Cultura
La magia de lo efímero cerró el Ciclo de Cámara
En el segundo encuentro de músicos jóvenes que promueven esta expresión participaron cinco ensambles locales y dos foráneos
La selección de estos últimos se hizo a partir de una convocatoria dirigida a ensambles integrados por jóvenes menores de 30 años, para participar en los cursos de música de cámara impartidos por el maestro y violinista Christopher Wilshere, cuya culminación fue el concierto donde se interpretaron las piezas trabajadas.
Los primeros en ocupar el escenario del foro -que lució llenó en su planta baja-- fueron Lugh String Quartet, conformado por Frank Morales y Adán Madrigal en los violines, Aralim Figueroa en la viola y Eva Ríos en el cello, quienes interpretaron La mariposa muerta, una pieza de su autoría.
A continuación se presentó el Proyecto Caos que interpretó Wixaritari, una pieza del compositor Demian Galindo, quien subió al escenario para explicar que su obra fue inspirada por sus experiencias e investigaciones de campo en la sierra huichola, por lo que el compositor intentó plasmar con música desde las peregrinaciones a Real de 14 para la festividad del peyote, hasta los cantos de curación de un maracame y las celebraciones populares wixárikas.
Pieza mínima e irrepetible
El resultado fue una pieza de estilo minimalista en un principio -con pocos y suaves sonidos--, que fue evolucionando para abarcar cada vez un mayor espacio auditivo gracias a la combinación de dos violines, una guitarra, un clarinete, un fagot y una flauta transversal.
Después llegaron los 6 integrantes del Ensamble Esquizoide para interpretar Vesperal, una pieza de Kenji Kishi quien además fue el encargado de la coordinación del ciclo. Como explicó él mismo, su pieza se inspiró en la música y la cosmogonía hinduista.
Seguida de un pequeño intermedio comenzó la segunda parte del concierto, en la que se interpretaron cuatro piezas de los compositores jaliscienses Joaquín Gutiérrez Heras, Demian Galindo, Ángel García y Kenji Kishi.
Con la participación alternada de más de 16 músicos, destacó una miniatura con mucha rítmica y contrastes en poco menos de 30 segundos titulada La expresión más viva de un hombre es su silencio, que forma parte de una serie basada en aforismos. La última pieza se basó en un principio de orden aleatorio, y como explicó Kishi, no se podrá volver a repetir jamás ya que el director elegido en ese momento decidió quién tocaba y qué, de 12 casillas musicales previamente establecidas.
Entre los aplausos del público concluyó el Ciclo de Música de Cámara Joven, un proyecto beneficiario del Programa de Estímulos a la Creación y al Desarrollo Artístico (PECDA), que nació y se desarrolla en la Guadalajara por y para los jóvenes.
En esta su segunda edición participaron cinco noveles ensambles locales, uno de la Ciudad de México -el Ensamble Chamizo--, así como el reconocido cuarteto José White, que apadrinó el encuentro.
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