Cultura
Noche de divas en el Teatro Degollado
A escena Alondra, Simone Dinnerstein e Irasema Terrazas
No. Alondra no se distrae tan fácil. Ella agita los brazos tan enérgicamente como las melodías que crean los músicos de la Orquesta Filarmónica de Jalisco.. Sus músicos.
Solemnidad aparte. Alondra sale al escenario elegantemente vestida, con unos zapatos rojos que resaltan tanto como su juventud. Es la diva y a la diva hay que verla de pies a cabeza.
Detrás de ella, la pianista Simone Dinnerstein creaba un mundo. Uno donde sus dedos tienen la condición que cualquier par de piernas envidia. Uno donde interpretaba piezas como "Allegro molto moderatto", impronunciable para cualquier primerizo en las artes musicales.
Pero pronunciar es lo de menos; aquí se escucha y se siente la angustia que la pianista transmite con cada uno de sus gestos, a veces tiernos y otras tantas preocupados.
Cuando llega el intermedio es hora de que los impuntuales entren. Que no se pierdan lo que va a pasar. La diva de los zapatos rojos, ya sin pianista, robando toda la atención. El público en silencio. Observando. Suspirando.
Noche de divas. Porque no sólo hubo dos, sino tres. La soprano Irasema Terrazas, cubierta con un vestido azul que resalta su piel blanca, casi literalmente puso el grito en el cielo.
Aplausos para todos. Sentados y de pie. Que el cliché no se acabe. Que las divas tampoco.
EL INFORMADOR / ROBERTO MEDINA
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