Cultura
Lisette Nacif vuelve a sus raíces
La artista visual tapatía hace un recuento de su labor en el libro 'El espacio, sus voces: movimientos', presnetado en el ICC
Sobre su libro, se trata de un proyecto que Nacif llevó a cabo en conjunto con el videoartista Luis Felipe Ortega y el crítico de arte Daniel Montero; con todo, aunque trata acerca de sus tres producciones audiovisuales, el volumen —refiere la autora— “se convierte en una pieza independiente” ya que constituye “una manera de transformar imágenes en palabras”.
De esta forma, señala, el libro “no es un objeto complementario sino una pieza aparte, porque en ausencia de los videos —que no se distribuyen comercialmente— está esta publicación”; asimismo, siempre tuvo en claro que la edición se realizaría como “un libro de artista”, en el que “escriben quienes han sido mis mentores y maestros, porque fue una idea en conjunto que pudiera despertar la curiosidad por ver los videos”.
Los textos que remiten a los videos son obra de Montero, y Ortega escribe una suerte de epílogo al volumen, donde se refiere a la obra de Nacif como de “autoexploración”, algo en lo que coincide Nacif “porque no puedes hablar de lo que no has vivido o no has experimentado, para decir hay que saber y la autoexploración es una buena manera de proyectar el arte, y muchos lo hacen. Yo estoy convencida que uno no es lo que uno dice ni lo que otros dicen, uno es lo que hace”.
A pesar de esto, detalla, el libro “no es explicativo, porque de serlo perdería sentido; no creo que ninguna pieza de arte deba explicarse, pero más bien es una especie de catálogo, aunque —al final, creo— resulta algo mejor que un catálogo”.
Regresar a la raíz
Por otra parte, aunque radicada en Puebla desde hace tres lustros, la videoartista sostiene: “soy de acá; para mí es especial estar aquí —dos de mis tres videos, de hecho, se realizaron en Jalisco— y la tierra de uno es la tierra de uno. Por eso es inmejorable presentar en este sitio mi trabajo, es como regresar a mi raíz, a donde he encontrado el material para realizar mi trabajo”.
Esta labor, sostiene Nacif, se originó cuando “encontré otras maneras de explorar el mundo; quise ser corredora profesional, tenía ya una familia, pero hallé en el arte una manera de lograr los mismos objetivos pero usando otros recursos, por eso lo elegí. Además, elegir el lenguaje audiovisual fue cuestión de gusto: el video es la forma narrativa más contemporánea, no sé, a mí me atrajo primero la fotografía y, por lógica, siguió el video que, a mí, me apasiona, y lo que más disfruto es dirigir”.
Un largometraje
Nacif actualmente está sumida en un proyecto de largometraje que tras casi cinco años se encuentra en fase de postproducción, para la artista esto fue “un paso natural; es duro sobrevivir en el arte haciendo lo que a uno le gusta pero, pienso, hay que seguir y no quedarse en el estudio. Yo creo que después de lo que significa realizar cortometrajes, sin duda seguía el largometraje”.
Esta producción, comenta Nacif, se basa en un guión propio pero, como en sus trabajos anteriores, “siempre estoy de la mano de Luis Felipe Ortega, siempre le pido opinión porque uno se ayuda de sus maestros; como en los cortos, aquí es igual, trabajo con distinta gente pero trato de hacer las cosas propias”. La artista es consciente de que estos procesos no son fáciles, “de hecho la realización de los tres videos no fue nada sencillo; fue muy complicado conseguir todo lo necesario”.
Los detalles hacen la diferencia
En cuanto al libro, dice la artista, “los detalles se cuidaron mucho y me involucré en todos los aspectos de la edición; fue una labor de dos años que inició tras una plática con Luis Felipe Ortega y le propuse —ya que él estuvo presente en este proceso desde el principio— que escribiera un texto, pero se nos ocurrió involucrar también a Daniel Montero, un crítico de arte a quien respeto mucho”.
De esta forma, tras varias opciones, se inclinó por una editorial “cuyo trabajo conocía; pero es una labor que nunca termina, uno debe elegir una fecha y finalizar la revisión de pruebas, aunque es difícil porque una vez tras otra se descubren detalles. Así, la factura final es excelente y demandó mi intervención completa”.
Desde lo suyo
“El Petacal” y “Ludivina” son dos cortometrajes que se filmaron en Jalisco, el primero en San Gabriel, “tierra de mi familia”, por eso para Nacif es vital hablar “desde lo que es mío, porque creo de otro modo el resultado no sería bueno. Siempre tuve claro que debía referirme a aquello que me concierne”.
Aunque estudió “algo que nada tiene que ver con el arte”, Nacif ha contado para este evento con la colaboración de Exatec Egade, el Centro Cultural Mizrahi y la Secretaría de Cultura de Jalisco (SC), además del apoyo de su alma mater, el Tec de Monterrey; esta conjunción de voluntades le ha convencido de que “sí existen los espacios para poder presentar este tipo de trabajo a la gente y que conozcan lo que hago; ese es mi regalo”.
PERFIL
Hecha en Jalisco
Artista visual nacida en Guadalajara. Es licenciada en Comercio Internacional por el ITESM campus Guadalajara, actualmente cursa la Maestría en Artes Plásticas en UNARTE, de Puebla (donde radica). Ha participado y obtenido distinciones en el International Film Festival of Cinematic Arts de Los Ángeles (California), Cineseptiembre (Mazatlán, Sinaloa) y el Festival DOC Meeting (Buenos Aires, Argentina); asimismo, ha participado en exposiciones colectivas de fotografía en Puebla y su libro se presentó en el Museo MARCO, de Monterrey.
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