Cultura
La viva y pujante literatura brasileña
Cinco autores brasileños se reúnen en la FIL para platicar los pormenores de su quehacer literario
A esas y otras conclusiones llegaron los autores brasileños Daniel Galera, Ferréz, Bernardo Carvalho, Margarida Patriota y Tatiana Salem Levy durante la charla que sostuvieron a las 17:00 horas en el Salón 4 de Expo Guadalajara, que estuvo moderada por el escritor y periodista mexicano Benito Taibo.
La Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) fue el lugar en que los escritores debatieron sobre los temas que les interesan en su quehacer literario: el pulso de la literatura brasileña en otros lugares del mundo, su papel como salvadora de la vida del narrador y hasta cómo se las arregla económicamente un escritor en un oficio tan quisquilloso.
Daniel Galera, quien escribe ficción desde 1996 y publicó su primer libro en 2001, dijo que comenzó a difundir su obra en internet en 1996. Sus obras --la primera, Dientes guardados, se publicó en 2001-- son historias creadas a partir de escenas, personajes e ideas que irrumpen en su imaginación, convirtiéndose en tramas e historias con malicia que escribe cuando las siente maduras. Oriundo de Porto Alegre, Galera se ha dedicado en los últimos 10 años al oficio de traductor.
Luego de leer uno de sus cuentos ubicado en la ciudad de Brasilia, capital de Brasil, Margarida Patriota afirmó que sus temas son variados --hasta del himno nacional brasileño ha escrito-- pero se decanta con mayor fuerza por los temas juveniles e infantiles. Destacó que para ella escribir es un desafío, pues es muy difícil llegar a ser un buen escritor y vivir de los derechos de autor, pero le gusta entender el mundo a través de la palabra.
"Novelista de traición", así se definió Ferréz, porque en sus libros todos los personajes tienen sexo sin importar con quién. Criado en las favelas de Río de Janeiro, dijo que comenzó a escribir para que las personas de su localidad tuvieran la oportunidad de leer.
Con 36 años de edad, la periferia de la ciudad, la prisión, la muerte, las drogas y la elite que sojuzga a las masas son sus temas. Le gusta entrar al aspecto psicológico de las personas, sus innumerables cambios de humor y de gusto.
"La literatura salva y transforma. Si la sociedad tuviera acceso a la literatura la gente tendría más felicidad y educarían mejor a sus hijos", dijo Ferréz.
Por su parte, Tatiana Salem Levy explicó que su novela La llave de la casa tiene que ver con exilio de su familia cuando de Turquía se trasladaron a Portugal. Contó que cuando la escribió, las personas que la leyeron se decepcionaron porque no encontró entre sus páginas la historia familiar. Resaltó que una obsesión en sus libros es la obsesión por el pasado y la memoria.
Tatiana señaló que algo que cambió en su generación literaria fue que no tienen puntos en común, ya no se habla de Brasil en las narraciones como anteriormente se hacía, fenómeno que, aseguró, cambió gracias a la globalización.
Bernardo Carvalho, quien en su adolescencia quiso ser cineasta, no sabe para quién escribe. A veces escribe contra el lector, se saca la camisa de fuerza para escribir con libertad. El brasileño dijo que sus temas son muy diversos: la relación de la paternidad, la reproducción del ser humano, algo que no logra entender.
Dijo que es un infierno que la literatura pretenda cumplir con requisitos, "literatura con papel de iglesia". Aseguró que le interesa una literatura que cuestione al lector sin el objetivo de salvarlo de su desdicha.
EL INFORMADOR / GONZALO JÁUREGUI
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