Cultura

Los mil rostros de un autor centenario

Sin duda, Benito Taibo es uno de los escritores que más conoce al autor de 'El llano en llamas'; mañana presentará el documental 'Cien años de Juan Rulfo', en el Cabañas

GUADALAJARA, JALISCO (15/MAY/2017).- Juan Rulfo no sólo se remite a “Pedro Páramo” ni “El llano en llamas”, hay facetas que hasta ahora son desconocidas del escritor jalisciense que es considerado como sinónimo y representante de la literatura mexicana.

Benito Taibo es uno de los escritores más adentrados a la obra de Rulfo. Su conexión con el literato nacido en el municipio de Sayula el 16 de mayo de 1917 va más allá de su legado novelístico al haber convivido de cerca con el también autor de “Gallo de oro”.

“Tuve la fortuna de conocer a Rulfo por mi padre (Paco Ignacio Taibo) que era su amigo, comía muchas veces en casa, a su vez soy muy amigo de su hijo, Juan Carlos y él quería que charlara sobre mi visión sobre Rulfo; no solo la personal, hablo de lo que significó para nuestra generación, un redescubrimiento de identidad, de ver al mundo, de entrar a lo más profundo qué somos como mexicanos”.

De Rulfo se festeja su primer centenario de nacimiento y Benito Taibo es una de las piezas fundamentales en el proyecto documental que se presenta mañana en el Instituto Cultural Cabañas (ICC) para revelar las otras pasiones y rostros de Juan Rulfo: como padre de familia, fotógrafo, editor, novelista, conversador y amigo.

“Es la grandeza de esta serie, aborda a todos los Rulfo, los desconocidos y conocidos. Se ha hablado de muchas maneras de Rulfo, desde la academia, como mito y leyenda. Juan Carlos hace un exhaustivo reconocimiento a la figura de su padre desde el cine, la literatura, de la cercanía que provoca su propia familia”.

Se trata de “Cien años de Juan Rulfo”, documental seriado de siete capítulos dirigido por Juan Carlos Rulfo, hijo del sayulense que falleció en Ciudad de México en 1986 y que, a decir de Benito Taibo, marcó a toda una generación de lectores que hoy se replica en los más jóvenes.

“La obra de Rulfo pasa la prueba del tiempo, en cada generación es leída y reaprendida, se hacen propias. Quienes se acercan a ‘Pedro Páramo’ les deja marcas en el alma, el descubrimiento de un mundo sombrío y mágico que está presente en toda nuestra geografía, somos un país que está caminando sobre cadáveres y ‘Pedro Páramo’ es la representación”.

El documental que tendrá su estreno mundial en el ICC con una mesa redonda sobre la obra y legado de Rulfo contará con las perspectivas de los hijos de Rulfo (Juan Carlos y Juan Pablo), la productora Eugenia Montiel Pagés, la guionista Marina Stavenhagen, el compositor Gerardo Tamez y el profesor en literatura latinoamericana Douglas J. Weatherford, de la Brigham Young University de Utah, Estados Unidos.

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Mañana, presentación del documental “Cien años de Juan Rulfo”, dirigido y presentado por Juan Carlos Rulfo en el Instituto Cultural Cabañas (Sala Guillermo del Toro) a las 20:00 horas. Mesa redonda con los hijos de Rulfo, moderada por Benito Taibo. Entrada libre.

Legado “rulfiano”

Por obligación no es la mejor forma de acercarse a la obra de Juan Rulfo considera Benito Taibo al señalar que si bien “Pedro Páramo” y “El llano en llamas” son lecturas recurrentes en los programas escolares de secundaria y preparatoria, principalmente, adentrarse a los personajes, paisajes y argumentos del escritor sayulense permite conocer a sus lectores un sentido diferente y orgánico de la mexicanidad que ha caracterizado el legado de Rulfo.

“‘Pedro Páramo’ tenemos que leerlo sin obligatoriedad de por medio, es una obra corta y magistral, es el reflejo de nuestros sueños y pesadillas, sigue siendo la muestra perfecta de un México oscuro, bronco, terrible que está en nuestra geografía ahora mismo, nunca hemos salido de Comala”.

Anécdotas sobran entre la familia Rulfo y Taibo, pero esas no quedarán en el tintero, sólo en la memoria, afirma Benito Taibo al señalar que las conversaciones que su padre tuvo con Juan Rulfo y las que él ahora tiene con su hijo, Juan Carlos, quedarán en la intimidad de su hogar respetando la privacidad y hermetismo que el escritor jalisciense siempre tuvo respecto a su entorno familiar.

“Rulfo era muy pudoroso sobre su vida personal. El documental revela a un personaje que es como monje en el mejor de los cumplidos, sin pretensiones, que vivía de manera muy sencilla, tenía al eje familiar como centro de su vida. Las cosas que pasaban en la mesa de mi casa las atesoro, son recuerdos y no haré nada más que guardarlas en la memoria. En mi casa no se tomaban fotos, no tengo fotos con Juan Rulfo o su hijo, sería quitarles el espacio de privacidad, respeto esos momentos”.

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