Cultura

Octavio Paz, en el vaivén del surrealismo

El coloquio, dedicado al poeta mexicano galardonado con el Premio Nobel de Literatura 1990, concluyó ayer

GUADALAJARA, JALISCO (08/JUL/2011).- “Para Octavio Paz fue una verdadera fortuna no haberse adherido al movimiento –surrealista- en su momento de apogeo porque así pudo salvar y hacer suyo lo más valioso de la aventura, que tatuó al siglo XX, el espíritu surrealista con todo lo secreto y lo adverso que implicaba el gesto a destiempo”, dijo la académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Fabienne Bradu, durante su participación en el coloquio dedicado al autor de Libertad bajo palabra, organizado por El Colegio de Jalisco.

Bradu destacó en su ponencia titulada Octavio Paz y el surrealismo la relación del autor mexicano, galardonado con el Premio Nobel de Literatura  de 1990, con el poeta francés André Breton. Durante la segunda jornada del coloquio Octavio Paz, la palabra en libertad, que concluyó ayer, no sólo se analizó la influencia del surrealismo en la obra del autor de El laberinto de la soledad, sino la modernidad, el amor y el erotismo como temas en la poética del escritor y en títulos como La llama doble y la India y las coincidencias con México, las cuales fueron apuntadas por el autor de Libertad bajo palabra.

La académica de la UNAM señaló que “dentro de un panorama dominado por el existencialismo y las liosas ideologías de la Guerra Fría, el surrealismo era el único reducto, que seguía sosteniendo los tres pilares de la poesía, la libertad y el amor. Es cierto que no constituye un coto del surrealismo, pero su conjunción, y sobre todo la responsabilidad de la lealtad que implican sí fueron obra genuina y duradera del movimiento”.

Bradu consideró que el surrealismo no representó un camino a seguir para Paz, sino una salida hacia una poesía distinta.

“La poesía de Octavio Paz, junto con otras creaciones, presenta una vía de salida para el surrealismo”, dijo la investigadora, quien lo citó: “La diferencia con las otras vanguardias o más bien la superioridad del surrealismo sobre ellas es de orden espiritual y no estético.  Aunque en su periodo final no haya dado grandes obras, el surrealismo guardo intacto sus poderes de indignación moral, fue un foco secreto de pasión poética en nuestra época vil, en sus negaciones palpitó siempre el sí de la poesía, el amor y la libertad. La lección de Breton fue moral y cuando la gritería y la cháchara que hoy nos ensordece se hayan disipado su palabra volverá a ser oída”.     

Para Bradu, el espíritu surrealista está presente en las páginas de los 14 tomos de las obras completas del autor de El laberinto de la soledad, así como los temas abordados por los nueve participantes del coloquio, coordinado por el historiador Jacques Lafaye.

El erotismo

Bajo el título Octavio Paz entre Eros y Parvati, el escritor y editor de Artes de México Alberto Ruy Sánchez impartió su conferencia ante un auditorio atento a las discusiones, cuyo eje fue el autor fallecido en 1998.

Ruy Sánchez señaló que el cuerpo de la mujer en geografía es un lugar común en la poesía, pero en la obra de Octavio Paz es: mundo. “El proceso es interesante porque implica en el poeta, una toma de consciencia de que el mundo no es un idilio y ni quisiera el amor o el cuerpo de la amada con toda su intensidad es lugar de perfecciones. Primero, el pequeño Edén pacífico se vuelve convulsión, todo se agita y el paraíso terrestre, que es el cuerpo de la amada se convierte en expulsión del Paraíso, consciencia de que la amada no sólo es jardín edénico, sino toda la plenitud del mundo”.

El editor de la revista Artes de México leyó varios fragmentos del poema Piedra de Sol, del Octavio Paz, para ejemplificar a la mujer como mundo. Además, recordó el día cuando conoció al autor de Libertad bajo palabra, quien sólo lo recibiría una hora, que al final fueron seis, dedicadas a reflexiones sobre el erotismo y a un proyecto que dio luz al título La llama doble.

“El poeta –Octavio Paz- incursiona en el mundo por fascinación, el mundo que le toca vivir lo seduce y a su vez seducirlo, nombrarlo es como tocarlo con la magia de sus palabras vivas. Desde entonces la poética de Paz puede ser considerada como erótica sutil, pero apasionada, y las variables de esa erótica son cada vez sorprendentes”.

El coloquio Octavio Paz, la palabra en libertad permitió reconocer las diferentes facetas del poeta. Al respecto, Alberto Ruy Sánchez afirmó que cada uno de los participantes, entre ellos Jorge Esquinca, Christopher Domínguez  Michael, Jesús Silva-Herzog Márquez, Charles Malamoud, Guillermo de la Peña  y Fabienne Bradu, tiene su Octavio Paz y “un coloquio como éste sirve para ir construyendo diferentes caras. A la mejor llegamos a tener un personaje de tres dimensiones (…) porque todos somos distintos para diferentes personas”.
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