Cultura
La historia del arte se resume a un grupo de personas intentando retratar la luz: Tur
El reconocido artista tiene una retrospectiva en el Guggenheim de NY
Turrell, maestro de la percepción que despuntó en los años sesenta y setenta, se permite el lujo de eclipsar la rampa en espiral diseñada por Frank Lloyd Wright e invertir su visión expansiva, hasta convertirla, mediante seis anillos irregulares y concéntricos, en un hipnótico paisaje celeste de colores cambiantes.
''Aten Reign'', una ingrávida instalación de telas y ''leds'' controlados desde un ordenador, es el nombre de este último trabajo del artista, que no hacía una exposición en Nueva York desde 1980, que ocupa el museo Salmon R. Guggenheim desde ayer hasta el 25 de septiembre.
“Mi trabajo es tomar el espacio y jugar con su fisicalidad. Ocuparlo mediante la luz y desintegrarlo, de manera que emerja su naturaleza más profunda. Me gusta mezclar lo material y lo inmaterial. A veces vemos con más claridad en sueños, con los ojos cerrados, que con los ojos abiertos”, sintetizó Turrell, nacido en Los Ángeles en 1943, de madre cuáquera y padre funcionario.
Con un sofisticado y minimalista arte del trampantojo, fruto de la técnica y la investigación casi científica, Turrell juega con sus proyectores, hace al espectador desconfiar de su percepción y querer palpar esos volúmenes ambiguos que surgen de manera mágica en los rincones de cada habitación.
Y en esta retrospectiva, se recuperan algunos de sus primeros logros, como “Prado” y “Afrum I”, de 1967. Salas vacías, en las que la luz da textura a la atmósfera.
“Para mí la historia del arte se puede resumir en un grupo de personas intentando retratar la luz”, dijo.
“El arte es algo muy simple. La vida es mucho más complicada. No se puede tallar como la madera o esculpir como la piedra”, ha dicho y recordado que, para un artista, no puede haber un color favorito. “Es como preguntarle a un músico cuál es su nota favorita.
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