Cultura
La ficción puede contar la historia que nunca se contó: Perla Suez
La escritora argentina recibió el Premio Sor Juana Inés de la Cruz 2015 por 'El país del diablo'
GUADALAJARA, JALISCO (02/DIC/15).- Recuperar la memoria. Hacerla carne viva ante los ojos del lector. Esos son tan solo algunos de los atributos que le valen a Perla Suez ser ganadora del
Premios Sor Juana Inés de la Cruz 2015, galardón entregado a las mujeres
escritoras que se encargan de levantar la voz y las letras abogando por lecturas inteligentes y capaces de cimbrar los sentimientos.
Previo a recibir el premio, la autora nacida en Córdoba, Argentina, relató el momento en que se supo ganadora de tan distinguida presea, de cómo en medio el tráfico el instinto la hizo responder a una llamada cuando su auto estaba en movimiento. De cómo no le importó ser insultada por complicar el tráfico cuando una voz por la bocina le dijo que su obra "El país del diablo" era la causante.
Los halagos no fueron suficientes para describir la crudeza y fascinación que Perla Suez expone en su palabra escrita. Tan solo Eduardo Antonio Parra, miembro del jurado, la describió como una autora empeñada en recuperar la memoria de sus ancestros, de las fronteras de la Patagonia, de la Argentina bajo el mandato del general Roca, de aquellos pueblos ancestrales que fueron exterminados y despojados de sus tierras.
"Como lector siempre he estado convencido que una de las principales funciones de la novela es la recuperación de la memoria. En ella la autora no lleva a cabo una simple enumeración de recuerdos o zonas olvidadas para una trama eficaz, sino que por medio de un lenguaje nos sumerge en una historia que línea a línea deja de ser ajena para hacerla propia".
Por su parte, Perla Suez expresó que desde su perspectiva la literatura se ha interesado primordialmente en exponer los tiempos difíciles y contradictorios, por lo que ella ha aprovechado para rendir tributo a su pasado, a su tierra, a todas la víctimas de un continente entero que ha visto en el poder, las armas, la ambición y la violencia un camino sin salida que las ha condenado a la sumisión.
"El nombre del libro con el que recibo este premio, remite a la Argentina de fines del siglo XIX, al Sur, a la Patagonia, a ese territorio que el General Roca, presidente de la República en ese momento, decidió llamar El país del diablo.
En esa tierra habitaban los indios mapuches, y el general implementó una política para exterminarlos y terminar de una vez con ellos (...) En el país del diablo, el desierto es testigo y lugar de los hechos. Fue difícil tratar de ponerme en la piel de una india. Cuando me senté a arañar el papel y salieron las primeras ideas me cuenta que yo también estoy circundada por el desierto, y que en todo el caso el Sur y la Patagonia no me eran ajenos".
Perla Suez recordó a sus abuelos ucranianos, de cómo sus ancestros fueron perseguidos, de que sus descendientes judíos se enfrentaron al exterminio y terminaron acogiéndose en Argentina, de cómo el desierto es un guerrero más que arropa horrores y maravillas.
LA FRASE:
"Siempre desprecié la xenofobia. No creo en las guerras aunque existen, no creo en las conquistas de otras tierras aunque eso ocurre, no creo en muchas cosas (...) La ficción puede contar la historia que nunca se contó".
EL INFORMADOR / NORMA GUTIÉRREZ
Previo a recibir el premio, la autora nacida en Córdoba, Argentina, relató el momento en que se supo ganadora de tan distinguida presea, de cómo en medio el tráfico el instinto la hizo responder a una llamada cuando su auto estaba en movimiento. De cómo no le importó ser insultada por complicar el tráfico cuando una voz por la bocina le dijo que su obra "El país del diablo" era la causante.
Los halagos no fueron suficientes para describir la crudeza y fascinación que Perla Suez expone en su palabra escrita. Tan solo Eduardo Antonio Parra, miembro del jurado, la describió como una autora empeñada en recuperar la memoria de sus ancestros, de las fronteras de la Patagonia, de la Argentina bajo el mandato del general Roca, de aquellos pueblos ancestrales que fueron exterminados y despojados de sus tierras.
"Como lector siempre he estado convencido que una de las principales funciones de la novela es la recuperación de la memoria. En ella la autora no lleva a cabo una simple enumeración de recuerdos o zonas olvidadas para una trama eficaz, sino que por medio de un lenguaje nos sumerge en una historia que línea a línea deja de ser ajena para hacerla propia".
Por su parte, Perla Suez expresó que desde su perspectiva la literatura se ha interesado primordialmente en exponer los tiempos difíciles y contradictorios, por lo que ella ha aprovechado para rendir tributo a su pasado, a su tierra, a todas la víctimas de un continente entero que ha visto en el poder, las armas, la ambición y la violencia un camino sin salida que las ha condenado a la sumisión.
"El nombre del libro con el que recibo este premio, remite a la Argentina de fines del siglo XIX, al Sur, a la Patagonia, a ese territorio que el General Roca, presidente de la República en ese momento, decidió llamar El país del diablo.
En esa tierra habitaban los indios mapuches, y el general implementó una política para exterminarlos y terminar de una vez con ellos (...) En el país del diablo, el desierto es testigo y lugar de los hechos. Fue difícil tratar de ponerme en la piel de una india. Cuando me senté a arañar el papel y salieron las primeras ideas me cuenta que yo también estoy circundada por el desierto, y que en todo el caso el Sur y la Patagonia no me eran ajenos".
Perla Suez recordó a sus abuelos ucranianos, de cómo sus ancestros fueron perseguidos, de que sus descendientes judíos se enfrentaron al exterminio y terminaron acogiéndose en Argentina, de cómo el desierto es un guerrero más que arropa horrores y maravillas.
LA FRASE:
"Siempre desprecié la xenofobia. No creo en las guerras aunque existen, no creo en las conquistas de otras tierras aunque eso ocurre, no creo en muchas cosas (...) La ficción puede contar la historia que nunca se contó".
EL INFORMADOR / NORMA GUTIÉRREZ
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