Cultura
La vida, la literatura, David y Mario
Infancia es destino, y la génesis de dos de los escritores más prolíficos comenzó cuando apenas eran jóvenes. En dos realidades que se contraponen
La manera de llegar al mundo de las letras, a través de la lectura, fue contrapuesta por la realidad: mientras Mario, nacido en América Latina en la época de las revoluciones sandinistas, llegó a la literatura en búsqueda de aventuras con Julio Verne como escritor de cabecera; David, nacido en Jerusalén, tierra en disputa por el conflicto palestino; encontró en la literatura un refugio que se iba convirtiendo en paz. Leer a Ana Frank, la chica que describió el exterminio nazi en primera persona, fue una diáspora inesperada.
"Las víctimas eran mis nombres y hombres sagrados. El arte es donde las cosas y las leyes pueden existir simultáneamente. Escribir es donde la vida toca la muerte; es en el arte donde está en este contacto, tan impactante en la relación".
La mañana de este domingo, dio inició el Salón Literario Carlos Fuentes, de la Feria Internacional del Libro; donde el ícono de la literatura israelí evocó los recuerdos de su padre, quien le entregó un libro de cuentos como un mensaje cifrado, "mi padre nunca habló mucho de su infancia conmigo. Por eso pensaba que ese libro era entregarme la historia que más se acercaba a su infancia".
Por su parte, el escritor peruano, autor de obras como ‘La fiesta del Chivo’, ‘La tía Julia y el escribidor’ y ‘Travesuras de una niña mala’; habló de su acercamiento a las letras y de cómo las lecturas impactan en su escritura.
"La primera manifestación que tuve para ser escritor es que leía algo y si no me gustaba el final, se los cambiaba. La idea de que escribir es una manera de enriquecer la vida. Creo que la lectura es una manera de decir que la vida tal como una la vivía no bastaba".
El premio Nobel de Literatura dijo que aquello que no podía incorporar a la vida, "podría encontrarlo en los libros, y eso significaba una vida mucho más rica o más diversa".
Los libros, dijo Mario Vargas Llosa, "fueron tan importantes para mí, que ahora lo que recuerdo, no son tanto los compañeros de colegio o los chicos del barrio, sino los personajes de los libros de Julio Verne".
Literatura necesaria
Escribir produce una felicidad inmensa, dice Mario Vargas Llosa, por eso es necesario defender la literatura contra quien dice que las humanidades son para las horas muertas, para el entretenimiento y el tiempo perdido.
"La literatura despierta entre nosotros muchas cosas, y entre eso es el espíritu crítico, nos da la sensación de que el mundo está mal hecho y hay que cambiarlo; un mundo sin literatura sería un viacrucis para los seres humanos".
Después recordó sus lecturas, y dijo que Sartre evocaba las buenas prácticas entre escritores. "La literatura no era una actividad gratuita, que las palabras eran actos, y las palabras que un escritor escogía, para poner en sus actos o en sus ensayos; repercutían inevitablemente en la vida, y con ellas se producían cambios"
EL INFORMADOR/ OMAR GARCÍA
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