Cultura

''La poesía es la comunicación más íntima''

José Emilio Pacheco presentó la obra completa de Antonio Colinas

GUADALAJARA, JALISCO (29/NOV/2011).- Un evento de poesía repleto de jóvenes es, realmente, sui generis. Pero no tanto cuando está el ingrediente “José Emilio Pacheco”, el poeta más conocido –y considerado el más importante- en México, incluso para muchos de manera inconsciente que alguna vez han tarareado “Oye Carlos / por qué tuvisteee / que salirte de la escuela esta mañaaaana…”, canción de Café Tacuba basada en Las  batallas en el desierto.

El Premio Cervantes 2009 vino a la Feria Internacional del Libro exclusivamente para presentar la Obra poética completa de Antonio Colinas, este lunes por la tarde, y al homenaje que recibirá su esposa, Cristina Pacheco.

A la presentación de la antología llegó primero Antonio Colinas. Detrás de él, José Emilio Pacheco, con un traje gris impecable, tirantes negros, bastón, la mirada hacia el suelo enmarcada por los lentes y una bolsa negra con el logo de Armani. El poeta mexicano se instaló en su silla, miró al público, le aplaudieron. Todos comenzaron a preguntarse qué guardaba en esa bolsa negra, ¿y de Armani? Pues él mismo reveló el secreto: sacó una boina gris, una bufanda negra y del fondo sacó el libro de Antonio Colinas, editado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y editorial Siruela, y sus lentes para ver “de cerca”. Sí, trae dos pares: unos para andar en la calle y ver de lejos, enfocar, y otros para leer.”

Para introducir a Colinas, José Emilio Pacheco señaló que el único título que merecía por estar en el estrado era “ser un amigo íntimo de Colinas. ¿Cómo que íntimo si sólo lo he visto dos veces, en México y en Salamanca? Pues digo, porque la lectura de poesía es la comunicación más íntima que se puede establecer entre dos personas (…)y he tenido un enorme diálogo y mucha intimidad con su obra, que de ninguna manera la conozco toda, porque era muy difícil de conseguir en México”.

“Era”, dijo bien José Emilio Pacheco, porque con la edición de Conaculta y Ediciones Siruela, en América ya puede leerse lo que Antonio Colinas ha escrito en cuatro décadas.

Pacheco no dejaba de mirar la compilación –con sus lentes para ver de cerca- y se detenía en distintas páginas para hacer comentarios, como que “Antonio, aun siendo ocho años menor que yo, alcanzó a leer a Emilio Salgari y por eso tradujo La montaña de luz y El corsario negro. Y por cierto, este año fue su centenario –voltea hacia Colinas-, no sé si supiste que el escritor Paco Ignacio Taibo le hizo el mejor homenaje, hizo una novela continuando toda la saga de la Malasia… eso se lo agradezco mucho”.

Y por cierto, recordó antes de despedirse, “es un milagro” leer 40 años de creación poética, “porque la poesía es una actividad de juventud, lo fácil es empezar, lo difícil es seguir”.

Pacheco mencionó el poema Para olvidar el odio, “que ojalá lo leamos para olvidar lo que pasó a unas cuadras  de aquí (refiriéndose a los 26 cuerpos encontrados el jueves pasado en los Arcos del Milenio”.

Antonio Colinas tomó la palabra y compartió su emoción por “estar yo

hoy aquí con el que podemos considerar como el primer poeta de México”. Pacheco echó una sonrisa sutil. “Muchas gracias, gracias”, dijo.

EL DATO
Todo él


Obra poética completa (1967-2010). Antonio Colinas.

Conaculta/ FCE/ Ediciones Siruela
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