Cultura

Los grandes tesoros del acervo Álvarez del Castillo

Una biblia de Gutenberg, mil ediciones distintas de El Quijote y algunos 'grandes tesoros', se resguardan en el fondo Jorge Álvarez del Castillo

GUADALAJARA, JALISCO (11/NOV/2014).- Jorge Álvarez del Castillo Zuloaga era fanático de “El Quijote” porque con él se enseñó a leer y a escribir, eso lo dijo el bibliófilo y periodista tapatío en una entrevista en 2004. Pero además de ser un apasionado de las aventuras del caballeresco personaje y su amigo Sancho Panza -texto del que coleccionó más de mil ediciones diferentes- también le interesaban temas como la religión, el arte, la historia de la Nueva Galicia y los caballos, eso lo sabemos por sus libros, los cuales aún guardan su energía, “que se siente al pasar cada hoja”, aseguran las encargadas de resguardar la biblioteca personal del hombre que fue director del periódico El Informador.

El fondo Jorge Álvarez del Castillo —que fue donado en octubre de 2012 a la Biblioteca Pública del Estado “Juan José Arreola”— ha sido visitado desde esa fecha por más de dos mil 500 personas, quienes han encontrado en sus 82 mil 624 volúmenes el material que necesitan para sus investigaciones, tesis, maestrías o simplemente que revisan por puro placer, explicó Ana María de la O Castellanos, coordinadora del lugar.

Dentro del universo de libros que pertenecían al tapatío, hay algunos sobre temas especializados como toros, música, cine, medicina, arte, derecho, colecciones muy importantes de literatura Latinoamericana, literatura española o partes de las bibliotecas de Ramiro Villaseñor, Cornejo Franco y otros bibliófilos.

“Hay de todo lo que te puedas imaginar. Es tan rica la biblioteca que si lo dividimos por áreas del conocimiento encontramos ética, filosofía, literatura, historia, hasta libros para niños, enciclopedias, diccionarios, y hasta éxitos contemporáneos como Harry Potter”, subrayó De la O Castellanos.

La bibliotecaria dijo que los textos se conservan tal y como estaban cuando se encontraban en el periódico El Informador, incluso en las mismas estanterías y con los ex libris correspondientes. Para su conservación se mantienen bajo las condiciones adecuadas de iluminación, humedad y temperatura. Mientras que para su preservación se les colocó una fajilla de papel Fabré —libre de ácido— para que los libros se puedan sacar sin dañar a los que están alrededor. “Tampoco permitimos fotocopias, lo que sí pueden es sacar imágenes con el teléfono celular”.

Don Jorge, un visionario

Jorge Álvarez del Castillo Zuloaga digitalizó los libros más antiguos de su colección en su computadora personal. Cuando las bibliotecarias recibieron el fondo se les informó que en el aparato se encontraban las portadas de todos los textos, sin embargo hasta hace poco descubrieron que los más antiguos ya habían sido copiados completos a la base de datos del sistema.

“Encontramos más de mil 142 obras digitalizadas son muy buenas condiciones de imagen que ya pueden ser consultadas en la intranet de este piso”, informa Ana María.

Lo que se han dedicado a hacer es a revisar que todas se encuentren en un estado óptimo y verificar que estén dentro del acervo del edificio (ya que una pequeña parte se quedó en El Informador). Lo que sigue es digitalizar los volúmenes del “Tesoro” para que la gente los consulte por vía intranet y esto ayude a su preservación.

“Estamos trabajando en el acervo digital buscando preservar los fondos, porque una vez digitalizado pues a los usuarios ya no se les va a prestar los documentos originales”, asegura De la O Castellanos.

El rincón más íntimo

Pareciera que es el mismo lugar. En él se compilan sus libros favoritos como la edición de El Quijote en corcho y se exhiben las figuras del emblemático caballero. También hay fotos de los caballos que tanto le gustaban.

Todos los que entran a la réplica de la oficina de Don Jorge lanzan un suspiro de nostalgia por el parecido que el sitio tiene con el despacho real del segundo director que tuvo El Informador.

Es ahí donde más se conoce su personalidad e intereses, ya que se encuentran sus volúmenes predilectos: Una biblia de Gutenberg que el periodista mandó pedir desde Nueva York, la Real Cédula de erección del Consulado de Guadalajara del año 1795, además de muchos otros textos relacionados con religión y hasta una correspondencia que tenía de Don Luis del Refugio Palacio, quien fue guardián durante muchos años de la Basílica de Zapopan.

“Hay tres temas que están muy presentes, por un lado lo que es arte, comprendiendo todas las bellas artes, incluyendo la parte de la música. También la historia de la Nueva Galicia y la colección de Quijotes. Dentro de la colección particular podemos llegar a conocer a una persona”, indica la encargada.

En las visitas guiadas que se ofrecen a los visitantes, De la O Castellanos subraya que se les habla de la importancia de una figura como la de Don Jorge, quien logró conservar bibliotecas de coleccionistas que usualmente las vendían en Texas, Estados Unidos.

Descubren un gran “Tesoro”

Un manuscrito original de dibujos hechos por el doctor “Atl” descansa en el “tesoro Álvarez del Castillo”. Al pasar las páginas se puede apreciar la caligrafía del pintor y escritor mexicano Gerardo Murillo. A un lado hay un cuaderno que el poeta jalisciense Amado Nervo lleno de pensamientos.

El acervo total del fondo Jorge Álvarez del Castillo que resguarda la Biblioteca Pública del Estado “Juan José Arreola” es de más 90 mil libros (82 mil 624 del general, ocho mil 500 volúmenes de la oficina de Don Jorge, mil 200 libros de Ana María Álvarez).

Ana María de la O Castellanos cuenta que cuando recibieron el patrimonio se dieron cuenta que en el fondo general había obras muy ricas y con características importantes que no podían estar junto al resto, por lo que decidieron crear el tesoro, el cual está compuesto por obras del siglo XVI, XVII, XVII y XIX.

“De todos los acervos extrajimos tres mil 251 volúmenes de alto valor histórico. Son libros únicos, raros, por su valor, porque difícilmente los vuelves a encontrar en otro lado, algunos son manuscritos”, explica De la O Castellanos.

Los volúmenes que pertenecen a este acervo, como un álbum del general Porfirio Díaz de 1909, están en una sala más fría y lúgubre. “Aquí no ingresan los usuarios, pero todos se pueden consultar en intranet ya que la mayoría están digitalizados”, puntualiza “Nena”, otra de las encargadas.

TOMA NOTA
¿Cómo tengo acceso?


Para que un visitante pueda tener acceso al fondo Jorge Álvarez del Castillo necesita sacar su credencial de usuario, para la cual se pide un comprobante de domicilio. Con ello consigue la autorización de ingreso al edificio de archivo histórico de la Biblioteca Pública del Estado Juan José Arreola. En el segundo piso hay una sala de lectura con computadoras con acceso a intranet.

El usuario entra y las bibliotecarias le asignan una máquina en la que pueden acceder a la base de datos con todos los volúmenes de la biblioteca. El servicio en estantería cerrada y a la oficina de Don Jorge sólo se puede entrar en visitas guiadas, cuidando el mobiliario.
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