Cultura
Nacimiento de origen alemán llega a museo del DF
La artesanía elaborada a finales del siglo XIX se presenta en el Museo Casa de la Bola
CIUDAD DE MÉXICO (13/DIC/2010).- Conformado por 92 piezas de madera de la zona de los Alpes y tela rígida policromada, un paisaje de fondo pintado al óleo, además del caserío y planos para su montaje, se expone un nacimiento de origen alemán de finales del siglo XIX, en el Museo Casa de la Bola, de esta ciudad, donde permanecerá hasta el 16 de enero de 2011.
El nacimiento fue realizado en la región de Bavaria, Alemania, a finales del siglo XIX, probablemente por el artesano Joseph Osterrieder, y está inspirado en el estilo pictórico de los Nazarenos, que fue un grupo de pintores del Romanticismo alemán, y quienes se interesaron en rescatar la espiritualidad del arte cristiano medieval.
Durante algún tiempo, el nacimiento dejó de exhibirse en los Museos de la Fundación Cultural Antonio Haghenbeck y de la Lama, pues muchas de sus piezas se encontraban en mal estado, sin embargo, tras un cuidadoso trabajo de restauración, se muestra al público para su disfrute y con la finalidad de continuar con esta tradición en este país.
Cabe mencionar que Bavaria se ha caracterizado por celebrar la Navidad poniendo grandes nacimientos con una variedad de figuras en un ambiente que recrea las zonas áridas y los pequeños poblados del Medio Oriente, donde nació Cristo.
En 1930, Rafael Ortiz de la Huerta encargó la compra de este nacimiento a Alemania, en 1950 lo vendió a Antonio Haghenbeck y de la Lama, quien en 1990 lo prestó al Museo Nacional de San Carlos para su exhibición; y en esa ocasión se hizo un nuevo paisaje de fondo, ya que el original estaba destruido.
La tradición de poner nacimientos en México data del siglo XVI con la llegada de las órdenes religiosas franciscanas, dominicas y agustinas, quienes empleaban representaciones del nacimiento de Cristo, con figurillas, como parte de sus métodos de evangelización.
Durante el Virreinato en la Nueva España (1521-1821) y en el México Independiente se acostumbraba colocar el nacimiento en el interior de templos y casas, como parte fundamental de la celebración de la Navidad, con la finalidad de representar el natalicio de Jesucristo y tener presente año con año este importante acontecimiento para el mundo cristiano.
Estos nacimientos solían ser de grandes dimensiones, que contenían algunas escenas del Antiguo Testamento, donde se anunciaba la venida de Cristo, y en las imágenes de San José, la Virgen María y el Niño Dios, al ser las figuras centrales, se ponía especial esmero en su realización, llegando incluso a realizarse en madera estofada.
El nacimiento fue realizado en la región de Bavaria, Alemania, a finales del siglo XIX, probablemente por el artesano Joseph Osterrieder, y está inspirado en el estilo pictórico de los Nazarenos, que fue un grupo de pintores del Romanticismo alemán, y quienes se interesaron en rescatar la espiritualidad del arte cristiano medieval.
Durante algún tiempo, el nacimiento dejó de exhibirse en los Museos de la Fundación Cultural Antonio Haghenbeck y de la Lama, pues muchas de sus piezas se encontraban en mal estado, sin embargo, tras un cuidadoso trabajo de restauración, se muestra al público para su disfrute y con la finalidad de continuar con esta tradición en este país.
Cabe mencionar que Bavaria se ha caracterizado por celebrar la Navidad poniendo grandes nacimientos con una variedad de figuras en un ambiente que recrea las zonas áridas y los pequeños poblados del Medio Oriente, donde nació Cristo.
En 1930, Rafael Ortiz de la Huerta encargó la compra de este nacimiento a Alemania, en 1950 lo vendió a Antonio Haghenbeck y de la Lama, quien en 1990 lo prestó al Museo Nacional de San Carlos para su exhibición; y en esa ocasión se hizo un nuevo paisaje de fondo, ya que el original estaba destruido.
La tradición de poner nacimientos en México data del siglo XVI con la llegada de las órdenes religiosas franciscanas, dominicas y agustinas, quienes empleaban representaciones del nacimiento de Cristo, con figurillas, como parte de sus métodos de evangelización.
Durante el Virreinato en la Nueva España (1521-1821) y en el México Independiente se acostumbraba colocar el nacimiento en el interior de templos y casas, como parte fundamental de la celebración de la Navidad, con la finalidad de representar el natalicio de Jesucristo y tener presente año con año este importante acontecimiento para el mundo cristiano.
Estos nacimientos solían ser de grandes dimensiones, que contenían algunas escenas del Antiguo Testamento, donde se anunciaba la venida de Cristo, y en las imágenes de San José, la Virgen María y el Niño Dios, al ser las figuras centrales, se ponía especial esmero en su realización, llegando incluso a realizarse en madera estofada.
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