Cultura

La soledad, un nuevo concepto en casas

El movimiento neomoderno existe y sus representantes son los proyectistas menores de 30 años, de acuerdo con el argentino Mariano Ferretti

GUADALAJARA, JALISCO (29/JUN/2011).- Las salas como espacios cerrados ya pasaron de moda, así como las imágenes de las casas habitadas. La soledad es el nuevo inquilino, producto del éxito, de los cambios en los roles de vida de los individuos y de los modelos importados de Europa.

Para el arquitecto Mariano Ferretti, quien visita la ciudad para impartir un curso en la Escuela Superior de Arquitectura ( Esarq), las actuales propuestas habitacionales retoman elementos del movimiento moderno, pero sin el idealismo de maestros como Le Corbusier y Ludwing Mies van der Rohe.   

“Desde hace más de una década, los arquitectos han retomado los parámetros de la espacialidad del movimiento moderno de los años veinte del siglo pasado en Europa. Dentro de las universidades ya se aborda el concepto de una nueva corriente, la neomoderna, que en algún momento se institucionalizará”, expresó ayer el arquitecto argentino, premio a la investigación de la sexta Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo 2008.

Los representantes de la nueva corriente son los arquitectos jóvenes, nacidos durante los años setenta y ochenta, quienes saben que los hombres ya no viven de una manera tradicional y “las casas son producto de eso”.

“La arquitectura actual refleja a la nueva sociedad. Las casas vacías son parte de la vida del hombre de hoy, ausente, y las fotografías que salen en las revistas de arquitectura son espacios vacíos porque no hay gente habitándolos”, afirmó Mariano Ferretti, quien aclaró que tanto el movimiento moderno como el neomoderno están pensados para responder a las necesidades de las clases altas.

El arquitecto consideró que el desarrollo arquitectónico de los países es un símbolo del desarrollo económico, impulsado por la iniciativa privada, que “ahora cree que el espacio público es suyo, sin embargo no es así, ya que los edificios son de corporaciones privadas que hacen la ciudad porque el estado no puede”.

— ¿Por qué se retoman ahora los elementos del Movimiento moderno?
— Porque fue uno de los saltos que ha dado la arquitectura, aquél de los años veinte en Europa fue de los más significativos, porque revolucionó y modificó toda la herencia de la arquitectónica de los periodos anteriores.

— ¿Esa revolución fue resultado de que los arquitectos pensaron en casas para los habitantes?
— En realidad era una excusa pensar en el habitante, ellos querían eliminar, digo eliminar porque fue una gran batalla, las curvas, los espacios estancos, los muros gruesos... Los arquitectos modernos decían que había un nuevo hombre que debía vivir de otra manera, luego con el nazismo fueron perseguidos porque eran incómodos para la dictadura.
Los modernos tomaron al habitante como una excusa, ya que para ellos la apuesta era ese nuevo hombre y la nueva casa, así como una arquitectura abierta llena de cristales.

— ¿Ahora con el neomoderno hay una nueva manera de ver al hombre?
— No. En los años veinte era necesaria esa revolución. Hoy por hoy sólo se ha retomado ese momento de la historia y se hacen casas que dan un buen resultado.

A principios del siglo XX había que crear a un hombre ideal, era una sociedad que estaba en cambio. Ahora, la sociedad ya cambió y el hombre es diversificado. Y la nueva arquitectura es para reflejar un estatus, una condición, y a un hombre exitoso que se tiene que mostrarse en una casa moderna con revistas de diseño arriba de la mesa.

Es cierto que las casas de hoy carecen del significado de los arquitectos modernos, quienes también cometieron errores porque las casas fueron ideales, nunca se pudieron habitar, y son muy famosas las anécdotas de los usuarios de las casas de Le Corbusier y Ludwing Mies van der Rohe.   

— ¿Las casas neomodernas son ideales?
— La vivienda neomoderna es para las clases media y alta, pero sí da respuesta a la vida actual porque son abstractas. Sí podemos habitar esas casas porque nuestra vida es completamente abierta y nos gusta mostrarnos. Incluso, vivimos diferente los espacios, a los arquitectos ya no nos interesa diseñar salas, ahora es un gran lugar.

 — ¿Cómo se vive en Latinoamérica?

— El modelo europeo se ha importado. México, Brasil, Argentina y Chile cuentan con un crecimiento económico que le permite acceder a esas propuestas, alejadas de los ideales del movimiento moderno.

— Las fincas del movimiento moderno en México no están protegidas ¿por qué es importante conservar este tipo de ''inmuebles''?

— El movimiento moderno definió la fisonomía de las ciudades y produjo grandes áreas de expansión; además estas finchas tienen un valor arquitectónico fabuloso.  La arquitectura moderna en América Latina fue distinta a la europea por las condiciones del lugar y las necesidades climáticas; no tenemos nada que envidiarles a otros países.

Las casas del movimiento moderno están desapareciendo y el camino para su protección es una legislación seria y que se cumpla. Primero, el estado debe hacerse cargo porque no sirve sólo con llamar patrimonio a algo, la normativa debe precisar que esa casa no se puede tocar, la compre quién la compre.

La vivienda popular


El arquitecto Mariano Ferretti explicó que la vivienda de interés social ha sido olvidada por los estados. Y en México, las condiciones de dichos complejos son lamentables porque se dejó de pensar en la gente y en sus necesidades.

“En ciertos países de Europa ha sido muy criticada este tipo de vivienda porque se ha llegado a niveles del diseño que transcienden lo social, pero –los desarrolladores- son mucho más conscientes de que la vivienda de interés social es un motor absoluto del tejido social y del crecimiento”, expresó Ferretti, quien agregó que la crisis económica europea no afecta dicha postura.

Destacó que países como Argentina, Brasil y Venezuela ya comenzaron a entender lo anterior, “pero México no”.

“Fue una época dorada en México para la vivienda de interés social con espacios comunitarios muy buenos para que la gente tuviera  un espacio digno dentro y fuera”, recordó el arquitecto.

Dichos complejos contaban con equipamiento, “era un nuevo concepto, importado de Europa, de la movilidad ascendente”.

Ahora, el país ha caminado hacia atrás con complejos aislados sin espacios comunitarios. “Paisajes llenos de tinacos, 20 mil casitas repetidas, esto daña a la ciudad porque no hay un planteamiento urbano”, añadió el arquitecto.

Ese tipo de desarrollos aislados dañaron la ciudad. Para el arquitecto, Medellín supo combatir el narcotráfico y la inseguridad con la apropiación del espacio público. “Entendió que la solución no era poner al ejército en las plazas de las colonias, sino que la gente tenía salir al espacio público. Entonces, se hizo cirugía en esos barrios para  meter plazas con calidad y oferta de uso como bibliotecas, ludotecas y centros culturales”.

El especialista

Mariano Ferretti nació en Argentina en 1973. Es arquitecto egresado por la Universidad Nacional de Córdova, Argentina y se especializó en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura y en la Universidad Politécnica de Catalunya, ambas de Barcelona.  Ha sido catedrático de la Universidad Nacional de Córdoba y formó parte de la investigación proyectual: New York City Museum, junto al arquitecto Rodolfo Imas, del Institute of Technology  de la ciudad de Nueva York.

Actualmente es integrante de Investigaciones Arquitectónicas para Latinoamérica en la línea de Arquitectura Moderna.
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