Cultura
Los 25 secretos mejor guardados de América Latina
Dos de estos autores creen que los libros transforman a quienes los leen
Andrés Burgos, Colombia
—Si la literatura pudiera cambiar el mundo, ¿sobre qué escribirías?
—No creo que la literatura pueda cambiar el mundo, pero por lo menos sí puede hacerlo con el propio mundo de cada lector o escritor. Escribo y escribiré de lo que me nace y me hace palpitar y es lo que le recomiendo a cada quien.
—Al ser uno de los secretos mejor guardados, ¿por qué dirías que debes ser revelado?
—No hay una razón contundente para que yo deba ser descubierto. Pero si el lector adecuado se acerca a mis libros seguramente va encontrar un diálogo cercano y afectuoso. Para mí la lectura tiene mucho de conversación y hago todo lo posible para hacer que valga la pena.
Carlos Cortés, Costa Rica
—Si la literatura pudiera cambiar el mundo, ¿sobre qué escribirías?
—¿Quién dijo que La Biblia, El Quijote o Cien años de soledad no lo hicieron? Escribiría una historia en la que cobraran vida los personajes de un mural como Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, de Diego Rivera, que metieran al lector del otro lado del espejo.
—Al ser uno de los secretos mejor guardados, ¿por qué dirías que debes ser revelado?
—Lo que me propongo con mis libros es que cuenten un secreto sin revelarlo. Mi experiencia literaria, mi vida real e imaginaria y mis historias se entrelazan con este secreto y un descenso íntimo a los infiernos del corazón humano.
Luis Alberto Bravo, Ecuador
—Si la literatura pudiera cambiar el mundo, ¿sobre qué escribirías?
—Tarde o temprano las utopías literarias alcanzan grados de realidad, con más o menos consistencia. Y al ser consciente de esto es que mis temas giren en torno al sueño haciéndose geografía, sociedades excéntricas, invenciones de recuerdos, contemplaciones de la memoria.
—Al ser uno de los secretos mejor guardados, ¿por qué dirías que debes ser revelado?
—No lo sé. Por la vida de otros escritores, considero que el azar me ha desvelado muy pronto; soy muy afortunado. Pero en sí, son mis obras quienes han motivado esto, no yo.
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