Cultura
Los dientes, una excusa para hablar de otros temas
La escritora eligió una voz distinta a la que había utilizado en Los ingrávidos, su primera novela
El personaje principal de esta historia, Gustavo Sánchez Sánchez, nació con cuatro dientes prematuros. Sin embargo, cuando crece, cuenta la historia de sus dientes. Es un hombre con suerte y con carisma. Es feo, pero cree que la fealdad forja el carácter. Quiere rehacerse los dientes. Para conseguir ese objetivo, intentará ser un subastador exitoso.
Carretera, apodo de Sánchez Sánchez, compra la dentadura de Marilyn Monroe y su vida adquiere el aplomo que le hacía falta. Luiselli dice que el personaje tiene una teoría: si un escritor muestra los dientes cuando sonríe, es un farsante. La obsesión por arreglar sus dientes, tener mujeres y dinero, terminará tendiéndole una trampa a Carretera.
"Los dientes sirven como múltiples propósitos en esta novela, desde ayudarme a construir cierto tono satírico, hasta ser como una excusa o un trampolín para hablar de otros temas".
La escritora de Los ingrávidos dice que pensó en la exageración que suponía que su personaje comprara los dientes de Monroe; sin embargo, poco tiempo después, su traductora al inglés le envió una nota en la que se contaba que hace unos meses un coleccionista millonario compró un diente de John Lennon.
Además, para construir la novela tuvo que adentrarse en el mundo de las subastas. Un amigo de Nueva York, ciudad en la que actualmente vive Luiselli, le ayudó a introducirse. También le ayudaron sus relaciones con artistas. Con ellos peloteó ideas para entender algunas dinámicas.
"Es un libro en donde encontré la voz de un personaje muy distante a mis personajes anteriores, muy distante a la voz con la que yo suelo empezar a encarar mis libros. Es una voz más cercana a la mía. Yo supongo que se esperaba un poco de mí que escribiera otra novela en voz de una mujer intimista, y para mí fue un gesto de tremenda libertad crear algo no tiene nada que ver con lo anterior, aunque mis libros dialogan entre sí".
También releyó las cartas de Petrarca y los ensayos de Montaigne con el propósito de incluirlos en el libro.
"Es un libro de mapas literarios, que se burla un poco de la idea de generación literaria, poniendo a todos en el mismo plano. Conviven Julio Cortázar con Joselito Vasconcelos. En América Latina o en la lengua hispana cargamos con un sentido de la responsabilidad por la tradición y por ser parte de ella y hay un respeto no necesariamente sano a esa idea de generación. Lo que me interesaba era romper con esa idea lineal de las generaciones que se suceden; poner a todos a convivir en un mismo plano".
EL INFORMADOR / GONZALO JÁUREGUI
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