Cultura
Luz para Ellroy
El autor estadounidense presenta hoy en la FIL ''A la caza de la mujer'', sus memorias acerca de la “maldición” que, desde la muerte de su madre, marcó su relación con las mujeres
Para empezar, es su segundo libro basado en acontecimientos personales: un relato sobre su relación con las mujeres, marcada para siempre desde la muerte de su madre, ocurrida cuando él era un niño: él escogió vivir con su padre, ella lo abofeteó, él deseó su muerte y ella fue asesinada semanas después. Mis rincones oscuros, el anterior título “biográfico”, glosaba su proyecto personal por resolver aquel crimen; A la caza… describe la “maldición” proclamada en la niñez, en busca de una Ella, la mujer que, entre otras cosas, permitirá superar el recuerdo.
La “maldición Hilliker” ha cedido, dice tanto en el libro como durante una breve charla telefónica previa a su presentación de este sábado en la FIL de Guadalajara. “Amo este libro y, sí, es un libro muy honesto, un libro sobre redención”, concede.
—¿Cómo se siente cambiar de asunto narrativo, ir de los temas oscuros de varios de sus títulos anteriores, o sobre la historia de Estados Unidos, a usted mismo como tema de su libro?
—No creo que mis libros sean sólo acerca de “temas oscuros”. Pienso en ellos como romances históricos, y éste es un romance en sí mismo; es acerca de un tema mucho mayor: hombres y mujeres. Creo que cuando los autores escriben memorias siempre hay un tema envolvente que es mucho más grande que la vida individual de cada persona, y el tema “hombres y mujeres” es ciertamente mucho más grande que yo. Estos dos libros, Mis rincones oscuros y A la caza de la mujer, son fácilmente comparables a novelas, y requirieron igualmente mucho trabajo, investigación, tomar notas… Es decir: comparativamente, también usé en ellos toda la fuerza de mis talentos.
—Suele escribir sobre temas como crimen, corrupción, gente inocente que sufre… Aquí, en cambio, hay una enorme cantidad de esperanza. ¿Buscaba usted esta diferencia de tono?
—Bueno, mi novela más reciente, Sangre vagabunda, está llena de esperanza al final. Hay una suma importante de esperanza en todos mis libros —y es, primordialmente, gente culpable la que resulta asesinada en ellos—. Sí, quería que este libro fuera esperanzador.
—Durante el libro habla varias veces de la necesidad personal de ir de la oscuridad hacia la luz. ¿Ya está allí?
—No, aún vivo en la oscuridad, pero saco la cabeza cada tanto.
—Es conocido que usted eligió ignorar al mundo, no tener computadora, no tener televisión, y no obstante el mundo está muy al pendiente de usted. ¿Cómo lidia con el reconocimiento público?
—Bueno, es agradable, pero es un componente muy pequeño en mi vida. Vivo para mi trabajo. Es decir, me gusta, pero vivo para el trabajo por sí mismo.
—¿Su trabajo cambia conforme usted envejece?
—Sí: me hago mejor.
Para seguir al autor
Sábado 26
18:00 horas / Presenta A la caza de la mujer / Salón 3
19:00 horas / Firma de libros / Área Internacional
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