Cultura

Luis Nuñez Melchor: la composición nace, no se hace

El director de la Orquesta Típica de Guadalajara, de 1988 a 2010, compuso marchas, boleros, pasos dobles y hasta rancheras

GUADALAJARA, JALISCO (29/JUN/2013).- Para Luis Núñez Melchor, ex director de la Orquesta Típica de Guadalajara, toparse con la música fue lo mejor que le pasó en la vida. Con humor, este hombre nacido en Zapotiltic, Jalisco, afirma que ya está “viernes para llegar a sábado”, aunque el 22 de junio pasado cumplió 83 años de edad. Todos sus esfuerzos, desde su juventud, se decantaron hacia la música. Actualmente se dedica a la composición de piezas.

Desde joven estudió música. A mediados de los años cuarenta, en Zapotiltic no había secundarias y el cura lo invitó a formar parte del coro de la iglesia. Quizá la vena musical fue contagiada por su abuelo o sus tíos, músicos todos. Núñez Melchor trabajó en el campo y pensó en trasladarse a Guadalajara en los años cincuenta. Lo consiguió. Regresar a su pueblo hubiera significado un fracaso y pudo quedarse en la ciudad, en la que se casó y tuvo cuatro hijos.

Recuerda que cuando se fundó la Orquesta Filarmónica de Jalisco, en 1988, Martha González, la entonces gerente del ensamble, lo invitó a formar parte del grupo; él decidió jubilarse. Sin embargo, en ese mismo año tomó la batuta de la Orquesta Típica del Estado, fundada en 1979 y cuyo objetivo era rescatar y difundir el acervo de la música popular mexicana. Núñez Melchor se mantuvo al frente de la agrupación por alrededor de 22 años.

En la actualidad, la orquesta cuenta con muchos músicos jóvenes. Cuando los miércoles y viernes pasea por la Plaza de Armas, el compositor escucha las quejas de las personas que prestan atención al conjunto. La orquesta, en su opinión, ha cambiado y pierde el sabor que antes la caracterizó. Una de sus fallas es que nada más tiene un timbal y no cuenta con una batería.

La Orquesta Típica tiene todos los instrumentos con los que cuenta la Orquesta Sinfónica: flautas, oboes, trompetas, trombones, violines, violonchelos, guitarras, un salterio, bandolón, cuatro mandolinas y la marimba. No obstante, considera que hacen falta el timbal y la batería.

“Era una personalidad bohemia, bonita, de aquellos tiempos donde se cultivaba, porque la Orquesta Típica se formó con la idea de rescatar la tradición de la música mexicana: polkas, valses, pasos dobles y hasta danzones se podían hacer. Yo hice un arreglo para danzón de Juárez y un amigo de Nereida. Era una orquesta bien formada. Ahora ha cambiado mucho por la cuestión de que muchos de los que iniciaron la orquesta eran viejitos como yo y la tenían que dejar”.

Cuenta que durante la administración pasada, el ensamble fue desintegrándose debido a que los músicos estaban inconformes con su situación laboral. “Y como aquí es por contrato, no reciben nada. Pero ellos hicieron un movimiento y fue cuando demandaron a Cravioto hace como dos años. Casi se desbarataba la orquesta y a mí ya me daba el cuarto”.

Fue en 2010 que abandonó la dirección de “La Típica” por problemas de salud, pero continuó trabajando. Uno de los planes que no pudo cristalizar fue promover a la orquesta en otros países. Festeja que las autoridades tomen las riendas de la educación musical de los jóvenes y ve con buenos ojos el programa de orquestas que el Gobierno del Estado impulsa en los municipios.

Su historia

Un día, un amigo le preguntó que cómo le hacía para mantenerse fuerte y macizo a su edad. Él le contestó que se alimentaba de sopa de letras musicales en la que se entreveraban redondas, blancas, corcheas, semicorcheas, fusas y semifusas.

Luis Núñez Melchor comenzó sus estudios musicales a los 16 años de edad. Luego del aprendizaje adquirido con su abuelo, Mauro Núñez y pasar por el coro de la iglesia, estudió solfeo y trombón de émbolos con los maestros José María Guerra y José de Jesús Santiago.

Fue hasta 1950 que llegó a Guadalajara para, un año después, continuar sus estudios musicales en la Escuela Normal de Música y en la Escuela de Música de la Universidad de Guadalajara, cuyo director era Domingo Lobato.

De Lobato aprendió que cuando un conjunto de ideas se le amotinan en la cabeza a un compositor, su reacción debe ser sacarlas y después corregirlas, “porque la composición nace, no se hace”.

En 1952 se integró a la Banda de Música del Estado. En 1953, el violonchelista Arturo Xavier González lo invitó a estudiar corno francés y tres años más tarde lo invitó a formar parte de la Orquesta Sinfónica de Guadalajara, en la que estuvo un año, cuando tuvo que moverse hacia la Banda de Música de la XV Zona Militar, en la que permaneció por alrededor de 15 años.

En 1971 formó parte de la Banda de Música del Ayuntamiento de Guadalajara. De 1988, cuando llegó a encabezar la Orquesta Típica de Guadalajara, y hasta 2010, compuso 14 marchas, 11 boleros, cinco pasos dobles, tres canciones rancheras, tres polcas, una danza, una canción de navidad, un himno, un cuarteto para cuerdas, un rondo, una obra para piano y una obra para piano y voz soprano.

Con ella, sólo música popular


La Orquesta Típica de Guadalajara, fundada el 4 de agosto de 1979 por el entonces Departamento de Bellas Artes del Estado de Jalisco, es un conjunto musical formado con instrumentos clásicos de cuerda, viento y otros propios de la región. Tiene un repertorio exclusivo de música popular mexicana y enfatiza la difusión de las composiciones jaliscienses.

En su inicio fueron aceptados 58 miembros; pero, durante el periodo encabezado por Núñez Melchor, el grupo se redujo a 35 y después creció hasta 42. Su primer director fue Juan de la Peña y Flores, oriundo de Chetumal, Quintana Roo.

En su repertorio hay sones, polcas, huapangos, boleros, pasos dobles, fantasías y valses. En la introducción del libro Memoria de la Orquesta Típica de Guadalajara (Secretaría de Cultura, 2007), Ernesto Cano afirma que durante los primeros años del Porfiriato surgió la denominación “orquesta típica” para diferenciarla de la sinfónica.

Además, agrega que “desde principios del siglo XX y hasta alrededor de 1950, las orquestas típicas mexicanas y distintos grupos musicales hicieron giras periódicas por Estados Unidos, visitando lugares como San Antonio, San Francisco, San Luis Missouri, Filadelfia, Pittsburg, Chicago y Nueva York, así como Canadá, Centro y Suramérica”. Sin embargo, la tradición de las orquestas típicas en el país se ha disminuido en los últimos 50 años.
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