Cultura
María Félix, inagotable fuente de inspiración
Sergio Almazán se dejó seducir por la actriz y comenzó a escribir una biografía que acabó en novela
GUADALAJARA, JALISCO (27/JUN/2014).- Para el escritor Sergio Almazán el libro Acuérdate, María significa un acercamiento a un género literario en el cual no había trabajado: la novela. El periodista y locutor comenzó este proyecto a petición de Gabriel Sandoval, editor de Planeta, quien hace ocho años le propuso trabajar en un libro sobre María Félix.
En un principio el género natural era el de la biografía, sin embargo, “el proceso fue lento, mi formación es de periodista, investigar datos se vuelve obsesivo, saber más de lo que los demás saben del personaje. La información era tan abrumadora que me llevó a buscar por más vías de las que había, se convirtió en algo titánico. Recabé un número grandísimo de información pero no supe cómo armar este rompecabezas”.
La solución acertada que tramó Almazán fue abandonar el género biográfico y adentrarse en la ficción para rellenar los pequeños huecos de la historia (como el de la última hora de vida de la Doña), y así dar rienda suelta a su pluma para escribir el libro que presenta hoy en la Librería del Fondo de Cultura Económica José Luis Martínez.
Las diferencias entre una biografía y una biografía novelada (o docuficción, como se le ha llamado) es que “una está estrictamente apegada a los sucesos tal y cómo ocurrieron”; en cambio, Almazán retoma ciertos elementos de los que no hay muchos registros, por ejemplo el de la nana de María.
“La nana existió, aunque sólo hay dos datos: que acompañó a María en periodo de su vida, y que era yaqui. Yo la retomo para que tome el papel del álter ego, el Pepe Grillo”. Con ese personaje ofrece más información, como el de la cultura yaqui, muy presente en el Norte del país, de donde era originaria María Félix.
Además, las biografías suelen tener una sucesión de eventos 100% lineal, algo que no sucede con Acuérdate, María, ya que esa acción de recordar no es muy lineal con el orden de los recuerdos: “Nadie los recordamos como fueron pasando, recordamos primero lo que más nos impactó: por eso busqué los más significativos para la historia”.
Sergio Almazán afirma que Guadalajara es una suerte de amuleto personal, especialmente con esta historia, ya que “aquí vivió María de pequeña y aquí firmé también el contrato para la novela”.
SABER MÁS
Presentación del libro
“Acuérdate, María”, de Sergio Almazán, se presenta hoy a las 19:00 horas en la Librería del Fondo de Cultura Económica José Luis Martínez (Chapultepec Sur 198).
Total inmersión en el personaje
Sobre las dificultades de enfrentarse a un mito como María Félix, Sergio Almazán dice que le generó una “enorme satisfacción, pero también un enorme odio; eso pasa con los mitos”. El proceso incluyó varias versiones del trabajo, pues uno de los retos que se planteó Almazán fue trabajar con una voz narrativa en primera persona, la de María.
El escritor ve a la la última diva del cine en su época de oro, como una “representación del gran mito de la modernización de México en la segunda mitad del siglo XX”.
La portada del ejemplar luce una fotografía de Salvador de María y Campos donde resaltan los ojos de “La doña”, y de ellos el también cronista comenta: “A lo mejor no era muy buena actriz, pero sabía seducirte con su mirada: sus ojos petrificadores como una medusa”.
Por sus referencias culturales y musicales este libro es también un documento que permite al lector acercarse a toda una época de un México.
En un principio el género natural era el de la biografía, sin embargo, “el proceso fue lento, mi formación es de periodista, investigar datos se vuelve obsesivo, saber más de lo que los demás saben del personaje. La información era tan abrumadora que me llevó a buscar por más vías de las que había, se convirtió en algo titánico. Recabé un número grandísimo de información pero no supe cómo armar este rompecabezas”.
La solución acertada que tramó Almazán fue abandonar el género biográfico y adentrarse en la ficción para rellenar los pequeños huecos de la historia (como el de la última hora de vida de la Doña), y así dar rienda suelta a su pluma para escribir el libro que presenta hoy en la Librería del Fondo de Cultura Económica José Luis Martínez.
Las diferencias entre una biografía y una biografía novelada (o docuficción, como se le ha llamado) es que “una está estrictamente apegada a los sucesos tal y cómo ocurrieron”; en cambio, Almazán retoma ciertos elementos de los que no hay muchos registros, por ejemplo el de la nana de María.
“La nana existió, aunque sólo hay dos datos: que acompañó a María en periodo de su vida, y que era yaqui. Yo la retomo para que tome el papel del álter ego, el Pepe Grillo”. Con ese personaje ofrece más información, como el de la cultura yaqui, muy presente en el Norte del país, de donde era originaria María Félix.
Además, las biografías suelen tener una sucesión de eventos 100% lineal, algo que no sucede con Acuérdate, María, ya que esa acción de recordar no es muy lineal con el orden de los recuerdos: “Nadie los recordamos como fueron pasando, recordamos primero lo que más nos impactó: por eso busqué los más significativos para la historia”.
Sergio Almazán afirma que Guadalajara es una suerte de amuleto personal, especialmente con esta historia, ya que “aquí vivió María de pequeña y aquí firmé también el contrato para la novela”.
SABER MÁS
Presentación del libro
“Acuérdate, María”, de Sergio Almazán, se presenta hoy a las 19:00 horas en la Librería del Fondo de Cultura Económica José Luis Martínez (Chapultepec Sur 198).
Total inmersión en el personaje
Sobre las dificultades de enfrentarse a un mito como María Félix, Sergio Almazán dice que le generó una “enorme satisfacción, pero también un enorme odio; eso pasa con los mitos”. El proceso incluyó varias versiones del trabajo, pues uno de los retos que se planteó Almazán fue trabajar con una voz narrativa en primera persona, la de María.
El escritor ve a la la última diva del cine en su época de oro, como una “representación del gran mito de la modernización de México en la segunda mitad del siglo XX”.
La portada del ejemplar luce una fotografía de Salvador de María y Campos donde resaltan los ojos de “La doña”, y de ellos el también cronista comenta: “A lo mejor no era muy buena actriz, pero sabía seducirte con su mirada: sus ojos petrificadores como una medusa”.
Por sus referencias culturales y musicales este libro es también un documento que permite al lector acercarse a toda una época de un México.
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