Cultura

La violencia desde los ojos de Lía

El escritor mexicano Yuri Herrera presenta hoy a las 17:00 horas su segundo libro para niños y adolescentes

GUADALAJARA, JALISCO (28/NOV/2012).-  Lía puede permanecer horas observando cómo la luz atraviesa el salero. Tras algunos años transcurridos, esos en lo que de pronto la mesa parece más chiquita y los adultos menos gigantes, sigue disfrutando del crujido del pan cuando su padre lanza el primer mordisco, de las conversaciones y de amarrase listones de colores en el cabello.

Un día las imágenes y los sonidos cambiaron. Sus padres decían que no pasaba nada, pero sí pasaba. "No es que no quiera ver, es que estoy fijándome en lo veo...", dijo Lía molesta. Ella despertó a la realidad, de la que no puede escapar y de la que sus padres trataron de cuidarla. Lía vio la violencia, vio cómo cambia la vida. Los ojos de Lía es nuevo título del escritor mexicano Yuri Herrera, y que presenta hoy a las 17:00 horas en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.

Los ojos de Lía es un libro sobre violencia para niños y adolescentes, tratado con mucho respeto y cuidado por el autor y que es publicado en la editorial Sexto Piso. Para Herrera el comienzo del libro fue su forma de enganchase con la historia. "Yo no recuerdo haber vuelto a mirar las pelusas en el aire de la misma manera que cuando era chico, y tiene que ver un poco con la posición en la cuál estás mirando, pero también tiene que ver con que tus sentidos son más nuevos, con que estás descubriendo otras cosas, otro mundo".

Si bien es cierto que el mundo de Lía cambió, el también autor de "¡Este es mi nahual!" enfatiza que no es que los niños "deban" abrir los ojos ante la violencia, sino que más bien no deben renunciar a la manera lúcida que tienen de mirar. " No se trata de ser condescendiente. Una cosa es explotar pornográficamente la violencia y otra cosa es tratar de engañar a alguien diciéndole que no pasa nada cuando está percibiéndolo de todas las maneras posibles", en las noticias, chismes, internet...

México ha atravesado por muchos cambios recientemente: las estructuras políticas, económicas, instituciones, pero seguimos con los mismos medios de comunicación, dice Herrera, "que en palabras del tigre Azcárraga, están hechos para servir al presidente". Tiene claro que debe haber un cambio en la forma en la que se transmiten las noticias.

Sin historia, sin rostro, quizá como latas en el piso, así es como muchos de los cuerpos que quedan sobre el pavimentos son vistos y parte de lo que el autor trata en el texto, pero también es parte de su próximo libro, La transmigración de los cuerpos, "uno de los temas graves aquí no sólo la violencia, es cómo reaccionamos tras la violencia, si reaccionamos ante la muerte sin dolor. Si no tratamos a los muertos con respecto estamos habilitando que haya más violencia. Para mí la forma que tratamos a los muertos es también un síntoma de cómo tratamos a los vivos".

Desde qué comenzó a escribir Los ojos de Lía, Yuri Herrera tenía claro que el personaje sería una niña, por que considera que "las mujeres se las ven mucho más duras en las cosas más difíciles de la vida y encuentran mejores soluciones".

Para el autor mexicano, la buena literatura no tiene que estar constreñida a niños o adultos, así no hay gran diferencia en escribir sobre violencia para unos u otros. "Estamos hablando de un mismo conjunto de problemas, una misma discusión sobre cuál es la actitud al respecto. Yo creo que la actitud ética que descubre que puede tomar Lía, es el mismo descubrimiento que nosotros tenemos que averiguar".

Memorias

Sabe que es un cliché, pero no tiene empacho en decirlo: "Desde muy niño decidí ser escritor", desde los ocho o nueve años escribía cuentos como uno en "que había un cuervo gigante que se comía gente. Recuerdo que escribí sobre un profesor que tenía un lunar asesino que se salía y mataba gente. Ahora que lo pienso un poco preocupante que desde entonces pensara en la violencia". Comenzó a publicar en periódicos cuando tenía 17. Con años aprendió que para publicar un libro hay que ser paciente, publicó su primer libro a los 34 años.

Como su personaje Lía, el también tiene un baile para festejar, aunque no consiste en mover los hombros. De niño, recuerda que fue un poco tímido, retraído; un poco por cuestión genética otro porque tuve un nombre raro, una familia rara, comenta, aunque y "eso a la larga se agradece", porque después de todo qué es la infancia, sino "una búsqueda de uno mismo sin tener una guía. Los padres dicen que son una guía pero más bien uno es el experimento de sus padres".
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