Cultura
Mitos y verdades en el Salón Literario
Nélida Piñón y Sergio Ramírez recibieron la Medalla Carlos Fuentes que desde ahora se entregará a quienes inauguren el salón que honra la memoria del escritor
El salón, además de ser el espacio ideal para compartir la pasión por la literatura, desde esta edición otorga —a través de Silvia Lemus, viuda de Fuentes, y el presidente de la FIL, Raúl Padilla— la Medalla Carlos Fuentes.
Sin saberlo —quizá— la escritora brasileña y el autor nicaragüense, acompañados por Rosa Beltrán, iniciaron su diálogo recordando a Fuentes: “Amamos a Carlos”, comenzó Nélida Piñón al comentar lo emocionada que estaba por ser parte del evento.
Piñón se dijo heredera de la tradición, parte de una herencia que la hace querer escribir más allá de ella misma. Añadió que una historia podría no ser nada sin el arquetipo, a quien reconoce como el gran personaje: “No se puede ser contemporáneo sin ser arcaico”.
En opinión de Sergio Ramírez, los escritores están ligados a su propia historia. El autor de “Flores oscuras” también comentó que el mundo urbano es creador de mitos.
Ante esto, la autora de “Aprendiz de Homero” (libro por el que, por cierto, fue galardonada con el Premio Casa de las Américas) advirtió que el gran creador de mitos, además de la antigüedad, es el mundo rural: “Ahora con la progresión del mundo urbano, los mitos se crean en 24 horas y desaparecen. Sin embargo, creo llegaremos a un tiempo en el que se creará un mito y evaporará. Vivimos pendientes de los mitos rurales”.
Entonces Ramírez coincidió con la autora en que la herencia cultural es rural, “pero como se pretende ser urbano, nos asombramos del poder que tienen lo rural, siempre estamos asombrados de la desconcertación que existe entre la realidad rural y nuestra pretensión de ser modernos. De tal modo que el caudillo no ha sido enterrado, porque es una figura del mundo rural, y como el mundo rural está vivo, siempre están resucitando en América Latina estos personajes”.
Con respecto a su proceso narrativo, Ramírez admitió que él necesita sentir que tiene que sacar la historia dentro de él y tener la necesidad de ser leído. Como veterano de la guerra, tiene mucho qué contar, pero siempre y estrictamente de un modo personal.
En cambio, Nélida Piñón, sin perder la desfachatez, confesó estar interesada en escribir una voz que escucha a lo lejos. Le importa poco su historia personal.
Como autores latinos, reconocieron la dificultad de ser leídos fuera de sus fronteras geográficas; Nicaragua por ser un pequeño país, y Brasil por ser la lengua extraña de Sudamérica. “Es un problema”, mencionó Sergio Ramírez, “sobre todo de mercado”.
En medio de un auditorio lleno, en medio de risas y caras de admiración, los escritores confesaron las necesidades esquizofrénicas de su profesión, y asimismo la necesidad de adentrarse a su personaje sea del género que sea.
POR CIERTO
Otra participación
Sergio Ramírez participará esta tarde, a las 17:00 horas, en el Homenaje a la Real Academia Española, con el tema “La lengua que nunca termina”.
Además, presentará ( a las 18:30 horas) el libro “Pantallas de plata”, una colección de ensayos póstumos de Carlos Fuentes, en torno al cine.
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