Cultura
María Isabel Grañén Porrúa, la pasión por compartir
La escritora y promotora cultural es festejada por su contribución a la conservación del acervo histórico y su labor de promoción a la lectura
Con la presencia de Marco Antonio Cortés Guardado, rector de la Universidad de Guadalajara (UdeG); Raúl Padilla López, presidente de la FIL; Jaime Genaro Cuadriello, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); Sergio López Ruedas, coordinador académico de la UdeG, y Nubia Macías, directora general de la FIL, María Isabel fue reconocida por sus aportaciones a la promoción de la lectura nacional.
"Olvidarse de la memoria es condenarse a la desaparición de la remembranza del futuro", refiere María Isabel respecto a su trabajo en el ámbito del rescate del acervo documental mexicano. La homenajeada es una ferviente creyente de que ante la tecnología, los libros de papel serán cada día más raros y, por lo mismo, valiosos. Deben seguir siendo protegidos como baluarte de la memoria humana.
Radicada en Oaxaca desde 1994, responsable de la catalogación y conservación de la Biblioteca Francisco de Burgoa, perteneciente a la universidad de Oaxaca, así como de la fundación de la Biblioteca BS, de corte infantil y con un amplio catálogo en braille y audiolibros, María Isabel define su amor por los libros como una experiencia sensorial. No son sólo las palabras que lee, también goza con los grabados, la tipografía, la textura del papel y las pieles en las tapas. Amor que la ha llevado a incursionar en la investigación de la imprenta de la Nueva España y a escribir libros al respecto.
No obstante, aclara la doctora Grañén Porrúa, su amor por los libros no tiene un carácter acumulativo. Más bien ha descubierto la vida en plenitud, al donar sus propios libros a las bibliotecas de Oaxaca y compartirlos con los demás. Conmovida en su video testimonial, cuenta la historia de un joven oaxaqueño que asistía a la biblioteca para jugar con las computadoras. Finalmente fue atrapado por los libros gracias a un cuenta cuentos, lidiado con una familia conflictiva, de madre ausente y padre alcohólico, además de un hermano en un reformatorio, él cursa con éxito sus estudios de preparatoria. Ese es, según María Isabel, muestra del poder salvador de la cultura.
Es el amor por compartir los libros, su labor de rescate de volúmenes antiguos, sus acciones conjuntas con la fundación Alfredo Harp Helú y ADABI (organismo que promueve el desarrollo de archivos y bibliotecas de México), en resumen, la labor de una vida, lo que le ha valido el reconocimiento como Bibliófila 2012 por parte de la FIL.
Homenajeados anteriores
2011
Ángel García Lascuráin
2010
Elías Trabulse
2009
Adolfo Castañón
2008
Ernesto de la Peña
2007
Ernesto de la Torre Villar
2006
José Rogelio Álvarez
2005
Eulalio Ferrer Rodríguez
2004
Jorge Álvarez del Castillo
2003
Andrés Henestrosa
2002
José Luis Martínez
2001
José Mindlin
EL INFORMADOR / EDNA MONTES
Síguenos en