Cultura
Murales, en espera de atención
Desde hace seis años la Biblioteca Iberoamericana Octavio Paz solicita la restauración de sus frescos; no hay respuesta
En este contexto, y en virtud de que se aprecian secciones del mural con la pintura deslavada, presencia de polvo, fisuras y huella de escurrimientos de agua, es que la pasada semana —refiere la administradora de la biblioteca, la maestra Luz Elena Martínez Rocha – se solicitó a la Rectoría un presupuesto especial para tratar la azotea, porque “no se contempló” en el presupuesto del año anterior y se espera obtener recursos de “un fondo para obras contingentes”.
Martínez Rocha advierte que desde hace casi seis años han estado “tocando puertas”, pero “ninguno nos ha hecho caso y dicen que no hay presupuesto en ningún lado. Y ahí siguen los murales”. Lo que se ha solicitado no son sólo recursos, sino también el personal especializado para llevar a cabo los trabajos.
De acuerdo con la administradora, lo que más ha afectado los murales “por más de 20 años”, son los altos índices de contaminación y partículas suspendidas en el centro de la ciudad, así como las vibraciones que provocan el tráfico y el paso del Tren Ligero —casi por debajo del inmueble ubicado en Plaza Universidad—, lo que puede apreciarse en la superficie de las obras.
Lo innegable, a estas alturas, es que los murales “requieren de mantenimiento y obras preventivas para su conservación” y, también, que a pesar de que no se conoce con exactitud cuánto se necesita para ello, el presupuesto con el que cuentan las coordinaciones de Bibliotecas y la General Académica de la UdeG —dependencias que tienen a su cargo la Biblioteca Iberoamericana— no es suficiente y carecen de equipo y personal especializado.
Martínez Rocha afirma que el INAH Jalisco ha respondido no con oficios sino a través de llamadas al director de la biblioteca, Fernando del Paso, a quien han reiterado “que no tienen dinero”; misma respuesta que recibió el escritor por parte de la titular del INBA durante la pasada administración federal, Teresa Vicencio.
“No sabemos a quién acudir”, comenta la administradora, aunque asegura que cada documento de solicitud se ha enviado con copia para las autoridades universitarias y del INAH Jalisco.
Las acciones más recientes que se ha tomado son un oficio que se envió directamente al titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar y de Teresa, y la solicitud a la UdeG.
A pesar de los años que han transcurrido desde que comenzó a informarse del asunto, hay “optimismo” y Martínez Rocha espera que en mayo haya respuesta del Conaculta.
“Deberían poner más interés en resolver esto; aunque sabemos que los recursos son limitados y hay otras necesidades urgentes”.
Un añejo problema que parece no tener solución
Hace más de tres años, en la víspera de celebrar las primeras dos décadas de la Biblioteca Iberoamericana Octavio Paz, su administradora general, la maestra Luz Elena Martínez Rocha, dio a conocer que los murales de David Alfaro Siqueiros y Amado de la Cueva que se aprecian en la nave central de la edificación, aunque en “buen estado”, presentaban leves signos de deterioro y suciedad, producto de la contaminación del Centro de la ciudad, a pesar de lo cual no habían recibido mantenimiento.
En palabras de la adminsitradora, aunque el techo del edificio se mantiene en “excelentes” condiciones y se impermeabiliza adecuada y constantemente, el estado de la obra monumental se había advertido desde hace por lo menos cinco años y se dio noticia de ello al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA); así, en un oficio que la biblioteca envió a la dependencia federal —lo mismo que a la delegación Jalisco del Instituto de Antropología e Historia (INAH) y a la UdeG, depositaria del inmueble— el 13 de julio de 2009, se apunta que los murales “se encuentran deteriorados en varios grados a causa de la humedad originada por filtraciones y trasminaciones, así como por la falta de limpieza adecuada”.
En el documento citado, firmado por el director de la institución, Fernando del Paso, se habla del “auxilio” recibido por parte del director de la Escuela de Restauración y Conservación de Occidente (ECRO), Alejandro Canales, quien realizó con un equipo de trabajo un peritaje “superficial” a los murales, del cual (como se publicó en EL INFORMADOR el 12 de enero de 2011) se desprende que “requieren una limpieza, además de que hay que verificar la azotea, con la intención de prevenir filtraciones de agua para evitar la humedad”.
Se pidió al INBA que solventara los gastos de mantenimiento, pero la institución respondió 10 días después que “lamentablemente” no podían asumir el financiamiento de la solicitud y sólo se aclaró que, de cualquier modo, el proyecto debería realizarse “a través del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble” (instancia que declaró la finca como Patrimonio Nacional).
TOMA NOTA
El lugar
El 19 de julio de 1991, se inaugura como sede de la Biblioteca Iberoamericana y se le distingue con el nombre del poeta y ensayista mexicano, Premio Nobel de literatura, Octavio Paz.
La biblioteca se ubica en la Plaza Universidad, en Colón y Pedro Moreno.
H: L-V, de 9:00 a 21:00 horas;
S, de 9:00 a 17:00.
T: 3614-1506.
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