Cultura
Medellín, la ciudad del miedo a la esperanza
Ex alcalde colombiano señala a la cultura como el motor de la transformación social
Los ciudadanos habían preferido encerrarse en sus hogares y el espacio público ya no se valoraba como tal. El miedo reinaba en los barrios, mientras que la desconfianza entre los ciudadanos mismos y el distanciamiento entre instituciones y comunidades iba en aumento.
Sergio Fajardo, ex alcalde de dicha ciudad colombiana, en el tercer día de actividades de la FIL dictó la conferencia “La cultura como factor de cambio social: El caso Medellín”. Mostró al público el panorama de desigualdades que se vivía en Medellín. Para solucionarlo se llevaron a cabo diferentes actividades al aire libre y en diferentes escenarios, como funciones de teatro y títeres, mimos, conciertos y proyecciones de películas.
Lamentó que los jóvenes vean en el narcotráfico una solución para salir del nivel de marginación en el que viven. “Decidimos cerrar las puertas de la corrupción, para que cada vez menos personas pudieran entrar y abrimos las puertas de la educación”.
Durante su campaña electoral en 2003 para gobernar Medellín, se comprometió a convertirla en la ciudad con más programas de apoyo para el sistema educativo y prometió realizar una gran cantidad de actividades culturales, con el propósito de dejar de ser la ciudad más violenta de su país y la gente recupera las calles, parques y plazas públicas.
Tras varios años de pobreza e inseguridad en Medellín, los ciudadanos comenzaron a encontrarse nuevamente para disfrutar una diversidad de expresiones artísticas y culturales, en las cuales se manifestaban las distintas maneras de pensar, de ser, de sentir y de actuar de los medellinenses.
En la presentación de esta conferencia Raúl Padilla afirmó que la transformación de Medellín es una inspiración para muchas ciudades de América Latina, como las de México, pues comparten los mismos problemas de narcotráfico y violencia, los cuales no se pudieron resolver sin la participación de los ciudadanos colombianos.
EL INFORMADOR / FABIÁN RAMÍREZ
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