Cultura
La esperanza, una constante literaria: Atwood
La escritora canadiense inauguró la Séptima Conferencia Internacional de Escritores de San Miguel de Allende
“En los sesentas se me conocía más como poeta, acababa de suicidarse la poeta norteamericana Silvia Plath. Entonces me preguntaban ¿cuándo te vas a matar? De tal modo que para mi defensa escribí mi primera novela, La mujer comestible. Después, en el comienzo del feminismo, las preguntas eran sobre mi pelo o el uso del brassiere; cuando ocurrieron las reivindicaciones étnicas, me preguntaban sobre la cultura canadiense cuya respuesta se resume a la palabra existimos”.
Conforme la autora canadiense fue escribiendo sobre sus inquietudes políticas y ecologista las preguntas fueron sobre el planeta y la perduración de las especies. A lo que responde que el ser humano desaparecerá antes que las especies, y siempre sobrevivirán organismos o “alguna de esas cosas” para celebrar “nuestra desaparición”.
Las preguntas ahora se enfocan a la esperanza, temerosos por las próximas generaciones y los derechos civiles.
“La esperanza es una constante humana pero también es una constante literaria”, continuó, para posteriormente hablar de su obra y de esta escritura que, al ser un testimonio y reflexión es también una escritura esperanzadora.
México y la libertad de expresión
“Los periodistas y escritores deben tener la libertad de expresar su voz sin que nadie los extermine. México merece algo mejor”, dijo Margaret Atwood al referirse a la situación de riesgo que viven los periodistas en el país, señalado como uno de los más peligrosos para ejercer esa profesión.
La escritora detonó los aplausos y el reconocimiento de los de 800 asistentes a la conferencia, entre los que se encontraban la escritora mexicana Elena Poniatowska; la poeta indígena americana Joy Harjo, y la ministra consejera Ginette Martin, en representación de la Embajada Canadiense en México, entre otras personalidades.
Atwood mencionó que dicha situación se asemeja con algunos pasajes de su obra El cuento de la criada, en donde los personajes rasgan los muros para escribir, como una especie alternativa desesperada de expresarse porque han sido silenciados.
Sin embargo, como lo hace al final de sus obras al entreabrir puertas de salida, señaló una posibilidad: “El PEN Club México recientemente sostuvo una reunión internacional para apelar al Gobierno mexicano para que impulsen una ley que detenga esta forma extrema de censura”.
Los movimientos feministas
También habló de su obra La mujer comestible, la cual escribió en el contexto de los sesentas y el nacimiento de los movimientos feministas y después se refirió a su obra más célebre: El cuento de la criada (1985), con la que recibió premios como el Arthur C. Clark o el Los Ángeles Prize y donde profetizó el régimen misógino de los talibanes en Afganistán y las discusiones sobre la vestimenta y los derechos de las mujeres musulmanas en Europa.
“Vivíamos en Berlín del Oeste cuando estaba el muro y la vigilancia, era un lugar perfecto para iniciar este libro.” La obra reflexiona sobre el control de los cuerpos: quien debe tener hijos y quien no debe tenerlos.
En La mujer comestible la esperanza está al final: “donde doy dos opciones: cuando la sierva se escapa y quiere llegar hasta Canadá; la segunda, 250 años después, con una historia reconstruida en una sesión académica donde se dice que la historia de la dictadura se termina”, concluyó.
Trilogía apocalíptica
La conferencia comenzó con una ejecución coral representando a “Los jardineros de Dios”, personajes que aparecen en El año del diluvio, su más reciente novela que, junto con Oryx y Crake y la novela que, dijo Atwood se encuentra escribiendo, conforman una trilogía apocalíptica donde la humanidad se autodestruye en pro del progreso científico y tecnológico .
“En Oryx y Crake hablo de un futuro donde el gobierno y las grandes corporaciones son una sola”, y bromeó “espero no dar ideas o una receta de corrupción y de control antidemocrático del individuo a partir de la división biológica de los cuerpos”.
Para después referirse a la época contemporánea donde el control del lenguaje y la voz humana es el arma de los poderes. “Como dicen los Jardineros de El año del diluvio”, al referirse a las computadoras, los faxes, “si puedes verlos ellos también. Si puedes comunicar, ello puede destruirnos”.
Esta reflexión la llevó al final. “La voz humana es la primera división humana, porque es identidad. El lenguaje es el centro de nuestro ser, por eso los que controlan o los que tienen el poder que no les guste nuestra posición crítica y buscan controlar.”
Púlsar
Síguenos en