Cultura

Las múltiples herencias de Simon Ghraichy

El pianista franco-mexicano-libanés recién lanzó su primer disco con la prestigiosa casa discográfica Deutsche Grammophon

GUADALAJARA, JALISCO (01/ABR/2017).- Para describir el origen del pianista clásico Simon Ghraichy hacen falta 21 letras y tres guiones, además del esfuerzo que implica decidir en qué orden escribir sus tres nacionalidades: Franco-mexicano libanés. Esa mezcla aparentemente intrincada de culturas, sonidos y originalidades, se resuelve de manera natural en la fluidez de la ejecución musical de Ghraichy, que después de años de trabajo comienza a conquistar los grandes escenarios internacionales y recién firmó contrato con Deutsche Grammophon, una de los sellos discográficos más importantes en la música clásica.

“Uno entra a la música como algunos entran a la religión”, afirmó el pianista en una de sus pasadas visitas a Guadalajara. Graichy, nacido en 1985 en Beirut, de madre mexicana y padre libanés, se entrega pronto a su vocación. Según cuenta, “desde que comencé a caminar fui directamente a jugar con las teclas del piano que había en casa”.

En el verano del 2015 es llamado a participar en el Festival Bard de Nueva York, en la que se rindió homenaje al compositor mexicano Carlos Chávez.  Entre finales del 2015 y el 2016 se presenta en el Carnegie Hall de Nueva York, en el Kennedy Center de Washington y en la Filarmónica de Berlín, con un programa  en el que explora el terreno común entre la obra de Franz Liszt y las de compositores como el mexicano Manuel Ponce o el brasileño Heitor Villa-Lobos. Es con ese programa que finalmente llega el esquivo reconocimiento en Francia, cuando en marzo del 2017 el pianista se presenta en el Théâtre des Champs-Élysées.

El éxito internacional trae consigo un contrato con Deutsche Grammophon, una de las etiquetas más prestigiosas de música clásica en el mundo. “Heritages” (“Herencias” o “Legados”), su primer disco con esa compañía, recién salió a principios de este mes. En él, Ghraichy coloca a Debussy al lado de compositores españoles y latinoamericanos. Casi como indicación de la importancia de México en el mosaico sonoro propuesto por el pianista, versiones del Danzón No. 2 del mexicano Arturo Márquez abren y cierran el álbum.

“El Danzón No. 2 comienza a volverse una especie de ‘hit’ interplanetario, interpretado por todas las orquestas. Es por eso que estoy muy orgulloso de haber podido obtener una transcripción para piano, así como una transcripción para piano y percusión que hemos grabado por primera vez en el mundo”, comentó Ghraichy.

“No considero todas estas oportunidades como un fin en sí mismo”, dice acerca de los avances en su carrera. “El objetivo final es la música. Busco desarrollar todo eso en nuevos horizontes en los que nunca he estado y ese es un trabajo infinito, que dura toda la vida”.

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Una trayectoria internacional

Estudió en el Conservatorio de París y continuó sus estudios en la Academia Sibelius de Helsinki, agregando un estrato más a su complejo patrimonio cultural. Los primeros años de carrera lo llevan por todo el mundo, de Serbia a Corea del Sur, con escalas en México (donde gana su primer concurso), Líbano, Brasil, Cuba y Mali. Su oído atento recoge nuevas influencias musicales en cada país que visita y a medida que su talento madura comienzan a abrirse las puertas de sedes cada vez más prestigiosas.

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