Cultura
Moneo apuesta por arquitectura comprometida con la ciudad
Señaló que hoy en día la profesión del arquitecto parece haber perdido terreno como técnico y la componente artística que siempre ha acompañado al oficio prevalece
En su opinión, la arquitectura ha dejado que la componente artística haya ganado terreno frente a la técnica, pese a que los arquitectos deben hacer de la "fábrica de la ciudad la razón de ser de su profesión".
Moneo, el quinto arquitecto que recibe el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, trasladó su satisfacción por la obtención de un premio, que ha querido agradecer y compartir con su familia, estudiantes y colegas.
Este maestro de arquitectos, especializado en el uso de la luz como elemento constructivo para crear espacios diáfanos en sus edificios, fue uno de los seis oradores que intervinieron hoy en la ceremonia de entrega de los Premios Príncipe de Asturias que ha acogido el Teatro Campoamor de Oviedo (noroeste de España).
En presencia de los Príncipes de Asturias y de la reina Sofía, reconoció que se sintió honrado al saber que había sido merecedor del Príncipe de Asturias de las Artes porque suponía reconocer que el trabajo de los arquitectos no es ajeno al de pintores, escultores, músicos o cineastas y que con él contribuyen a configurar el mundo.
Moneo incidió en que fue también una sorpresa porque se reconocía su trabajo en favor de la construcción de edificios muy diversos y de la enseñanza de la arquitectura y porque el jurado valoraba que su trabajo enriquecía los espacios urbanos con una arquitectura "serena y pulcra".
Tras recordar que el oficio de arquitecto fue fruto de la evolución de la humanidad y que se fraguó como tal en el Renacimiento, Moneo señaló que hoy en día esta profesión parece haber perdido terreno como técnico y la componente artística que siempre ha acompañado al oficio prevalece frente a la tecnología.
"El arquitecto, como responsable tan sólo de la imagen, de la apariencia con la que los edificios se nos presentan es la situación en la que nos encontramos, es lo que nos planteamos", señaló el autor del Kursaal de San Sebastián o de la ampliación del Museo del Prado.
Moneo, el único arquitecto español que está en posesión del Pritzker de Arquitectura -considerado el Nobel de esta disciplina-, trasladó su deseo de que los arquitectos de hoy en día mantengan viva "aquella necesaria racionalidad que implica la supervivencia" y de que continúen involucrados en la construcción "conociendo y entendiendo de aquellos aspectos formales y estructurales que determinan lo que los edificios son".
En su opinión, la ciudad debe hacer que su trabajo vaya más allá de lo estrictamente personal ya que en ese espacio se produce "inevitablemente la intersección entre lo público y lo privado".
Moneo aseguró que está "profundamente agradecido" a su profesión, que le ha hecho vivir indagando continuamente cuáles son las razones que explican la forma de todo aquello que nos rodea.
"Ver el mundo con los ojos del arquitecto es algo que, llegado a estas alturas de mi vida, celebro muy de veras, ya que me ha hecho mirar la las cosas con curiosa atención y contemplar el pasado como algo no muy diverso del presente".
Moneo, cuyas palabras precedieron la entrega de los premios, acabó su discurso agradeciendo el apoyo que ha recibido de su familia, estudiantes y colegas, con los que ha querido compartir un galardón que "abre una ventana a la esperanza" a muchos arquitectos "en estos momentos tan duros".
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