Cultura
La historia prehispánica en imágenes
Jorge Monroy entrega la obra plasmada en uno de los muros del Centro Interpretativo de Guachimontones
El mural, que mide aproximadamente 30 metros lineales, tiene como finalidad presentar la historia del sitio arqueológico para los más de 250 mil visitantes anuales que llegan a la zona con la intención de conocer la cultura prehispánica establecida en el municipio de Teuchitlán, durante el periodo comprendido entre el 800 a. C al 400 d.C., y cuyas características principales son las estructuras circulares.
El autor de la pieza comenta que no existe un orden visual para apreciar la obra, ya que las escenas son independientes, pues la idea fue “incluir todo lo que se conoce de la cultura que se estableció en la región –conocida como Tradición Teuchitlán–, desde sus costumbres y tradiciones hasta las creencias y deidades”.
Una de las primeras escenas que verán los visitantes al Centro Interpretativo Guachimontones, es la de la ceremonia del dios del viento, Ehécatl, la cual tenía como protagonista a un hombre llamado volador que giraba al centro de las estructuras, como se demuestra en algunas figurillas encontradas en la zona, según hipótesis del grupo de arqueólogos.
Aunque las escenas plásticas son independientes, existe una notoria división de los paisajes, que consiste en la vida y la muerte, el mundo y el inframundo, el día y la noche. Así, los espectadores podrán ver cómo esos dos aspectos se complementan en el mural, a través de la paleta empleada por Monroy.
El pintor nacido en Michoacán, pero radicado en Guadalajara desde su infancia, aclara que la información que empleó para las imágenes son réplicas de las maquetas cerámicas, encontradas en el sitio, expuestas en museos o fotografías de las piezas de colecciones privadas.
“Es una representación de cómo se cree que estuvo la zona en su mejor momento”, dice Monroy, quien destaca que “las referencias fueron tomadas de piezas prehispánicas y maquetas que son evidencia arqueológica de las unidades habitaciones, que eran edificaciones de paja y barro”.
Las réplicas plasmadas en la pieza fueron proporcionadas por los arqueólogos, incluso las deidades presentadas sobre el muro fueron inspiradas en cerámica. También, el pintor resalta el paisaje de la Región Valles de Jalisco, la presa de la Vega, el volcán de Tequila, las erupciones y los yacimientos de obsidiana, material empleado para la joyería y armas de los pobladores.
“Cuando estuve leyendo la historia de este pueblo, me dí cuenta de que comienza con las cenizas del volcán en este valle, lo cual propició el desarrollo de la obsidiana”, apunta el artista plástico.
Otros de los aspectos destacados del mural, son las tumbas de tiro, ya que la tradición consistía en esta forma de entierro y gracias a eso se conservan piezas prehispánicas que eran ofrendas.
En el mural están representadas las piezas encontradas en la Tumba de Huitzilapa, mismas que formarán parte del acervo del Museo del Paisaje Agavero y la Minería en el municipio de Magdalena.
La última parte del fresco está dedicado al juego de pelota, con dos hombres que demuestran sus habilidades en este rito.
El trabajo plástico
Jorge Monroy señala que su trabajo fue recopilar información y traducirla en un lenguaje estético, “ésa ha sido la parte más difícil, ya que a cada figura hay que encontrarle un lugar por su tamaño y lograr que se integren las escenas para que no se vean separadas”. Además, dice, “no hay mucho material gráfico, así que ha sido un ejercicio de mucha imaginación y creatividad”.
El mural tiene carácter didáctico para que los visiantes al sitio arqueológico aprendan sobre esta cultura.
El autor comenta que uno de los problemas principales, fue no realizar un proyecto definitivo, ya que “sólo se planteó algo en términos generales, que se nutrió con la información de los arqueólogos, quienes me asesoraron constantemente”.
Añade que “fue un trabajo muy abrumador dada la cantidad de elementos, por lo que se requirió mucho tiempo”.
La obra de Monroy comenzó en marzo de 2010 y concluyó este mes.
De los colores que utilizó, el artista señala que siempre ha pintado con colores vivos, “tengo una paleta colorida y en este caso es bueno porque la luz solar llega en ciertas horas al mural”.
La técnica empleada por el acuarelista fue el acrílico. Monroy asegura que las condiciones actuales son óptimas para su conservación e incluso para evitar la humedad el mural se plasmó en paneles y no sobre la pared.
La Secretaría de Cultura invirtió 500 mil pesos en el mural que será presentado al público con la apertura del Centro Interpretativo.
El dato
El Centro Interpretativo Guachimontones será un espacio educativo que presentará las principales características de la Tradición Teuchitlán, a partir de un guión museográfico que no considera piezas arqueológicas. La inversión para la edificación es de casi 20 millones de pesos y se abrirán 17 plazas de trabajo para personas de la localidad.
Perfil
El acuarelista
Jorge Monroy nació en Morelia, Michoacán, en 1951; pero radica en Guadalajara desde niño. El acuarelista comenta que desde su infancia comenzó a pintar. Su trabajo se ha expuesto en diferentes espacios de la ciudad, así como en los museos de la Acuarela, en la capital del país, el Rafael Coronel, en Zacatecas, el de Arte Contemporáneo de Michoacán y en Europa.
Actualmente es colaborar de este diario y miembro del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes (CECA).
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