Cultura
La fuerza del español
Juan Jose Millás, Jorge Volpi y Laura Restrepo, hablan de la riqueza de un lenguaje que nos hace únicos
“La reducción en el lenguaje estrecha el pensamiento. Cada palabra que se cae del vocabulario equivale a la pérdida de una pieza dental”, señaló durante la conferencia “La fuerza del español”, más que una ponencia, un diálogo al que se sumaron los escritores Jorge Volpi y Laura Restrepo, por invitación del diario El País, en el marco de la Feria Internacional del Libro.
“Tal vez encuentros como el actual, sirvan a esa forma de activismo; hablamos una lengua común que sin embargo es diferente en cada sitio. En esa diferencia que deberíamos fomentar, está la fuerza del español”, advirtió.
Jorge Volpi comparte la idea de Millás y esta consciente de las inminentes diferencias entre una lengua y otra, aunque sea la misma.
Para ejemplificar tan confusa afirmación, recordó que a la edad de 28 años se fue a Salamanca a estudiar un doctorado, lo que le dio, entre otras cosas, la oportunidad de enfrentarse a un español que a pesar de ser el mismo era tan diferente al suyo.
“En Salamanca el español que me había parecido algo muy natural, como caminar, me pareció extraño, no sólo ése o el mío, sino el de todos mis compañeros latinoamericanos. Resultaba una proeza salir a la calle e intentar comprar algo en Salamanca, porque no sabía cómo pedirlo. Había cierto pánico en mi propia relación con el español”, recordó.
Ante esta dificultad, entre todos los hablantes del mismo idioma, pero con diversidad de acentos e incluso de palabras para referirse a algo, destacó que se acuñó una frase: “después de conocernos aquí, nos damos cuenta que somos tan parecidos, menos en el idioma”.
Y en este sentido, el escritor apuntó que habría que pensar entonces en las traducciones literarias, las cual normalmente se hacen con base en el idioma que se habla en España, cuando a veces éste proporciona a los lectores latinoamericanos pocos elementos para entender con claridad dichas lecturas.
“Una delas graves consecuencias de la globalización es centralizarse en España. Prácticamente toda la traducción literaria se centra en la península y hay muchos libros que se pierden, tendría que haber traducciones locales en una lengua tan llena de localismos, se reforzaría la lengua, aunque se perdería cierto mercado”.
Laura Restrepo cerró el diálogo advirtiendo que “no siempre la fuerza del idioma depende lo puntillosamente que lo defendamos”.
EL INFORMADOR/ AIMEÉ MUÑÍZ
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