Cultura
Liebman, el genio y la adrenalina
La niña pianista se presenta este viernes y domingo con la Filarmónica de Jalisco en un concierto a beneficio, junto con Vlada Vassilieva
GUADALAJARA, JALISCO (30/ENE/2013).- Daniela Liebman no siente nervios. Lo de ella es adrenalina pura. La siente cuando se sienta ante el piano y tiene las miradas de un teatro sobre ella. Porque la gente la mira y la admira. A sus 10 años, con toda una carrera por delante, ya pisa escenarios importantes. Es una mezcla de talento, disciplina y tradición familiar. Un híbrido de elementos que el próximo 1 y 3 de febrero intentará conquistar al público en el Teatro Degollado.
Ahora el teatro está vacío. Hace pocos minutos que el ensayo terminó y apenas se escuchan algunos instrumentos dispersos. Daniela está sentada en una silla, lista para la que para ella es quizás otra de las muchas entrevistas de los últimos años.
“Me gusta mucho tocar en el Degollado y me gusta mucho tocar con una orquesta. Me gusta tocar en este teatro porque tiene muy buena acústica y cabe mucha gente. Guadalajara es mi ciudad favorita, aquí nací y aquí está mi casa”.
Tiene la madurez para encarar al público, pero juguetea con el cuerpo sobre la silla. Las piernas no se quedan quietas y de su boca sale una voz delicada y con un tonito cantado. Sí, es una profesional, pero no hay que olvidar que aún es una niña.
Es la segunda ocasión que se presenta en el Teatro Degollado. El año pasado estuvo en este mismo escenario, tocando el Concierto Número Ocho de Mozart. Y, desde luego, dice, es un honor estar en este recinto otra vez. Lo dice con fluidez y siempre sonriendo.
Los ensayos han sido difíciles. Es la primera vez que la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ) toca las piezas que tienen preparadas para el 1 de febrero y han tenido que ir lento para que no se escape ningún detalle.
“Hay muchas cosas que nada más puedes hacer tú y tu maestro en el piano, o tú sola, es muy diferente y difícil hacerlo con una orquesta porque eres parte de ella, tienes que escucharlos a ellos también y no solamente a ti”.
Escucha las preguntas atenta, pero con la inquietud propia de su edad. Cuando se le cuestiona sobre las piezas que interpretarán, hace un ejercicio de memoria en segundos y pronuncia nombres que para muchos resultan impronunciables. Primero, dice, tocarán una obertura de Dmitri Shostakóvich; después ella interpretará, armada con sus dedos y un piano, el Concierto Número Dos del mismo compositor. La pianista Vlada Vassilieva tocará una pieza llamada “Prometeo poema de fuego”, de Aleksandr Skriabin, acompañada del coro de Zapopan. Para la esperada noche, dice Daniela, habrá una sorpresa que al menos ella no piensa revelar.
Desde los cinco años
La historia musical de Daniela Liebman se remonta a cuando ella tenía tres años. Su padre, quien es músico profesional y en ese momento está presente en el teatro, le regaló un violín. A ella realmente no le atrajo; “cada vez que mi abuela tocaba el piano a mí me encantaba, entonces mis papás me compraron uno. Comencé a practicar con mi papá, y como a los cinco años ya lo hacía como una hora al día”.
Su padre, cual notario, atestigua la historia a un lado de ella. Su nombre es Roberto Liebman, es originario de Nueva York, y es uno de los grandes responsables de que a estas alturas Daniela haya ganado el concurso “Noche Madrid”, en España, y otro más en California; también de que en otras competiciones haya quedado entre los tres primeros lugares.
Daniela nació en Guadalajara porque su madre es tapatía y una cosa llevó a la otra. Roberto Liebman, con un español entendible pero que evidencia totalmente su origen estadounidense, afirma sin dudar: entre las últimas tres o cuatro generaciones, Daniela es la más talentosa de la familia.
“La gente no tiene la culpa”
Los otros dos talentos que estarán en la noche del 1 de febrero son el director Anatoly Zatin y la pianista Vlada Vassilieva. Ambos están conscientes del momento en el que llegan a participar con la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ): Alondra de la Parra se fue sin dar explicaciones y hasta el momento se desconoce el motivo de su partida. Puede que esto pese ante la opinión pública, pero para Anatoly Zatin no tiene inferencia en su trabajo.
Él, está seguro, trabaja con profesionales: “Es una orquesta sinfónica que trabaja regularmente, que es profesional. Cada semana tienen un director huésped y siguen su ritmo normal. Esto es profesionalismo. Administrativamente puedes tener cualquier cosa, pero el público y los artistas no deben sentirlo. Trabajamos para el público y éste no tiene ninguna culpa”.
El tema, al no tener relevancia para el director, cambia rápidamente. Desde afuera se sigue filtrando el sonido de los músicos. Están perfeccionando las partituras complicadas, dice Zatin. Porque el repertorio que tiene preparado lo considera como inédito en la ciudad y, por ende, histórico.
“En este programa vamos a interpretar un repertorio de principios del Siglo XX, es muy interesante porque el Concierto Número Dos de Shostakóvich normalmente tocan artistas de renombre o jóvenes muy avanzados. En este caso Daniela, de 10 años, hace su trabajo muy bien”.
De lo que más trabajo le ha costado, es encontrar material para una orquesta tan grande. La búsqueda lo llevó a “Ala y Lolly”, de Serguéi Prokófiev, pieza que también, afirma el director, es inédita para la ciudad.
Vassilieva es una de las más entusiasmadas, o al menos así lo revela la manera en la que habla de la próxima presentación. Se dedica a la música desde que tiene memoria, ha viajado por el mundo, ha sido premiada y ese concierto le emociona. No es asunto menor.
Ella dice que es un placer trabajar con un director como Zatin, y no le cabe duda de que lo que la ciudad presenciará el viernes y el domingo será histórico.
PARA SABER
Dos conciertos
El concierto especial, a beneficio de la Fundación Mundial de Trasplantes para Niños, tendrá lugar el viernes 1 de febrero a las 20:30 horas, y el domingo 3 de febrero a las 12:30 horas. Ambas presentaciones son en el Teatro Degollado. Costo del boleto: 200 a 400 pesos.
Ahora el teatro está vacío. Hace pocos minutos que el ensayo terminó y apenas se escuchan algunos instrumentos dispersos. Daniela está sentada en una silla, lista para la que para ella es quizás otra de las muchas entrevistas de los últimos años.
“Me gusta mucho tocar en el Degollado y me gusta mucho tocar con una orquesta. Me gusta tocar en este teatro porque tiene muy buena acústica y cabe mucha gente. Guadalajara es mi ciudad favorita, aquí nací y aquí está mi casa”.
Tiene la madurez para encarar al público, pero juguetea con el cuerpo sobre la silla. Las piernas no se quedan quietas y de su boca sale una voz delicada y con un tonito cantado. Sí, es una profesional, pero no hay que olvidar que aún es una niña.
Es la segunda ocasión que se presenta en el Teatro Degollado. El año pasado estuvo en este mismo escenario, tocando el Concierto Número Ocho de Mozart. Y, desde luego, dice, es un honor estar en este recinto otra vez. Lo dice con fluidez y siempre sonriendo.
Los ensayos han sido difíciles. Es la primera vez que la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ) toca las piezas que tienen preparadas para el 1 de febrero y han tenido que ir lento para que no se escape ningún detalle.
“Hay muchas cosas que nada más puedes hacer tú y tu maestro en el piano, o tú sola, es muy diferente y difícil hacerlo con una orquesta porque eres parte de ella, tienes que escucharlos a ellos también y no solamente a ti”.
Escucha las preguntas atenta, pero con la inquietud propia de su edad. Cuando se le cuestiona sobre las piezas que interpretarán, hace un ejercicio de memoria en segundos y pronuncia nombres que para muchos resultan impronunciables. Primero, dice, tocarán una obertura de Dmitri Shostakóvich; después ella interpretará, armada con sus dedos y un piano, el Concierto Número Dos del mismo compositor. La pianista Vlada Vassilieva tocará una pieza llamada “Prometeo poema de fuego”, de Aleksandr Skriabin, acompañada del coro de Zapopan. Para la esperada noche, dice Daniela, habrá una sorpresa que al menos ella no piensa revelar.
Desde los cinco años
La historia musical de Daniela Liebman se remonta a cuando ella tenía tres años. Su padre, quien es músico profesional y en ese momento está presente en el teatro, le regaló un violín. A ella realmente no le atrajo; “cada vez que mi abuela tocaba el piano a mí me encantaba, entonces mis papás me compraron uno. Comencé a practicar con mi papá, y como a los cinco años ya lo hacía como una hora al día”.
Su padre, cual notario, atestigua la historia a un lado de ella. Su nombre es Roberto Liebman, es originario de Nueva York, y es uno de los grandes responsables de que a estas alturas Daniela haya ganado el concurso “Noche Madrid”, en España, y otro más en California; también de que en otras competiciones haya quedado entre los tres primeros lugares.
Daniela nació en Guadalajara porque su madre es tapatía y una cosa llevó a la otra. Roberto Liebman, con un español entendible pero que evidencia totalmente su origen estadounidense, afirma sin dudar: entre las últimas tres o cuatro generaciones, Daniela es la más talentosa de la familia.
“La gente no tiene la culpa”
Los otros dos talentos que estarán en la noche del 1 de febrero son el director Anatoly Zatin y la pianista Vlada Vassilieva. Ambos están conscientes del momento en el que llegan a participar con la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ): Alondra de la Parra se fue sin dar explicaciones y hasta el momento se desconoce el motivo de su partida. Puede que esto pese ante la opinión pública, pero para Anatoly Zatin no tiene inferencia en su trabajo.
Él, está seguro, trabaja con profesionales: “Es una orquesta sinfónica que trabaja regularmente, que es profesional. Cada semana tienen un director huésped y siguen su ritmo normal. Esto es profesionalismo. Administrativamente puedes tener cualquier cosa, pero el público y los artistas no deben sentirlo. Trabajamos para el público y éste no tiene ninguna culpa”.
El tema, al no tener relevancia para el director, cambia rápidamente. Desde afuera se sigue filtrando el sonido de los músicos. Están perfeccionando las partituras complicadas, dice Zatin. Porque el repertorio que tiene preparado lo considera como inédito en la ciudad y, por ende, histórico.
“En este programa vamos a interpretar un repertorio de principios del Siglo XX, es muy interesante porque el Concierto Número Dos de Shostakóvich normalmente tocan artistas de renombre o jóvenes muy avanzados. En este caso Daniela, de 10 años, hace su trabajo muy bien”.
De lo que más trabajo le ha costado, es encontrar material para una orquesta tan grande. La búsqueda lo llevó a “Ala y Lolly”, de Serguéi Prokófiev, pieza que también, afirma el director, es inédita para la ciudad.
Vassilieva es una de las más entusiasmadas, o al menos así lo revela la manera en la que habla de la próxima presentación. Se dedica a la música desde que tiene memoria, ha viajado por el mundo, ha sido premiada y ese concierto le emociona. No es asunto menor.
Ella dice que es un placer trabajar con un director como Zatin, y no le cabe duda de que lo que la ciudad presenciará el viernes y el domingo será histórico.
PARA SABER
Dos conciertos
El concierto especial, a beneficio de la Fundación Mundial de Trasplantes para Niños, tendrá lugar el viernes 1 de febrero a las 20:30 horas, y el domingo 3 de febrero a las 12:30 horas. Ambas presentaciones son en el Teatro Degollado. Costo del boleto: 200 a 400 pesos.
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