Cultura
Monique Proulx retrata Quebec con 'Auroras Montreales'
La Universidad Veracruzana lanza su nueva colección de literatura extranjera en la FIL
literatura extranjera con Auroras montreales, de Monique Proulx.
Para Proulx, esta serie de cuentos son un retrato de la ciudad, que aunque no es su lugar natal, sí ha vivido muchos años y ha buscado comprenderla y encontrar su tono, su color: XX "Me tomó mucho escribir el libro, se requiere mucho tiempo para conocer la ciudad. Yo nací en una ciudad encantadora, pero pequeña, Quebec. Es pintoresca para los turistas, la aman, pero es como una gran familia, luego de varios años te aburres, sobre todo un artista", comentó la escritora en entrevista con este medio. A los treinta años se mudó a Montreal, la segunda ciudad francófona más grande, y que además tiene una comunidad anglófoba muy presente, lo que provoca que el intercambio cultural. El libro es también un homenaje a ese francofonía que subsiste en un el norte del continente, dominado por el inglés.
Una de sus intenciones es hacer de este libro una especie de espejo, al igual que una urbe cosmopolita es espejo del mundo: "En Montreal encuentras todos los extremos, pero al mismo tiempo éstos se nulifican", dijo, "Es una ciudad pacífica, pero agitada al mismo tiempo".
En Montreal, señala la autora, hay mucha inmigración, "Los admiro por su capacidad de empezar", igualmente, Monique comenta que es una ciudad con mucho flujo de artistas e intelectuales.
Respecto a este libro, comenta que tardó diez años en escribirlo, en parte por el reconocimiento que fue haciendo de la ciudad para lograr concretarlo: "Entrar en una ciudad es como entrar en el mundo, es como nacer. Tienes que encontrar tu lugar, amor, trabajo, expresarte. Aunque a veces hay que abandonarlo en algún momento». Aunque se trata de cuentos, la curva narrativa que la autora crea con cada relato es ese proceso de vida y muerte.
En la tradición de los libros sobre ciudades proliferan las novelas, pero Proulx decidió el género del cuento breve para reflejar esa manifestación itinerante de las vidas, sin principio ni fin definido, sólo momentos: "No hay un alma, son muchísimas: la vida se parece más a un cuento corto que a una novela. Los momentos son fugaces, estamos y luego desaparecemos. Nos gusta pensar que la vida es una gran línea continua, pero no es así", aseguró.
Del mismo modo, al explorar la vida de una ciudad el libro se vuelve universal: "Por la homogeneidad del mundo contemporáneo".
Además, como sucede con los libros de cuentos elaborados alrededor de un tema, "Se puede leer de manera continua, visto como un todo, o con cada texto de manera independiente", afirmó la autora.
Monique vive la relación con la escritura desde la infancia, cuando a los seis años aprendió a leer y escribir: "Me maravillo el universo contenido en imágenes, sólo en letras. Jamás pensé que cobraría tanta importancia en mi vida", cuando decidió que no se dedicaría a otra cosa que no fuera la escritura. Su siguiente libro está recién terminado, con un proceso de escritura de seis años, donde recurre a la misma ciudad como motivo narrativo.
SABER MÁS
Monique Proulx, editado por la Universidad Veracruzana. Libros de otros autores de Quebec se encuentran en el stand II14, un espacio para la literatura quebequense.
EL INFORMADOR / JORGE PÉREZ
GUADALAJARA, JALISCO (02/DIC/2014).- La Universidad Veracruzana lanza su nueva colección de
Para Proulx, esta serie de cuentos son un retrato de la ciudad, que aunque no es su lugar natal, sí ha vivido muchos años y ha buscado comprenderla y encontrar su tono, su color: XX "Me tomó mucho escribir el libro, se requiere mucho tiempo para conocer la ciudad. Yo nací en una ciudad encantadora, pero pequeña, Quebec. Es pintoresca para los turistas, la aman, pero es como una gran familia, luego de varios años te aburres, sobre todo un artista", comentó la escritora en entrevista con este medio. A los treinta años se mudó a Montreal, la segunda ciudad francófona más grande, y que además tiene una comunidad anglófoba muy presente, lo que provoca que el intercambio cultural. El libro es también un homenaje a ese francofonía que subsiste en un el norte del continente, dominado por el inglés.
Una de sus intenciones es hacer de este libro una especie de espejo, al igual que una urbe cosmopolita es espejo del mundo: "En Montreal encuentras todos los extremos, pero al mismo tiempo éstos se nulifican", dijo, "Es una ciudad pacífica, pero agitada al mismo tiempo".
En Montreal, señala la autora, hay mucha inmigración, "Los admiro por su capacidad de empezar", igualmente, Monique comenta que es una ciudad con mucho flujo de artistas e intelectuales.
Respecto a este libro, comenta que tardó diez años en escribirlo, en parte por el reconocimiento que fue haciendo de la ciudad para lograr concretarlo: "Entrar en una ciudad es como entrar en el mundo, es como nacer. Tienes que encontrar tu lugar, amor, trabajo, expresarte. Aunque a veces hay que abandonarlo en algún momento». Aunque se trata de cuentos, la curva narrativa que la autora crea con cada relato es ese proceso de vida y muerte.
En la tradición de los libros sobre ciudades proliferan las novelas, pero Proulx decidió el género del cuento breve para reflejar esa manifestación itinerante de las vidas, sin principio ni fin definido, sólo momentos: "No hay un alma, son muchísimas: la vida se parece más a un cuento corto que a una novela. Los momentos son fugaces, estamos y luego desaparecemos. Nos gusta pensar que la vida es una gran línea continua, pero no es así", aseguró.
Del mismo modo, al explorar la vida de una ciudad el libro se vuelve universal: "Por la homogeneidad del mundo contemporáneo".
Además, como sucede con los libros de cuentos elaborados alrededor de un tema, "Se puede leer de manera continua, visto como un todo, o con cada texto de manera independiente", afirmó la autora.
Monique vive la relación con la escritura desde la infancia, cuando a los seis años aprendió a leer y escribir: "Me maravillo el universo contenido en imágenes, sólo en letras. Jamás pensé que cobraría tanta importancia en mi vida", cuando decidió que no se dedicaría a otra cosa que no fuera la escritura. Su siguiente libro está recién terminado, con un proceso de escritura de seis años, donde recurre a la misma ciudad como motivo narrativo.
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Monique Proulx, editado por la Universidad Veracruzana. Libros de otros autores de Quebec se encuentran en el stand II14, un espacio para la literatura quebequense.
EL INFORMADOR / JORGE PÉREZ
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