Cultura
Las ventanas del vuelo
Como un ritual que conjuga emociones y sentimientos describe Víctor García Castaño la tradición de los voladores de Papantla de la cual él es parte.
Voladores de Papantla.
“Siempre hay una especie de miedo previo, pero a la hora de volar cambia totalmente, ya uno se siente equilibrado, de sentir el aire, de aventarse, de saber que eres ‘Volador”, comparte Víctor García Castaño, miembro del Consejo Juvenil de Voladores, originario de la zona de Papantla, Veracruz.
Con orgullo, se pierde en sus pensamientos, y recuerda cómo varios años atrás comenzó su experiencia dentro de este ritual de origen indígena conocido como “Voladores de Papantla”.
“Comencé apenas a los 11 años de edad, allá en mi comunidad en Papantla, Veracruz, uno de mis maestros fue Don Cruz, que ahorita está de director de la Escuela de Niños Voladores, mi primer vuelo fue con él”, expresa.
Agrega que cuando está por descender, por su mente pasan distintos pasajes de la vida, pero sobre todo, experimenta gran satisfacción de saber que este ritual es una ventana de la cultura totonaca hacia México y al Mundo.
“Y al bajar, dan ganas de volver a subirte, de volver a sentir esa experiencia, esas emociones, esas sensaciones que tienes en el vuelo, y más con el apoyo de los maestros, de la familia y de los compañeros que son los que te inducen a admirar este arte del ‘Volador”, refiere.
García Castaño destaca que la ceremonia y ritual, como personas provenientes de la cultura totonaca, es muy importante, “porque demuestra nuestra identidad, es algo que nos caracteriza a muchos como ‘Voladores’ como gente indígena”.
En entrevista, tras la presentación de la Cumbre Tajin 2011, evento que se realizará del 17 al 21 de marzo próximos, explica que este tipo de eventos les llenan de emoción.
“Porque viene mucha gente que también está muy interesada en este rito, en estas ceremonia, que a su vez nos ayuda a la difusión, pues hay quien viene a que le contemos nuestras experiencias, entonces la convivencia y el equilibrio que tenemos con las demás personas nos encanta como gente totonaca”, comenta.
Detalla que hay una Escuela de Niños Voladores, la cual está ubicada en el parque temático Takilhsukut, en Papantla, que es parte del Centro de las Artes Indígenas, una organización que tiene 12 casas de arte, una de ellas es la referente a los voladores.
“A los niños se les enseña todo lo que tiene la formación de los voladores, en un año no alcanza su formación íntegra de lo que es un volador y tiene que seguir su formación, pues se les dan clases de totonaco, se les enseña el valor espiritual de la danza, la parte técnica, las actividades, la parte física, porque se tiene uno que conservar como ser humano, para tener esa energía”, añade.
Esa preparación y arraigo por la cultura, indica, es lo que ha llevado a este grupo a traspasar fronteras, pues han logrado presentarse en distintos países, como es el caso de Suiza, donde llamó la atención su ritual.
Sin embargo, lo principal como “voladores” es tener el sentido y la energía de seguir preservando y también transmitir esa ceremonia ritual.
Por ello, se da tiempo para invitar a visitar esa zona del norte de Veracruz para que “sean parte de nosotros, vivan esto que es la ceremonia ritual del ‘Volador”.
“Porque así nosotros les brindamos una parte de nuestro corazón, una parte de nuestro sentimiento, y el amor que le tenemos a este rito ancestral”, finaliza.
CIUDAD DE MÉXICO (20/FEB/2011).- Sentimientos y emociones se conjugan en el interior de un “Volador” cuando va descendiendo durante la presentación de este ritual de origen totonaca conocido como
“Siempre hay una especie de miedo previo, pero a la hora de volar cambia totalmente, ya uno se siente equilibrado, de sentir el aire, de aventarse, de saber que eres ‘Volador”, comparte Víctor García Castaño, miembro del Consejo Juvenil de Voladores, originario de la zona de Papantla, Veracruz.
Con orgullo, se pierde en sus pensamientos, y recuerda cómo varios años atrás comenzó su experiencia dentro de este ritual de origen indígena conocido como “Voladores de Papantla”.
“Comencé apenas a los 11 años de edad, allá en mi comunidad en Papantla, Veracruz, uno de mis maestros fue Don Cruz, que ahorita está de director de la Escuela de Niños Voladores, mi primer vuelo fue con él”, expresa.
Agrega que cuando está por descender, por su mente pasan distintos pasajes de la vida, pero sobre todo, experimenta gran satisfacción de saber que este ritual es una ventana de la cultura totonaca hacia México y al Mundo.
“Y al bajar, dan ganas de volver a subirte, de volver a sentir esa experiencia, esas emociones, esas sensaciones que tienes en el vuelo, y más con el apoyo de los maestros, de la familia y de los compañeros que son los que te inducen a admirar este arte del ‘Volador”, refiere.
García Castaño destaca que la ceremonia y ritual, como personas provenientes de la cultura totonaca, es muy importante, “porque demuestra nuestra identidad, es algo que nos caracteriza a muchos como ‘Voladores’ como gente indígena”.
En entrevista, tras la presentación de la Cumbre Tajin 2011, evento que se realizará del 17 al 21 de marzo próximos, explica que este tipo de eventos les llenan de emoción.
“Porque viene mucha gente que también está muy interesada en este rito, en estas ceremonia, que a su vez nos ayuda a la difusión, pues hay quien viene a que le contemos nuestras experiencias, entonces la convivencia y el equilibrio que tenemos con las demás personas nos encanta como gente totonaca”, comenta.
Detalla que hay una Escuela de Niños Voladores, la cual está ubicada en el parque temático Takilhsukut, en Papantla, que es parte del Centro de las Artes Indígenas, una organización que tiene 12 casas de arte, una de ellas es la referente a los voladores.
“A los niños se les enseña todo lo que tiene la formación de los voladores, en un año no alcanza su formación íntegra de lo que es un volador y tiene que seguir su formación, pues se les dan clases de totonaco, se les enseña el valor espiritual de la danza, la parte técnica, las actividades, la parte física, porque se tiene uno que conservar como ser humano, para tener esa energía”, añade.
Esa preparación y arraigo por la cultura, indica, es lo que ha llevado a este grupo a traspasar fronteras, pues han logrado presentarse en distintos países, como es el caso de Suiza, donde llamó la atención su ritual.
Sin embargo, lo principal como “voladores” es tener el sentido y la energía de seguir preservando y también transmitir esa ceremonia ritual.
Por ello, se da tiempo para invitar a visitar esa zona del norte de Veracruz para que “sean parte de nosotros, vivan esto que es la ceremonia ritual del ‘Volador”.
“Porque así nosotros les brindamos una parte de nuestro corazón, una parte de nuestro sentimiento, y el amor que le tenemos a este rito ancestral”, finaliza.
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