Cultura
Novela negra e impacto social, el signo de Taibo II
Para la FIL trae la colección ''La negra'', que contiene 17 libros de este género
Carga cinco de estas obras como si fueran sus bebés y se niega a soltarlos. Y quién sabe, porque probablemente lo son. De ellos habló en entrevista para esta casa editorial.
Si hay alguien que cree en la responsabilidad social del escritor, aun cuando se trata de ficción, es él. Por eso ha insistido en la posibilidad que tiene la novela negra de explicar realidades, especialmente en un país golpeado por la violencia.
"La clave es ahora el recorrido (de todos los libros). La saga Belascoarán cuenta 20 años de historia de México, historias de lo subterráneo del hecho criminal vinculados al poder. La saga de Sombra de la sombra incide con ese México que de alguna manera era premonitorio".
Levanta el cigarro a la altura de su mejilla y se pone pensativo. Cuenta que el otro día pensaba --"y no me equivoco"--, que cuando publicó "Sueños de frontera" ya contaba lo que iba a pasar con el narco, 20 años antes de que sucediera.
"Si la relees con cuidado verás que ahí hay una radiografía del fenómeno del narco dominando una parte del espacio social del país (...) De alguna manera, al poner juntos los 17 libros escritos al día de hoy de literatura policiaca, lo que hace es demostrar que hay un registro, que la novela registró una realidad que no se contaba en la literatura mexicana".
Toma distancia de la literatura del narco
Con la misma habla suelta pero sin soltar el cigarro, afirma que hay una clara diferencia entre la novela negra y la literatura del narcotráfico que ha tenido su boom a partir de la guerra en el país contra el crimen organizado.
Con contadas excepciones, entre las que menciona a Elmer Mendoza, "la mayoría del material es periodístico de calidad múltiple, desde muy bueno hasta muy malo; han intentado explicar el fenómeno, de dónde sale, qué son, qué es la locura de esta guerra de Felipe Calderón; el desastre, la incapacidad, las complicidades". Ahí hay trabajos de gente como Sanjuana Martínez y Héctor de Mauleón, "siete u ocho libros que ayudaron a darle una profundidad al problema, cosas que no se estaban viendo, pero la literatura no entró, lo tiene demasiado cerca para pescar y narrar".
El rigor es importante, pese al grado de autonomía que puede llegar a tener la literatura; pero el material con que arranca el novelista, comenta, está en la calle, y con el tiempo se va acumulando e incorporando.
"No hay duda que la novela policiaca tiene una capacidad de respuesta inmediata social que no tienen otros géneros, pero también necesita tiempo, distancia, altura para poder entrar en los temas en toda su riqueza".
Creador de lectores
El efecto de la novela en lectores niños y adolescentes no es en tiempo futuro. Paco I. Taibo II, siempre promotor de la lectura, afirma que ya lo tuvo, pues "incorporó masas de lectores que no leían".
"No hay duda: jalamos un montón de jóvenes a la lectura a través de la novela negra (...) les ofrecimos una literatura que tenía doble juego. Les decíamos que esto es apasionante, es divertido; pero también les decíamos: 'Mira, te estoy guiñando el ojo, estás viviendo en el paraíso de la injusticia, del abuso, de la descomposición moral".
Porque no se trata sólo de fomentar lectura, sino de que ésa sea crítica. Esos lectores que fueron atraídos por la novela negra ya comienzan a leer a Ray Bradbury, afirma el escritor, están evolucionando hacia otros autores. Dice que es algo parecido al efecto Harry Potter --y por eso desprecia a sus críticos--, pues los jóvenes que hoy lo leen, en tres años notarán su evolución con otros escritores, a diferencia de lo que pasaba con quienes leían y se quedaban con libros de autoayuda.
Inmersión, la clave
No deja pasar la importancia de la inmersión para la construcción narrativa de un libro. En su caso, para escribir cada uno de los 17 libros que forman la colección, la tuvo.
"Hay muchos colegas cuya literatura es de tercera porque trabajan sólo sobre la superficie". Alguna vez leyó con singular desagrado la novela de "un autor muy conocido" que describía la sede de la Secretaría de Gobernación, haciéndolo con referencias puramente geográficas, sin la capacidad de describir el entorno y el edificio mismo.
Severo --y sí, aún fumando--, dice: "Eso no es literatura. El escritor tiene que construir, no sólo pseudodescribir, para eso tenemos la Guía Roji".
EL INFORMADOR/ ROBERTO MEDINA
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