Cultura
Mélanie Watts recorre su historia ilustrada
La ilustradora canadiense cuenta que su inspiración son los miedos cotidianos
Hoy, en el Salón de los Ilustradores, compareció ante un público mayoritariamente infantil. Sin rubor ni pena, expuso sus motivos: lo suyo, lo suyo, es la ilustración. Y aunque tuvo un pequeño error al comenzar a estudiar administración de empresas cuando terminó la preparatoria, pronto cambió su camino y entró a diseño gráfico. Fue ahí cuando comenzó a abrirse camino en un mundo hecho para los niños, como los que ahí la estaban escuchando; pero no fue exclusivo de ellos, porque los adultos, aunque se la den de muy maduros, también estuvieron atentos y divertidos.
El motivo de la comparecencia ante el público -o de la conferencia, pues- fue hablar principalmente de dos de sus creaciones. El nombre del evento fue "Dos personajes y su creadora: Ardilla Miedosa y Chester", por lo que estos dos animales se llevaron toda la atención.
La Ardilla Miedosa, por su nombre, no necesita muchas explicaciones sobre su vocación. La ilustradora canadiense contó que su inspiración son los miedos cotidianos, reflejados en todos esos letreros que piden tener cuidado con el perro, con la velocidad, con el polvo... y bueno, hasta con los mismos letreros.
En una pantalla fue proyectado en todo momento el trabajo de la artista, desde que era una niña que ya ganaba concursos hasta el proceso de creación de sus primeros libros; también un poco de su historia personal, de la que ha tomado elementos para alimentar sus historias.
Y bueno: llegó la hora de hablar sobre Chester, ese gato gordo inquieto. La sala se llenó de ego y risas. Mélanie Watts aclaró: no se identifica con él, como deslindándose de todas sus travesuras. Pero bueno, ¿qué se le va a hacer? Después de todo ese Chester es un loquillo.
EL INFORMADOR / ROBERTO MEDINA
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