La insoportable complejidad del hombre
El origen de la obra parte del interés del autor por entender al hombre y su forma de actuar frente a sus semejantes; todo parte de una reflexión filosófica
La novedad editorial fue presentada en el marco de la 46 Feria Municipal del Libro y la Cultura. El autor explicó que su obrea tuvo su origen en su “interés por entender la conducta humana y, tratando de generar una estructura teórica para explicarla, fui llegando poco a poco a un concepto filosófico; esto, porque estamos siendo y no acabamos de saber lo que somos, incluso a nivel individual. Si no sé lo que soy, entonces, lo que me define es la práctica de mis acciones, si eso funciona en lo individual, también en lo colectivo; así, la respuesta es que nos movemos por incentivos, pero están acotados por mapas generales que se elaboran en función de nuestras preferencias, lo que genera dilemas y puede enfrentar nuestros deseos, ponerlos en conflicto con los de los demás y, si no nos vinculamos con el resto, nos extinguimos, porque el trato con otros define nuestra existencia y hay que desarrollar vínculos de solidaridad para favorecer una mejor convivencia”.
Con base en esas preguntas, dice Gilabert, “lo que hago es reunir una serie de teorías de pensadores en diferentes disciplinas, desde poetas, psicoanalistas, biólogos, políticos o sociólogos; se trata de una revisión amplia de todo lo que puede concernir a la idea del ‘actor’ (el que actúa), la ‘acción’ (lo que hace) y el sistema social en el que ocurren este tipo de relaciones”.
LAS PREGUNTAS
Las preguntas que el libro plantea, comenta el autor, nacen de apreciar cómo destruimos el mundo, lo contaminamos, depredamos “y hay que preguntarnos ¿por qué actuamos así?”; en este contexto, la actual violencia que sacude al país es un ejemplo de cómo llegamos a un punto y requerimos explicarnos por qué sucede, cuáles son las motivaciones”.
Ahora, si bien nos conducimos “por incentivos”, asegura Gilabert, “hay que reconocer que a cada uno de nosotros nos mueven incentivos distintos y respondemos diferente a ellos, lo que comienza a producir condicionantes. Lo que hace este libro es que muestra los fracasos de muchos diseños de conducta en el pasado, quizá porque no hemos entendido nuestra condición humana”.
Para el escritor e investigador, si analizamos las conductas con propiedad y debidamente, podemos notar que “somos capaces de presentar alternativas y, además, cuando esto no ocurre es porque hay cuadros institucionales, intereses políticos o de otros tipos, que van enrareciendo las posibilidades. A pesar de los múltiples condicionamientos, hay un momento de la condición humana en que podemos decir ‘ya basta’; si esto no sucede seguido es prueba de que los aparatos institucionales funcionan”.
Finalmente, la cuarta parte de esta serie de libros se encuentra en preparación y tratará sobre la fenomenología de la educación básica, centrado en el caso de Puerto Vallarta, donde actualmente radica —como docente para el Centro Universitario de la Costa (CUCosta), de la Universidad de Guadalajara (UdeG)— y continúa con sus investigaciones.
LA ESTRUCTURA
Lo anterior, explica, refiere a las dos primeras secciones del libro, con todo, la tercera y última parte “es un juego de ensayos donde, aquello que se plantea en teoría, se contextualiza sobre un tema en específico, es decir, si se busca explicar por qué actuamos como lo hacemos, en esa sección se aborda por qué sucede cuando la emoción es el miedo, el amor, la muerte o cuando estamos en una situación que equiparamos al infierno. De hecho, la gran tensión que se maneja es que podemos tener la impresión de que somos libres y podemos elegir, pero hay un contexto que nos indica sobre qué o qué no podemos elegir”.
Esa estructura, enfatiza el autor, no fue algo que se le ocurriera de inmediato pues, apunta, “es un trabajo que se desarrolla desde hace poco más de una década, nutriéndose con las investigaciones desarrolladas para diferentes seminarios; “esos textos estaban destinados a ser el libro pero me di cuenta que necesitaba un armazón teórico general que les diera sentido; por eso, el texto tiene diferentes puntos de acceso y puede leerse de diferentes maneras”.
Así, dentro de un grupo de investigación que revisa “las sociedades en transición”, en años anteriores Gilabert ha desarrollado dos trabajos en los que abordó el desarrollo histórico de algunas comunidades; de este modo, “Los enigmas de la condición humana” es el tercer volumen de esa serie, en el que ahora trata “la conducta como el elemento que transita en esos trayectos evolutivos; quizá las necesidades son las mismas pero el hecho de cómo las enfrentamos si se modifica y había que construir un armazón donde se insertaran estas transiciones, una teoría general de la sociedad a partir del análisis de la conducta”.