que tocó –Octavio Paz- los renovó, abrió caminos innumerables en la poesía”. 

Considera que su obra está “muy vigente porque los jóvenes los siguen leyendo y sus libros como El laberinto de la soledad es un título de estudio y referencia porque es uno de los intentos más completos para definir y establecer las características de la identidad nacional”.

Jorge Souza afirma que “los principales textos de Paz están al alcance de todos. Es un autor cercano, cuyos textos permiten entender el mundo, el amor y la historia de una forma determinada.

Entre los libros escritos por Paz destacan Libertad bajo palabra, Salamandra, Ladera Este,  Árbol adentro, El fuego de cada día, El arco y la lira, Las peras del olmo, Corriente alterna y Posdata.

 Para conmemorar el aniversario luctuoso número 13, la casa editorial de Octavio Paz, el Fondo de Cultura Económica (FEC), recuerda al ensayista y poeta, quien falleció el 19 de abril de 1998, con la publicación del libro Por las sendas de la memoria.
Prólogos a una obra. El ejemplar es una recopilación de los prólogos escritos por Paz de 1990 a 1997, con motivo de la primera edición de sus Obras completas, y los elaborados para Sor Juana Inés de la Cruz o Las trampas de la fe, y Los privilegios de la vista. El sello editorial apunta que “todos ellos son textos donde se encuentran las claves de su formación como poeta y de su posterior actividad ensayística”.

La relación con Elena Garro  

La escritora Elena Garro y Octavio Paz comenzaron su noviazgo en 1935. Entre los primeros obstáculos de la pareja fue la familia de la autora de Los recuerdos del porvenir que se oponía a la relación e incluso contempló la posibilidad de mandar a su hija a un internado para librarle del poeta.

En 1937, la pareja contrajo matrimonio y tuvieron una hija, Helena Paz Garro. A principios de la década de los años sesenta, Garro decide divorciarse de Paz.

Elena Garro nació en Puebla, en 1916. Su padre era español y su madre era mexicana. Estudió Literatura en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y escribió novelas, cuentos, ensayos y obras de teatros.

El galardón


En 1990, la Academia Sueca cedió a Octavio Paz el máximo galardón de las letras, el Premio Nobel de Literatura,  por “la apasionada obra literaria de amplios horizontes, moldeada por una inteligencia sensual y un humanismo íntegro”.

El Nobel a Paz fue el primero en entregarse a un escritor mexicano y para recibir el galardón, el poeta optó por un discurso marcado por el amor a la Naturaleza. 

El autor confesó sentirse tan “emocionado como un niño”, pues había recibido la medalla y el diploma que lo acreditaban como Nobel de Literatura 1990. En la ceremonia de entrega, los galardonados firmaron una carta de apoyo dirigida al presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, quien no asistió a la ceremonia para recibir el Nobel de la Paz.

El editor


En 1976, Octavio Paz junto con otros intelectuales de la época como Alejandro Rossi fundaron la revista Vuelta. Durante 20 años, la publicación se mantuvo en pie y salieron a la luz 217 números.  En 1993, Vuelta obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, por “unir espiritualmente el mundo intelectual de las dos orillas del Atlántico y constituir una de las expresiones más genuinas y rigurosas del pensamiento y la creación literaria”.

Para el autor, la revista permitía crear “un espacio libre para desplegar, simultáneamente, la imaginación de los escritores y el pensamiento crítico moderno en sus distintas manifestaciones”. Con la muerte de Octavio Paz concluyó el proyecto editorial.

La academia

Otro aspecto destacado en la vida de Octavio Paz fue su paso por la academia.  El 1 de agosto de 1967, ingresó a El Colegio Nacional, el discurso de ingreso del poeta se tituló La nueva analogía y  fue contestado por el doctor Antonio Castro Leal.

El autor también fue un destacado miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, incluso aún se le considera una de las figuras más emblemáticas de la institución, que recientemente celebró su aniversario número 176.  Además,  impartió clases en las universidades de Cambridge y Harvard.

En 1994, comenzó a trabajar en Servicio Exterior Mexicano y fue enviado a París, ciudad donde permanece hasta 1951. Después fue regresó a su país para dedicarse de lleno a la creación literaria.

La muerte

El domingo 19 de abril de 1998, Octavio Paz  murió en la Ciudad de México a los 84 años.  El escritor estuvo enfermo de cáncer y también de flebitis. Sus restos fueron velados en el Palacio Nacional de Bellas Artes.

Al funeral asistió más de medio millar de personas que ovacionaron al poeta. El protocolo estuvo presidido por el entonces presidente de México, Ernesto Zedillo Ponce de León.

El cuerpo de Paz fue llevado al crematorio del Panteón Español, donde fue incinerado. 

A 13 años de su fallecimiento, el autor sigue atrapando lectores y es considerado una de  las voces más destacada de la literatura en lengua española.
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