Cultura

La infancia persigue la creatividad del ilustrador: Isol

La argentina ofrece la conferencia 'Recetario de un sueño ilustrado', dentro de la FIL

GUADALAJARA, JALISCO (01/DIC/2013).- La infancia de quienes se dedican a ilustrar no se va cuando se ensanchan las caderas o la voz alcanza tonos graves. Para aquellos que se expresan con imágenes, la niñez los persigue por el resto de los días, expresa la ilustradora argentina Isol.

"Nuestros primeros años nos marcan mucho y nos dan un montón de material para trabajar cómo artistas. Evocar esas primeras impresiones para mí es una gran riqueza, y es muy extraño que alguien me diga que olvidó como ser niño".

Un espíritu sin ataduras ofrece la capacidad de jugar, y del juego es que sale la creación: contar algo con imágenes. Esta ha sido la fórmula para la ilustradora Marisol Misenta, según su nombre de pila, quien ofreció la conferencia Recetario de un sueño ilustrado, dentro del encuentro de ilustradores FILUSTRA, en el marco de la edición 27 de la FIL.

La simpleza infantil no se queda sólo en su proceso creativo, sino que se vuelve la protagonista y razón de ser de su obra: dibuja niños para que los vean niños, y éste ha sido el terreno en el que la ganadora del premio Golden Apple ha encontrado la gran oportunidad, como ella la describe, de que le paguen por hacer lo que le gusta.

"En realidad los niños están locos, hay que decirlo, pero están felices", y son los niños y niñas sus mejor creación, porque, con su característico actuar que se sale de convencionalismos, arrastran acción que le da dinamismo a los dibujos.

A Isol lo que la mueve son las ganas de contar algo; por ello y porque en cada trazo deja una carga de su percepción y sentir, defiende la idea de que los ilustradores también son autores.

Comparte su proceso creativo: esas ganas de expresarse las lleva al papel en bocetos y luego busca la técnica con la que afinará su obra. Líneas livianas, por ejemplo, ayudan a que la imagen se tome con ligereza y humor.

Isol, la de los trazos infantiles

Estudió Bellas Artes, pero su pasión la llevó más por la ilustración que por la pintura, quizá porque en su casa había más revistas que cuadros, como ella misma explica. Se inició formalmente en la ilustración a los 25 años con Vida de Perros. Otros de sus libros son El globo, Petit el Monstruo, Tener un patito es útil, Castillos, La Bella Griselda, Secreto de familia, Cosas que pasan y Nocturno.  Su obra le ha valido premios como el Golden Apple y el Astrid Lindgren.

Ilustradores, por cuarta ocasión en la FIL

Por cuarta ocasión, ilustradores tienen oportunidad de reunirse en el marco de la FIL. En esta edición FILUSTRA tiene la misión de, a través del diálogo entre quienes se desenvuelven en este campo, abrir horizontes para la internacionalización y la captura de oportunidades dentro y fuera del mundo editorial, anunciaron este medio día en la inauguración.

EL INFORMADOR/ ALEJANDRA PEDROZA
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