Cultura
La noche de Stanley
Le otorgan al mimo un reconocimiento de parte de la Secretaría de Cultura
GUADALAJARA, JALISCO (02/JUL/2011).- Era su noche. Vestido de traje rojo a cuadros, resplandeció entre las butacas del Teatro Degollado, coronado por un sombrero de maceta y rosas marchitas, como paradigmático contrapunto a la esencia del mimo: la melancolía. Alberto Stanley “partió teatro” y en el escenario lució y arrancó aplausos, en el homenaje que se le rindió el jueves por la noche, en el marco del Primer Festival Internacional de Pantomima.
Seis cambios de vestuario fueron suficientes para resumir los 30 años de carrera de Stanley, quien desde que apareció se ganó al público al saludar a varias personas de mano. Al terminar el primer acto retumbaron por primera vez los aplausos de la gente en el recinto ocupado a la mitad de su capacidad. En tres de sus actos, Stanley invitó a dos chicas, un hombre y una pequeña al escenario para apoyar el espectáculo. La función estuvo intercalada entre las actuaciones del mimo y las de 14 acróbatas.
En el último acto, Stanley vistió un traje color hueso y una maceta blanca con las mismas rosas del inicio, como sombrero. Su actuación consistió en hacer una línea recta con varias manzanas, mismas que repartió entre el público al final. La audiencia rompió en ovaciones nuevamente durante más de un minuto. Como agradecimiento, el mimo acomodó su sombrero hasta el frente del escenario, mismo que recogió segundos antes de que cayera el telón.
Después del número, se le agradeció a Alberto Stanley, al grupo Acrobático Geysser, a Juan José Robles, el director y a Guillermo Rodríguez, el productor, por su presencia y entusiasmo en el festival. Para hacer entrega de un diploma a Stanley subió al escenario Carlos Alberto Quintero, Director General de Actividades Culturales de la Secretaría de Cultura.
Stanley tomó la palabra y dio las gracias al público por su asistencia. En respuesta, los espectadores aplaudieron emocionados. El artista reconoció que es la primera vez que se hace un evento de esta índole en Guadalajara y se mostró agradecido por la oportunidad. Mencionó también que durante el festival las personas podrán ver el trabajo de “excelentes mismos” como: Alfonso Vilches de Toluca y Sergio García de Monterrey. El festival termina mañana.
Seis cambios de vestuario fueron suficientes para resumir los 30 años de carrera de Stanley, quien desde que apareció se ganó al público al saludar a varias personas de mano. Al terminar el primer acto retumbaron por primera vez los aplausos de la gente en el recinto ocupado a la mitad de su capacidad. En tres de sus actos, Stanley invitó a dos chicas, un hombre y una pequeña al escenario para apoyar el espectáculo. La función estuvo intercalada entre las actuaciones del mimo y las de 14 acróbatas.
En el último acto, Stanley vistió un traje color hueso y una maceta blanca con las mismas rosas del inicio, como sombrero. Su actuación consistió en hacer una línea recta con varias manzanas, mismas que repartió entre el público al final. La audiencia rompió en ovaciones nuevamente durante más de un minuto. Como agradecimiento, el mimo acomodó su sombrero hasta el frente del escenario, mismo que recogió segundos antes de que cayera el telón.
Después del número, se le agradeció a Alberto Stanley, al grupo Acrobático Geysser, a Juan José Robles, el director y a Guillermo Rodríguez, el productor, por su presencia y entusiasmo en el festival. Para hacer entrega de un diploma a Stanley subió al escenario Carlos Alberto Quintero, Director General de Actividades Culturales de la Secretaría de Cultura.
Stanley tomó la palabra y dio las gracias al público por su asistencia. En respuesta, los espectadores aplaudieron emocionados. El artista reconoció que es la primera vez que se hace un evento de esta índole en Guadalajara y se mostró agradecido por la oportunidad. Mencionó también que durante el festival las personas podrán ver el trabajo de “excelentes mismos” como: Alfonso Vilches de Toluca y Sergio García de Monterrey. El festival termina mañana.
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