Cultura
Los enseñan a volar
Caja de libros y Letras para volar, son programas de animación a la lectura que han hecho la diferencia en colonias marginadas
Dos de estos proyectos son Caja de libros, desarrollado en la colonia tapatía Santa Cecilia, y Letras para volar, presente en primarias, secundarias y ahora prepas, establecidas en zonas deprimidas económicamente.
De acuerdo con datos del compendio estadístico Así Vamos Jalisco: reporte de indicadores 2012, elaborado por el observatorio ciudadano Jalisco Cómo Vamos, menos de una cuarta parte de los habitantes de la Entidad leen completo un libro al año.
Y sobre el país, la Encuesta Nacional de Lectura 2012 arroja que los mexicanos leen 2.94 libros por año. Según el estudio, 43% de los nacionales cada vez lee menos, 34% lee la misma cantidad de libros y 22% ha aumentado en su lectura. La falta de tiempo es el motivo más mencionado para justificarse.
En materia de fomento a la lectura, “una fase del proceso es la accesibilidad a los textos. Cuando tú sacas los libros a la calle, a los lugares de tránsito de la gente, mucha se acerca. La siguiente etapa sería ver qué está pasando con esos libros que la gente acepta y cómo circulan”, explica el especialista Miguel Ángel de León Ruiz Velasco.
Otra vertiente del tema, apunta el académico, es lo que se lee. “Es importante primero acercar a la gente a lectura de textos cualesquiera, para que encuentren en la lectura un espacio de esparcimiento y después ir tejiendo puentes hacia otras lecturas con un valor estético un poco más sólido”.
Para el jefe de Lengua y Literatura del Sistema de Educación Media Superior (SEMS) de la Universidad de Guadalajara, cualquier edad es buena para enganchar a alguien a la lectura. ¿Cómo lograr el gusto por los libros? Dictamina: “En la medida en que nosotros como docentes o como encargados de la cadena del libro nos demos cuenta de que lo primero que tenemos que hacer es acercar a la gente a los libros desde su experiencia como humanos, en ese momento vamos a tener más lectores”.
Ruiz Velasco encabeza un programa que alcanza 15 escuelas preparatorias de la UdeG, en las que en una primera etapa se acerca a los jóvenes al gusto por la lectura y en una segunda se procura que creen redes de lectura en su entorno. La Trayectoria Académica Especializante lleva tres años con este esquema.
Leer en “Santa Chila”
En el bullicio del Parque Juan Soriano, se distingue a señoras que hacen ejercicio, niños juegan futbol y algunos pequeños y adultos leen. Desde hace año y medio, Caja de libros lleva decenas de ejemplares al espacio enclavado en la Colonia Santa Cecilia, para el disfrute del visitante.
Lourdes González observa las obras literarias dispuestas en dos mesas del parque; también recorre con la mirada aquellas colocadas en lazos, cual si fueran ropa. Elige un libro y apura a sus hijos de 12, nueve y siete años a hacer lo propio. Los cuatro se sientan cerca del área en donde Caja de libros suele establecerse.
La mujer dice que “la tele todo te lo da digerido”, procura que sus hijos lean para que desarrollen la imaginación y el pensamiento crítico.
A partir de la lectura, “cuando menos se corrige la ortografía, se aprende a escribir. Los libros te enseñan a ver la vida diferente”, estima Martha Loza, que junto con Rosa María Méndez atiende Caja de libros.
Miembro de la Asamblea Comunitaria de Santa Cecilia A.C., Loza cuenta que se acercan personas de “todos los niveles sociales”, niños en su mayoría. Por ejemplo, afirma, hay señoras que mientras hacen ejercicio, dejan a sus pequeños hojeando libros.
Poco a poco se han hecho de los ejemplares por vecinos y el año pasado la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara donó unos 80 libros. Tienen algo así como 300 obras en total, entre cuentos, novelas y otros géneros, y los ofrecen los martes y jueves, de 16:30 a 19:30 horas.
No solo habitantes de Santa Cecilia se benefician, pues al parque llegan quienes están asentados en colonias cercanas como la Talpita, Huentitán, la Jalisco.
La Asamblea Comunitaria de Santa Cecilia A.C. tiene planes a futuro para Caja de libros. Pretenden crecer el acervo, dar un taller de expresión literaria y extender el programa a otros puntos de la colonia, como el Centro Cultural Santa Cecilia.
Para ello, concursaron por recursos de la Federación y podrían recibir 300 mil pesos para el proyecto de fortalecimiento de las acciones preventivas en el entorno, como lo es Caja. Plantean gastar, por ejemplo, 23 mil 200 pesos en libros infantiles y enciclopedias temáticas.
El proyecto contempla, además, reforzar la práctica de deportes (futbol, atletismo), implementar talleres de formación cívica y equidad de género, de liderazgo y participación ciudadana, etcétera.
Santa Cecilia es conocida en la ciudad por sus índices de pandillerismo y delictividad. El segundo informe de actividades del otrora alcalde de Guadalajara, Aristóteles Sandoval, consigna que se realizaron 25 operativos antipandillas con un total 308 detenidos. En el documento se habla de la colonia como una con “índices de marginación y pobreza”. En 2010 inició en Santa Cecilia el Programa de Intervención por Objetivos (PIO), para recomponer el tejido social; el ejercicio también llegó a El Fresno y Miravalle.
Las letras tiene alas
Letras para volar nace en noviembre de 2010 bajo una filosofía de colaboración internacional para la justicia social, en alianza con profesores de la Fielding Graduate University, de Estados Unidos.
“Nosotros vivimos en un país caracterizado por los claroscuros: siendo un país muy rico, existe una enorme inequidad. Esto nos deja una lección: hay una necesidad fundamental por la educación y la lectura es una vía para formar ciudadanía, para educar”, expone la directora general del programa, Patricia Rosas.
A la vez que se fomenta la lectura en primarias, secundarias y preparatorias, coexiste la “acción piramidal”, al capacitar a prestadores de servicio de la Universidad de Guadalajara para que sean quienes estén frente al grupo como promotores de lectura.
Trabajan con escuelas enclavadas en áreas deprimidas económicamente de la Zona Metropolitana de Guadalajara, “porque creemos que es ahí donde más nos necesitan, por no tener muchos recursos disponibles para el ocio y otras actividades”, revela Rosas.
Detalla que se invita a planteles con esta característica de dificultad financiera y que son las que se comprometen a facilitar el desarrollo de Letras para volar las beneficiadas: 34 primarias, ocho secundarias y en febrero comenzaron con la Preparatoria 8. Además, laboran en cuatro casas hogar, el Hospicio Cabañas y en los Hospitales Civiles de Guadalajara.
Las lecturas, dice, son “cuidadosamente seleccionadas” y muchas preestablecidas por la alianza con la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito (Conaliteg), que los proveyó de bibliotecas del rincón.
En 2012 atendieron a 16 mil 477 niños de primarias y secundarias, con 142 promotores de lectura; en 2011 a 10 mil 440 niños, con 102 promotores, y en 2010 a 760 estudiantes de primaria.
La iniciativa académica no cuenta con presupuesto de la UdeG, sino que se ha sostenido mediante donaciones. Patricia Rosas indica que la Fielding Graduate University apoya a sus profesores con traslados y hubo una donación de libros y recurso en especie por parte de ellos.
Los recursos humanos: académicos de la UdeG, que como parte de sus actividades como profesores de tiempo completo participan en Letras para volar, y los prestadores de servicio, que sobre todo son chicos provenientes de carreras de ciencias sociales y humanidades.
En la parte de evaluación, actualmente seis alumnos de posgrado elaboran sus tesis sobre procesos de regulación y organización del proyecto; apropiación de la lectura en los niños; o cómo los prestadores de servicio hacen suyas las dinámicas de promoción de la lectura. Con los resultados y las recomendaciones de estos trabajos, Letras para volar podría replantearse y mejorar, asevera su directora.
Cada año, la Fielding Graduate University se reúne con los académicos de la UdeG para exponer las dinámicas exitosas en la promoción de la lectura de su país; se evalúa cuáles podrían funcionar en México y las adaptan culturalmente. También los locales proponen dinámicas y la Fielding retroalimenta. Luego hacen un piloto para ver cómo funcionan los esquemas y trabajan el resto del año con lo proyectado.
Con los niños pequeños las actividades son lúdicas, con representaciones teatrales, por ejemplo. Se les pregunta por ideas, qué pasó con lo que leyeron, trabajan el movimiento del cuerpo para una mayor apropiación.
En cambio, en la prepa la dinámica es diferente, se potencia el pensamiento crítico y el esquema es más informal: a manera de café, más que de escuela.
Letras para volar recibió en 2012 la presea “Irene Robledo” al servicio social, por las aportaciones académicas.
VOCES
La lectura y los escritores
“Leía para entender la vida (...) En la literatura se explica la vida a partir de otras cosas que parecen lejanas en un primer momento ”.
Herta Mûller, Premio Nobel de Literatura 2009.
“Gracias a la literatura conocemos la lengua, pensamos con más claridad, enriquecemos la sensibilidad, la imaginación, el espíritu crítico ”.
Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010.
“La poesía aparece como una especie de conciencia de que no hay equivalencia entre el mundo y las palabras, y la poesía se para en la duda, cuestiona los discursos autoritarios, y se convierte en un espacio de resistencia ”.
María Negroni, poeta argentina destacada.
“Los libros son invitaciones a la vida (...) Por seria que sea la literatura lo que sí te propone es la actitud lúdica: juguemos a ser otro ”.
Antonio Skármeta, autor de “Los días del arcoíris”.
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