Cultura

Las vidas posibles

Antonio Skármeta comparte su experiencia con los libros, objetos que marcaron su infancia y visión de la realidad

GUADALAJARA, JALISCO (01/DIC/2011).- Una sonrisa de oreja a oreja distingue a Antonio Skármeta (Antofagasta, 1940). Aunque tenga el rostro serio, por ahí, debajo del bigote, se asoma una sonrisa enorme. Parece que es feliz. Dice que los libros le alegraron la infancia, y que incluso hasta le dieron la posibilidad de ser otro, de jugar otras vidas y tal vez –sólo tal vez– él continúa viviendo en una historia que al paso de cada página-día cambia como si se tratara de una novela, o un poema o una metáfora como las de Neruda.

Por eso le resulta sencillo hablar bien de los libros cada vez que se lo piden, y no es que tenga la obligación de hacerlo, simplemente se le da… como si fuese un don, de su boca salen las palabras y todos los que están ahí para escucharlo, lo hacen atentos y hasta ríen de vez en cuando, celebrando las palabras del autor de Los días del arcoíris que está en la FIL para hacer eso que disfruta tanto.

El escritor chileno no llega y son las 9:20 horas. Los bibliotecarios esperan sin desesperarse demasiado, porque saben de antemano que tras la intervención de Antonio Skármeta, se llenarán de bríos otra vez y despertarán el deseo de guiar a los lectores por nuevas obras. El chileno no los decepciona y los guía de la mano hacia los recuerdos de su más tierna infancia, cuando se convirtió en lector para después ser escritor y mantenerse permanentemente como lector.

El galardonado con el Premio Iberoamericano de Narrativa Planeta Casa de América 2011 asegura que fueron los bibliotecario quienes le ayudaron con sus recomendaciones a alcanzar obras maravillosas, convirtiéndose en sus compañeros de ruta.

“Descubrí que el hecho de que yo leyera libros en el barrio en el que nací producía curiosidad en el resto de los chicos”, dijo el autor durante la clausura del Salón de profesionales y ante un gran grupo de bibliotecarios que no dudaron en aplaudirle sus ideas.

En aquellos años resultaba sorprendente que un chico se interesara tanto por la obra de Pablo Neruda y que encima de todo, su propia visión de la realidad se transformara para adecuarse a la mirada del poeta, una “más provocante, más creativa, más imaginativa, más lúdica. Por seria que sea la literatura lo que sí te propone es la actitud lúdica: juguemos a ser otro”.

La incursión de Skármeta en el mundo de las historias, los cuentos, novelas, poemas y ensayos también fue apuntalada por una maestra, quien lo invitó a abrir sus libros porque quería que sus estudiantes fueran las personas que podían ser y esa posibilidad siempre existe en la literatura.

“Los libros son invitaciones a la vida”, decía su profesora, quien lo guió en sus primeras lecturas, entre ellas los poemas de Gabriela Mistral, Premio Nobel de Literatura 1945.

En esos años de infancia, existieron dos tipos de libros: los moralistas y los de aventuras. Sin embargo, un día llegó a él Pinocho, cuento que le permitió reflexionar años después durante su exilio en Alemania sobre la identidad, porque “el muñeco tiene afectos”.

“Los libros no son inocentes, te mueven a una filiación”, expresó Skármeta, quien evocó los pasajes de su obra El cartero de Neruda para hablar de la necesidad de las metáforas para conquistar el corazón de una mujer.

“Si no hubiera conocido esos libros o hubieran aparecido oportunamente, tal vez no hubiera sido escritor”, afirmó el autor de títulos como Tiro libre, No pasa nada y Ardiente paciencia.

El arcoirís de la libertad

En su más reciente obra, Los días del arcoíris, Antonio Skármeta  reivindica a los miles de chilenos que fueron protagonistas anónimos del proceso de transición a la democracia.

“Es un guiño fraternal, un abrazo de cariño” a esos anónimos, a quienes agradece la nobleza que tuvieron al arriesgar poco o mucho en esta búsqueda.

Con esta obra bajo el brazo, Skármeta ha caminado ya varios senderos en este año para presentar a los lectores la historia que descubre una tierra que luego de un largo tiempo alcanzó la libertad, convirtiéndose de nuevo en la casa de muchos, como el propio autor que tuvo que abandonar su país, pero nunca la patria.

Con este título Antonio Skármeta se estaciona un momento en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, al tiempo que comparte sus experiencias con otros lectores, como él mismo lo es

Para seguir al autor
Viernes 2
18:00 Los días del arcoíris, de Antonio Skármeta.  Salón 5, planta baja de Expo Guadalajara

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