Cultura
Las pasiones de un periodista
Agustín del Castillo tiene 3 pasiones comprobables: su familia, el periodismo y el equipo de fútbol Guadalajara; aunque sea este último la pasión que más decepciones le da
Con el trabajo “México perderá sus glaciares por el calentamiento terrestre Citlaltépetl. La nieve que desaparece” retrata cómo el glacial situado en las proximidades del Pico de Orizaba, en Veracruz; está perdiéndose por el cambio climático.
Si Victoria se duerme o se va al baño cuando le dice a su mami “quiero hacer pipi” entonces no podrá ver a su padre tomando el micrófono para agradecer a las personas que se ha encontrado en ese camino de disciplina; muchos de sus amigos insisten en que es un periodista “muy clavado”, algunas empresas privadas que dañan los ecosistemas y han sido exhibidas por los artículos que publica dicen que Agustín es un mentiroso, los profesores de la carrera de periodismo en la Ciénega dicen que es un periodista responsable y Bastenier, en su libro Cómo se escribe un periódico, dice que el trabajo de Agustín del Castillo es un ejemplo de cómo se debe cubrir el medio ambiente.
Pero aquí, en esta premiación en la cual Víctor Busteros, representante de Greenpeace México ha dicho que Agustín es un periodista que con su trabajo se convierte en un activista, aquí, decíamos, lo que importa es lo que dice Agustín, antes de que Victoria acabe con la memoria de las cámaras que le están tomando fotos.
“Quiero aprovechar para decirle a los compañeros que tenemos que rescatar el periodismo de profundidad, los medios son un servicio para el bien de la sociedad, son un bien público en el que vale la pena arriesgarse con responsabilidad; no podemos sacrificar el profesionalismo del periodismo” y recuerda una frase que dice cada que recibe un premio, o sea que la ha dicho dos veces este año pues recibió el segundo lugar del premio Router apenas hace unos días, “la libertad de prensa es el fundamento de las demás libertades.
A Agustín le enferma cuando sus Chivas no pasan a la siguiente fase clasificatoria, sonríe cuando Victoria saca la cámara de fotografías para retratar a papá, cuando Dolores, su esposa , va y busca a esa pequeña, y también sonríe cuando presenta a su hija de 15 años, de la que seguro ha de estar orgulloso. Y antes de que se vaya “porque hay mucha chamba” uno puede decir que conoce las grandes pasiones de un periodista al que hoy se debe felicitar.
EL INFORMADOR/ OMAR GARCÍA
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