Cultura
Muere Gore Vidal, el gran crítico de su país
El escritor estadounidense fue un duro critico del gobierno de George Bush y de la política de su pais. Vidal escribió también obras de teatro, dos se estrenaron en Broadway con éxito
Pocos autores han estado tan cerca del entramado de poder en América como lo ha estado él.
Vidal nació el 3 de octubre de 1925 en West Point, Nueva York, y creció a la sombra de los centros de decisión de la vida norteamericana del siglo XX. Era un muchacho de gran inteligencia natural que, acompañada de una excelente formación, dio como resultado una de las mentes más lúcidas, beligerantes y receptivas de su época.
Su primera novela, "La ciudad y el pilar de sal", en la que se muestra ya la temática gay, aunque de una manera bien candorosa, lejos de lo que serían sus posteriores incursiones en el asunto, ya le causó los primeros problemas y puede decirse que, desde entonces, la sociedad bienpensante norteamericana no le dio tregua ni él a ella.
Firme enemigo del imperialismo estadounidense, puede decirse que se convirtió en un problema permanente para sus compatriotas, lo cual, dada su veta exhibicionista, no podía disfrutarlo más. Escribió también obras de teatro, dos de las cuales se estrenaron en Broadway con notable éxito; trabajó como guionista para la Metro Goldwyn Mayer en la famosa película Ben-Hur, colaboración de la que salió tan malparado que su nombre desapareció de los títulos de crédito y provocó la ira del actor Charlton Heston, que encontraba toques de homosexualidad en su personaje.
Era un hombre inteligente, divertido, mundano y excepcionalmente culto; dotado de una capacidad crítica aguda y valiente. Su mejor versión como novelista es la que enlaza la serie de novelas históricas que comienza con "Burr" y sigue con "Lincoln", "Imperio", "Hollywood" y "La edad de oro". “Para quienes erróneamente ven la historia como un testimonio verídico y la novela como una invención —dijo a propósito de estas obras— a veces puede ser exactamente al revés”.
En realidad, el deseo de Vidal de estar siempre en el candelero jugó a su favor y en su contra. Su voz siempre tuvo eco y estuvo cargada de razón porque su mordacidad, como demuestra la sátira Myra Breckindridge, era su mejor arma. Quizá su obra maestra sea A memory considerada como un texto excepcional de relato autobiográfico.
En los últimos años se enfrentó con verdadera dureza a George Bush y al grupo de empresarios del petróleo que lo rodeaban y, como en el caso de Roosvelt y Pearl Harbour, puso en cuestión la actitud de su Gobierno con respecto a los intereses que se escondían tras la utilización del 11-S.
Su mejor versión como novelista es la que enlaza la serie de novelas históricas que comienza con "Burr" y sigue con "Lincoln", "Imperio", "Hollywood" y "La edad de oro".
Con información de El País
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