Cultura
Las peripecias de estar un día en la FIL
Una familia llegó de improviso a la FIL y después de ver mucho compraron poco
FIL. Entusiasmados y con las mochilas vacías esperan llevarse al menos un ejemplar cada uno.
De los niños, el mayor es un adolescente de 15 años y por él es que la familia se encuentra este día en la Feria Internacional del Libro de improviso, en la escuela le dejaron de tarea buscar el nombre de 10 editoriales dentro de la FIL y explicar al menos dos libros de cada uno de sus ejemplos.
El que sigue de edad es uno de 12 años, un chico de pocas palabras que sonríe cuando le hablas, algo que sella su personalidad tímida y por último la más pequeña, una niña de ocho años que se dice amante de las caricaturas de bebés y los libros que tienen animales.
La mujer es tía de los tres chicos, ella encabeza el grupo y advierte a los chicos venir de "rapidito" a la FIL ya que le hizo el favor a su hermana y cuñado que trabajan para que el chico de 15 años pudiera hacer su tarea. “Venimos de un pueblito cerca de Tlajomulco y que suele ponerse pesado el tráfico, así que rápido y nos vamos temprano", dijo la mujer.
Su primera parada es el stand de la librería Porrúa. Ella le explica al mayor, quien ya trae su cuarderno en la mano, "aquí hay libros de todos, puedes empezar tu tarea desde aquí", esto mientras ella toma un ejemplar de cocina y lee la sinopsis.
El resto del grupo mira los enormes estantes de libros y se preguntan entre ellos ¿cuánto cuestan? ¿Nos alcanzará con lo que nos sobró de la escuela? Las dudas se calman cuando el vendedor les dice el precio del libro de cocina, vale 200 pesos.
La familia sigue su camino y se topa con la siguiente librería que parecía ser de las más concurridas en ese momento, "Gandhi" todos entran y se escurren a los libros del fondo. Allá la mujer señala los textos y le dice al mayor "¿Ves? Estas son las editoriales, apúntalas, tienes que saber que cuando compras un libro tienes que fijarte en el autor y la editorial no nada más en la portada" el chico escribe en su cuaderno.
La mujer toma varios libros, en su mayoría títulos de auto ayuda, reflexiona y dice en voz alta "qué tonta, en vez de aprovechar el tiempo en leer uno nomás gasta en otras tonterías" esto mientras mira con desdén la pila de libros en donde le había interesado "El Alquimista" de Paulo Cohelo.
Justo al lado de ella, la pequeña toma un libro y dice contenta a sus hermanos y tía "¡Miren un libro que escribió Chespirito!” Lo miran de reojo y no le ponen atención, en realidad el libro era "Estrella distante" de Roberto Bolaño, nadie la saca del error.
El más callado de los tres chicos se pierde a la vista, se ha acercado a las “tablets” para tomar fotos y jugar con los aparatos, se ve muy entretenido.
La gente los empuja, miran los libros que ellos ven, atraviesan sus manos para tomar lo que no alcanzan y ellos siguen viendo libros. En total duran más de media hora en la librería.
Los chicos comienzan a enfadarse y se acercan a la tía para preguntarle qué más hace falta por hacer ahí, la tarea está hecha y ellos quieren ir a FIL Niños, la dama muy seria sostiene un texto se trata de "Cuando la gente buena sufre", comparte con los niños "estaría bueno este libro para mi hija, ella tiene un pequeño que nació con sordera y ella le reprocha mucho a Dios", lo piensa pero lo vuelve a dejar de donde lo tomó.
Salen del lugar y entran a "Paidós", el chico de 12 se entretiene con un texto que estaba en la entrada "Destroza esta agenda" el nombre lo decía, se trataba de indicaciones para romper de todas las maneras posibles ese libro. Los niños se han encantado por este ejemplar y lo hojean, están atentos a las indicaciones de cuadernillo, la mujer se dirige nuevamente al área de auto ayuda.
Los niños dejan el libro, se les ve enfadados, la mujer advierte "ya es tarde" vamos al área de niños y ya luego a la casa, esto mientras sostiene un libro de "Recetas para prevenir el cáncer de mamá".
Finalmente, la familia sale del lugar y se van a la FIL Niños, en el camino la mujer dice que es madre de cuatro hijos, (tres mujeres, un hombre) las primeras dos están casadas y no tienen mucho tiempo para leer. Los menores uno estudia Mecatrónica y la siguiente está en la prepa y había venido a la FIL un par de días antes y compró tres libros, "si tuviera más tiempo leería más, a mí me gusta leer" dice.
Ya en FIL Niños la tía les compra tres libros para colorear que vieron en los primeros dos stands del área infantil. En realidad la más emocionada es la más pequeña, el resto se conforma con irse ya del lugar, la cantidad de gente los había cansado.
En total gastaron cerca de cien pesos y su visita duró tres horas, "el camino es largo, tardamos más de una hora en llegar y seguro tardaremos más en irnos, mejor nos vamos" dice la mujer. La familia se va, no planean regresar, los chicos dicen que les gustó su visita pero prefieren irse a descansar y comer, los libros por el momento no son su prioridad.
EL INFORMADOR / CAROLINA QUINTANILLA
GUADALAJARA, JALISCO (05/DIC/2014).- Son cerca de las cuatro de la tarde, una mujer llega con tres niños a la
De los niños, el mayor es un adolescente de 15 años y por él es que la familia se encuentra este día en la Feria Internacional del Libro de improviso, en la escuela le dejaron de tarea buscar el nombre de 10 editoriales dentro de la FIL y explicar al menos dos libros de cada uno de sus ejemplos.
El que sigue de edad es uno de 12 años, un chico de pocas palabras que sonríe cuando le hablas, algo que sella su personalidad tímida y por último la más pequeña, una niña de ocho años que se dice amante de las caricaturas de bebés y los libros que tienen animales.
La mujer es tía de los tres chicos, ella encabeza el grupo y advierte a los chicos venir de "rapidito" a la FIL ya que le hizo el favor a su hermana y cuñado que trabajan para que el chico de 15 años pudiera hacer su tarea. “Venimos de un pueblito cerca de Tlajomulco y que suele ponerse pesado el tráfico, así que rápido y nos vamos temprano", dijo la mujer.
Su primera parada es el stand de la librería Porrúa. Ella le explica al mayor, quien ya trae su cuarderno en la mano, "aquí hay libros de todos, puedes empezar tu tarea desde aquí", esto mientras ella toma un ejemplar de cocina y lee la sinopsis.
El resto del grupo mira los enormes estantes de libros y se preguntan entre ellos ¿cuánto cuestan? ¿Nos alcanzará con lo que nos sobró de la escuela? Las dudas se calman cuando el vendedor les dice el precio del libro de cocina, vale 200 pesos.
La familia sigue su camino y se topa con la siguiente librería que parecía ser de las más concurridas en ese momento, "Gandhi" todos entran y se escurren a los libros del fondo. Allá la mujer señala los textos y le dice al mayor "¿Ves? Estas son las editoriales, apúntalas, tienes que saber que cuando compras un libro tienes que fijarte en el autor y la editorial no nada más en la portada" el chico escribe en su cuaderno.
La mujer toma varios libros, en su mayoría títulos de auto ayuda, reflexiona y dice en voz alta "qué tonta, en vez de aprovechar el tiempo en leer uno nomás gasta en otras tonterías" esto mientras mira con desdén la pila de libros en donde le había interesado "El Alquimista" de Paulo Cohelo.
Justo al lado de ella, la pequeña toma un libro y dice contenta a sus hermanos y tía "¡Miren un libro que escribió Chespirito!” Lo miran de reojo y no le ponen atención, en realidad el libro era "Estrella distante" de Roberto Bolaño, nadie la saca del error.
El más callado de los tres chicos se pierde a la vista, se ha acercado a las “tablets” para tomar fotos y jugar con los aparatos, se ve muy entretenido.
La gente los empuja, miran los libros que ellos ven, atraviesan sus manos para tomar lo que no alcanzan y ellos siguen viendo libros. En total duran más de media hora en la librería.
Los chicos comienzan a enfadarse y se acercan a la tía para preguntarle qué más hace falta por hacer ahí, la tarea está hecha y ellos quieren ir a FIL Niños, la dama muy seria sostiene un texto se trata de "Cuando la gente buena sufre", comparte con los niños "estaría bueno este libro para mi hija, ella tiene un pequeño que nació con sordera y ella le reprocha mucho a Dios", lo piensa pero lo vuelve a dejar de donde lo tomó.
Salen del lugar y entran a "Paidós", el chico de 12 se entretiene con un texto que estaba en la entrada "Destroza esta agenda" el nombre lo decía, se trataba de indicaciones para romper de todas las maneras posibles ese libro. Los niños se han encantado por este ejemplar y lo hojean, están atentos a las indicaciones de cuadernillo, la mujer se dirige nuevamente al área de auto ayuda.
Los niños dejan el libro, se les ve enfadados, la mujer advierte "ya es tarde" vamos al área de niños y ya luego a la casa, esto mientras sostiene un libro de "Recetas para prevenir el cáncer de mamá".
Finalmente, la familia sale del lugar y se van a la FIL Niños, en el camino la mujer dice que es madre de cuatro hijos, (tres mujeres, un hombre) las primeras dos están casadas y no tienen mucho tiempo para leer. Los menores uno estudia Mecatrónica y la siguiente está en la prepa y había venido a la FIL un par de días antes y compró tres libros, "si tuviera más tiempo leería más, a mí me gusta leer" dice.
Ya en FIL Niños la tía les compra tres libros para colorear que vieron en los primeros dos stands del área infantil. En realidad la más emocionada es la más pequeña, el resto se conforma con irse ya del lugar, la cantidad de gente los había cansado.
En total gastaron cerca de cien pesos y su visita duró tres horas, "el camino es largo, tardamos más de una hora en llegar y seguro tardaremos más en irnos, mejor nos vamos" dice la mujer. La familia se va, no planean regresar, los chicos dicen que les gustó su visita pero prefieren irse a descansar y comer, los libros por el momento no son su prioridad.
EL INFORMADOR / CAROLINA QUINTANILLA
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